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Paz y Ciencia

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Las psicosis bajo la mirada de Stanislav Grof

La situación en la terapia de la psicosis es confusa, el autor al que voy a "recitar" es Stanislav Grof, en su libro: "Psicología Transpersonal", es una particular visión, que cambia el paradigma vigente. Tengan una actitud crítica y abierta a su mirada, un saludo:



págs. 324-325

Con la posible excepción de los trastornos maniacodepresivos sobre los que parece existir mayor unanimidad, la diversidad de medidas terapéuticas refleja directamente las diferencias de criterios teóricos de su proceso. Los enfoques que han sido utilizados con diversos grados de éxito y fracaso abarcan desde los enérgicos métodos convulsivos y la psicocirugía, pasando por la terapia psicofarmacológica, hasta los procedimientos puramente psicológicos. Algunos métodos terapéuticos recientes contradicen directamente la estrategia médica en el tratamiento de las psicosis. En lugar de proponerse una reducción de los síntomas y la inhibición del proceso psicótico, intentan crear una estructura de soporte y alentar al paciente para que experiencie con la mayor plenitud posible sus síntomas. Desde este punto de vista, incluso parece apropiado el uso de técnicas que intensifiquen y aceleren el proceso conduciéndolo a una resolución positiva, como en el caso de las sustancias psicodélicas o la terapia experiencias profunda.
Es este último enfoque el que deseo explorar y apoyar, ya que según mi experiencia ofrece una alternativa sumamente vital y prometedora al tratamiento tradicional de las psicosis. Existen pruebas abundantes, procedentes de diversos campos de la investigación, que indican que entre las personas con experiencias inusuales de la conciencia, calificadas sistemáticamente de psicóticas, existe un subgrupo considerable de individuos que están llevando a cabo un proceso extraordinario y potencialmente curativo de autodescubrimiento y evolución de la conciencia. Cuandolas condiciones nos son óptimas, como suele ocurrir normalmente en esta cultura en su nivel actual de interpretación psiquiátrica, dicho proceso se detiene frecuentemente en una de sus etapas dramáticas y difíciles.
El psiquiatra o el psicólogo que conozca el territorio tanto teórico como experiencialmente podrá ayudar y dirigir dicho proceso, en lugar de utilizar un enfoque indiscriminadamente represivo, que para estos casos es inadecuado, dañino y contraproducente.
El uso insensible rutinario de tranquilizantes y de otras medidas represivas puede paralizar este proceso potencialmente beneficioso y entorpecer su resolución victoriosa. Dicha estrategia terapéutica
puede convertir la situación en crónica y crear la necesidad de medicación a largo plazo, con la aparición de efectos secundarios irreversibles. Queda por vermla proporción de estados psicóticos pertenecientes a esta categoría, así como la cantidad de individuos de la población en general afectados por dicho proceso. La psiquiatría, con sus estigmatizantes términos, escalofriantes hospitales y procedimientos terapéuticos, ha creado un ambiente que no propicia la reacción honesta. En estas circunstancias, es improbable que obtengamos estadísticas confiables que reflejen lo que está ocurriendo en la población, hasta que logremos crear un ambiente de comprensión y ayuda [...]

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me alegra leer algo en tu blog recién descubierto sobre el queridísimo padrino del LSD Stan Groff. Yo no tengo muchos conocimientos sobre psiquiatría ni a nivel teórico ni muchísimo menos a nivel práctico, pero sí que tengo cierta confianza en el mecanismo terapéutico del que habla Stan a la hora de tratar pacientes psicóticos o trastornados por el motivo que sea...

Es cierto que sus métodos invitan a un cambio de paradigma (lo cual es su atractivo y su perdición en este mundo), pero bueno, hablando en claro: tanto en el uso de drogas psicodélicas como en la respiración holotrópica (y en ciertas formas de meditación) es una evidencia clínica el hecho de que muchos problemas mentales pueden ser tratados por estos medios sin el uso de los fármacos habituales, sean cuales sean para el caso que corresponda. ¿Eficacia terapéutica? Por supuesto. (Usted que tiene su experiencia: ¿lo pone en duda? Es interesante este debate.)

