PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 20 de septiembre de 2011

Regla de Abstinencia

Alemán: Grundsatz der Abstinenz. Francés: Règle d´abstinence. Inglés: Rule of abstinence. Corolario de la regla fundamental, la regla de abstinencia designa el conjunto de los medios y actitudes puestos en obra por el analista para que el analizante no pueda recurrir a formas de satisfacción sustitutivas, capaces de ahorrarle los sufrimientos que constituyen el motor del trabajo analítico. Sigmund Freud habló por primera vez de la regla de abstinencia en 1915, al interrogarse sobre cuál debía ser la actitud del psicoanalista ante las manifestaciones de la transferencia amorosa. Precisó entonces que no se refiere sólo a la abstinencia física del analista ante la demanda amorosa de la paciente, sino a la que debe ser la actitud del analista para que en el analizante subsistan las necesidades y los deseos insatisfechos que constituyen el motor del análisis. A fin de ilustrar el carácter de engaño que tendría un análisis en el cual el analista respondiera a las demandas de sus pacientes, Freud evoca la anécdota del sacerdote llamado a dar la extremaunción a un agente de seguros no creyente: al término de la entrevista en la habitación del moribundo, sucede que el ateo no se ha convertido, pero el sacerdote ha suscrito una póliza de seguros. Dice Freud que no sólo "...le está prohibido al analista ceder", sino que debe llevar al paciente a derrotar el principio de placer y a renunciar a las satisfacciones inmediatas, en favor de otra, más lejana, de la cual sin embargo precisa que "puede ser también menos segura". Freud volvió sobre el tema en el marco del V Congreso de Psicoanálisis (realizado en Budapest en 1918), a continuación de una intervención de Sandor Ferenczi centrada en la actividad del analista y en los medios a los cuales debe recurrir para perseguir y vedar todas las formas de satisfacción sustitutiva que el paciente puede buscar en el marco de la cura, y también fuera de ese encuadre. En lo esencial, Freud señaló su acuerdo con Ferenczi, subrayando que el tratamiento psicoanalítico debe "efectuarse en la medida de lo posible en un estado de frustración y abstinencia". Puntualiza sin embargo que no se trata de prohibirle todo al paciente, y que la abstinencia debe articularse con la dinámica específica de la cura. Esta última precisión se fue perdiendo progresivamente de vista, así como se olvidó el acento que había puesto Freud en el carácter incierto de la satisfacción en el largo plazo.
El surgimiento de una concepción pedagógica y ortopédica de la cura psicoanalítica contribuyó a la transformación de la regla de abstinencia en un conjunto de medidas activas y represivas que apuntaban a dar una representación de la posición del analista en términos de autoridad y poder. En su seminario de 1959-1960, dedicado a la ética del psicoanálisis, así como en textos anteriores sobre las posibles variantes de la "cura tipo" y la dirección de la cura, Jacques Lacan volvió sobre la noción de la neutralidad analítica, que él ubica en una , perspectiva ética. Freud se había mostrado prudente en cuanto a la posible obtención por el paciente de una satisfacción ulterior, fruto de su renuncia a un placer inmediato: Lacan quiso ser más radical, cuestionando el fantasma de un "bien soberano" cuya realización marcaría el fin del análisis.

Muchos psicólogos y legos pueden sorprenderse de la contundencia de estas palabras. La "cura tipo" fue diseñada para un tipo de pacientes que Freud llamaba neuróticos. Sin embargo, estos y otros pacientes, muchas veces, necesitan algún gesto o actitud que rebase la doctrina teórica de Freud. Bien es cierto que el propio Freud alentaba a saltarse en ocasiones concretas esta base psicoanalítica.
A mi entender, la asepsia psicoanálitica llevada al extremo de las teorizaciones es contraproducente. Incluso el códico deontológico del psicólogo se aleja en gran medida de las teorizaciones del padre del psicoanálisis. Por ejemplo, delimitando y en una forma que podríamos llamar "contrato verbal", delimitar los objetivos que el paciente tiene acerca de su trabajo terapéutico.
El propio Ferenczi escribió artículos revolucionarios sobre estas cuestiones y se alejó de las tesis de Freud, como él otros muchos.
No es la primera vez que comento que la teoría psicoanalítica está muy bien y es fundamental en la formación psicoterápica desde el punto de vista de la técnica y la táctica. Pero las interpretaciones que se hacen de los textos son muy peculiares y subjetivas. Hay que ser prudente, pero si me permiten un ejemplo, el analizar un beso dado de forma espontánea por un paciente o un abrazo no puede ser respondido con un regate. En todo caso se puede trabajar en el análisis si se "huele" una transferencia erótica.
Muchos pacientes necesitan un encuadre aséptico, ese marco les ofrece seguridad, y de esa manera se contienen sus sentimientos y se pueden centrar en el análisis pero no todos tienen esas necesidades. Hay que ajustar la técnica al paciente y tener siempre en cuenta las palabras de Freud pero no como un salmo.

No hay comentarios: