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Paz y Ciencia

lunes, 14 de noviembre de 2016

Un padre humanista



Ser padre es aceptar y luchar contra la distancia estructural que supone. Aceptar y Luchar a la vez no es fácil.
Son dos polaridades que nos enseñó Friedlander, uno de los pocos maestros que aceptó Fritz Perls:
En su obra La indiferencia creativa, éste inició a Perls en la simplicidad, esto es, el equivalente germano del taoísmo:

"Los opuestos se definen entre sí y existe, en el centro, un punto de reposo que abarca ambas polaridades. Friedlander entendía que solo si permanece en ese indiferente punto central y acepta las actitudes bivalentes, puede el hombre alcanzar un correcto equilibrio".

Dice Antonio Gala de su padre, uno de esos padres de una o dos generaciones atrás:

"Y mi padre estaba en Córdoba y había caído en la enfermedad absolutamente tradicional en la familia, que es el alzhéimer. Me vine a cuidar a mi padre. Fue muy doloroso porque no me reconoció y me habló durante cuatro meses a mí...sólo a mí...sólo de mí... Sólo me hablaba de su niño, de su niño pequeño que cuando tenía dos años...que cuando cumplió tres. Era una verdadera, y extraña y sorprendente -porque la disimulaba-pasión por mí, preferencia por mí".

Para nosotros, los padres, no es así. Claro que el tiempo nos consuela con aquel mentón que es como nuestro, con aquellos ojos, con aquel carácter más o menos difícil.
Serrat lo dice bien hermoso en, nunca mejor dicho, esos locos bajitos:

"Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parecen que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos transmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós".

El sufrimiento de un hijo es una de las cosas más difíciles de soportar, de sostener. Impotencia, la conocida y dura impotencia.
Como decía Saramago: "ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor".

Rodrigo Córdoba Sanz, seleccionando fragmentos del amplio y brillante Albert Rams: "Ser Padre Hoy. Terapia Gestalt y Paternidad". Plataforma Editorial, 2016. Barcelona

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