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Paz y Ciencia

jueves, 17 de noviembre de 2016

Freud. Winnicott y André Green



De acuerdo con su concepción de la situación analítica, Freud  consideraba adquirida la situación primitiva de los primeros cuidados maternos. Los individuos que trataba y por los que concibió el psicoanálisis podían ser considerados como bien "provistos", desde el punto de vista de las adquisiciones de la primer infancia. 

Esto en teoría, ya que no ha dejado de subsistir una diferencia entre las realidades clínicas y nuestros modelos teóricos. En todo caso, eso fue válido para Freud, cuando se introdujo en el arduo camino del autoanálisis:
"... La propia historia de Freud en su primera infancia fue tal, que él llegó a la fase edípica  (...) como ser humano completo, dispuesto a encontrar seres humanos completos y dispuestos a participar de relaciones interpersonales".

Sin embargo, los hechos clínicos obligan a abordar las etapas del desarrollo que son anteriores al establecimiento de la personalidad, incluso antes de que sean adquiridas las nociones del espacio y del tiempo.

En ese estadio, ya no son las "desarmonías" entre las instancias de una personalidad organizada las que ocupan el centro de la escena.
El analista es llevado a implicarse en acontecimientos que proceden de un estado "caótico e indeferenciado", anterior a la estructura psíquica. Éste es el territorio de Donald Winnicott. Por su manera de ser, su tipo de experiencia y su apertura mental.

El análisis funciona como sostén (holding) adaptado a las necesidades del yo, a través de una relación de dependencia, a través de una relación de dependencia comparable a la del lactante frente al entorno primario. Ése es el modelo, el marco, el encuadre de Winnicott.

André Green expresa lo que tiene todo esto de paradójico:

"Winnicott nos propone considerar el marco analítico como una simbolización, una metáfora de la relación padres-hijo. Conjuntamente, nos invita a pensarlo como dispositivo (setting) privilegiado de observación. Aquí se ve la paradoja: se va a tratar de recrear un modelo que supondrá el contacto más íntimo entre el niño (...) y la madre, excluyendo cualquier contacto directo por vías que no sean las psíquicas (...) La contradicción está llevada a su punto más extremo ya que el análisis apunta a crear una situación donde el contacto psíquico es la condición necesaria para la comunicación entre el infans y el objeto".

Claude Geets: Winnicott. Psicoanálisis y Pediatría.

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