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Paz y Ciencia

sábado, 10 de septiembre de 2011

"Estrés postvacacional"

Los médicos utilizan nomenclaturas que pueden resultar un tanto reduciccionistas. Este es un ejemplo.
Voy a tratar de explicar lo que sucede cuando una persona regresa de vacaciones y la angustia/tristeza le arrastra.
En la mayoría de los casos es una reacción natural, un problema de adaptación. Durante las vacaciones el individuo puede disfrutar de la falta de obligaciones, cambiar de escenario y estar con su familia o amistades, visitar nuevos lugares o simplemente descansar. El regreso no solo supone la vuelta al trabajo sino también una manera de conectar con el modus vivendi del individuo, con su estilo de vida.
Además del estilo de vida están los componentes de personalidad y ambientales.
Todo ello influye en la gestación de un síndrome como el mencionado arriba.
Cabe la posibilidad de emplear una palabra para describir este estado: insatisfacción. El no estar contento o contenta con el estilo de vida es desde luego un problema que provoca un choque entre la vida de las vacaciones y la "vuelta a la rutina".
Existen muchas personas que sufren aunque desde fuera se puede decir que "lo tienen todo"; familia, trabajo, pareja, amistades y aficiones. Sin embargo existe un componente que unos tildan de espiritual, otros se refieren como psíquico y otros como cerebral, que es decisivo para entender y aportar luz a este tipo de sufrimientos. La realidad psíquica es la realidad que cada cual siente y percibe, la manera de construir la realidad y la subjetividad, a una persona no se le puede llegar a comprender bien si no es entendiendo su manera de interpretar la realidad de dentro y de fuera.
La mayor parte de estos "desajustes" postvacacionales se resuelven con el tiempo, en el caso de que se dilatara en el tiempo habría que investigar el porqué de ese problema más a fondo y en su caso, tener un tratamiento psicoterápico. Hay que decir que los fármacos para este tipo de problemas, que se disfrazan de trastornos depresivos y/o de ansiedad, no están indicados. No es positivo taponar los síntomas con fármacos, el objetivo más eficaz es corregir e intervenir en las razones y motivos subyacentes al problema.
No es la primera vez que comento lo siguiente, el ambiente cultural y el modelo médico no ayuda siempre a tratar estos problemas a través de la reflexión sino que las prisas, la urgencia y la poca costumbre a detenerse a pensar limita la capacidad de revertir la perspectiva. Por otro lado los médicos suelen manejar los fármacos de manera comprensible, ellos han sido educados en la fe en la medicina y los psicoterapeutas en la fe en la palabra y la relación terapéutica. Es importante decir que estas últimas palabras son orientativas, ya que existen médicos con una vocación claramente humanista y terapeutas mecanicistas.

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