Lo que yo no entiendo es por qué el ámbito de la psiquiatría no se interesa científicamente por averiguar hasta qué punto las palabras de este señor pueden ser de utilidad (o no), porque leyéndolo tengo la sensación de que hay dos mundos totalmente diferentes (y yo diría que enfrentados) en la resolución de conflictos psiquiátricos. Y esto tiene su importancia porque el enfoque transpersonal de Stan nos conduce a nueva dimensión del ser humano que abre puertas hasta ahora desconocidas sobre la conciencia y su funcionamiento.

Y es en este punto donde me gustaría incidir. ¿Qué opinión tiene usted sobre las bases antropológicas de Stan Groff?

Un saludo

Anónimo dijo...

Juan Pablo, muy interesante tu comentario sobre este artículo. No conozco las bases antropológicas de Satanislav Groff, pero me imagino que se relaciona con una visión del ser humano como un ser que está en constante evolución, no sólo física sino también espiritualmente. Y claro, desde una perspectiva así, esos dos mundos en conflicto (Razón-materia v/s psíquismo-espíritu) luchan también a un nivel teórico y práctico, mientras nosotros los humanos estamos en medio de esta batalla tan interesante. Creo que las técnicas alternativas de la psicología y de la psiquiatría nos promueven el autoconocimiento de una manera extraordinaria, pues nos ayudan a hacer consciente la lucha, nuestra lucha: integrar ambos mundos. Cuando una persona comienza a darse cuenta de qué se trata realmente la vida humana, descubre lo que había olvidado o reprimido, desea más que todo Libertad... Mire de donde se mire, si es que no peco de absolutista. En este proceso de evolución por donde vamos todos, espero que el fin sea la libertad, la añoro con todas mis fuerzas...

Unknown dijo...

Me alegra ver esta respuesta, de una manera personal además. Considero una virtud --o un don, el tener la capacidad de ser consciente de esta batalla ontológica de la existencia.

Decía que de manera personal porque además hablas de libertad, lo cual me resulta muy poético, en tanto que carga el lastre trágico del escepticismo, o la incertidumbre. Tu anhelo de libertad.

Esto es ya hablar de filosofía, pero Unamuno en "El sentimiento trágico de la vida" habla en gran parte de esta batalla razon-vs-anhelo de libertad, necesitdad de lo absoluto...

Personalmente tengo la sensación de que la modernidad es bastante escéptica ante esto, y yo me sitúo en un aspecto más místico, podría decirse, ante mi conciencia vital.

Creo posible esta reconciliación entre el eros y el logos en el aquí y ahora, en la conciencia... tal vez misteriosa --"sobrenatural", que abre las puertas de la "Verdad", o libertad, como tú dices.

El problema es que este trágico abrazo entre lo emocional (desde lo más interno) y lo racional es una relación de amor/odio. Vivimos en ese "entre", como suspendidos en una constante incertidumbre.

Pero creo en los momentos de "revelación", superando contradicciones.

Son solo posiciones vitales ante la vida, un bazar de subjetividades dispuestas a su obedecer de acuerdo a las circunstancias. La vida es la vida. Y por supuesto, como dices, en constante evolución.

Un saludo,
Juan Pablo.

Unknown dijo...

Me alegra ver esta respuesta, de una manera personal además. Considero una virtud --o un don, el tener la capacidad de ser consciente de esta batalla ontológica de la existencia.

Decía que de manera personal porque además hablas de libertad, lo cual me resulta muy poético, en tanto que carga el lastre trágico del escepticismo, o la incertidumbre. Tu anhelo de libertad.

Esto es ya hablar de filosofía, pero Unamuno en "El sentimiento trágico de la vida" habla en gran parte de esta batalla razon-vs-anhelo de libertad, necesitdad de lo absoluto...

Personalmente tengo la sensación de que la modernidad es bastante escéptica ante esto, y yo me sitúo en un aspecto más místico, podría decirse, ante mi conciencia vital.

Creo posible esta reconciliación entre el eros y el logos en el aquí y ahora, en la conciencia... tal vez misteriosa --"sobrenatural", que abre las puertas de la "Verdad", o libertad, como tú dices.

El problema es que este trágico abrazo entre lo emocional (desde lo más interno) y lo racional es una relación de amor/odio. Vivimos en ese "entre", como suspendidos en una constante incertidumbre.

Pero creo en los momentos de "revelación", superando contradicciones.

Son solo posiciones vitales ante la vida, un bazar de subjetividades dispuestas a su obedecer de acuerdo a las circunstancias. La vida es la vida. Y por supuesto, como dices, en constante evolución.

Un saludo,
Juan Pablo.