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Paz y Ciencia

viernes, 13 de febrero de 2009

Pierre Janet: Psicología de los Sentimientos

Pierre Janet

El concepto de la psicología
LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA DE LA CONDUCTA
Desde hace mucho tiempo se ha considerado a la psicología
como la ciencia que estudia los fenómenos que acontecen en
el interior del individuo, es decir, en la intimidad de la
conciencia. Este criterio cierto, sin embargo no basta, y en la
actualidad es sustituido por otro. El individuo está sujeto a la
influencia del medio al que tiene que adaptarse. Así, por
ejemplo, el aumento de la temperatura en un clima cálido
acelera los fenómenos fisiológicos tales como la circulación y
la respiración. El corazón late mayor número de veces y los
cambios respiratorios se intensifican. El hombre, en vista de
ello, ajusta su modo de ser según las circunstancias y procura
suavizar la acción externa: construye sus habitaciones
apropiadas para el caso, dispone sus vestidos y norma su
alimentación. Todo esto origina una conducta que es el punto
de partida de una serie de conductas derivadas. Los seres al
obrar no solamente lo hacen con una finalidad externa, sino
también interna, y en esto hay que diferenciar lo fisiológico de
lo psicológico; lo corporal de lo mental.
La psicología es la ciencia de la conducta humana, o sea de
las acciones. Ya Bergson ha señalado el asunto cuando ha
llamado la atención en la transformación de las percepciones
en acciones. Esto no solamente interesa al psicólogo, sino
también al médico que, como veremos muy pronto, tiene que
apreciar los diferentes grados que presenta la conducta
humana. En efecto, la conducta tiene diferentes grados como
la creencia.
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LA PSICOLOGÍA Y SUS RELACIONES CON EL
PRAGMATISMO
Toda creencia es una promesa de acción, como lo indican los
estudios pragmáticos que han hecho una revolución en la
esfera de la inteligencia. James, en América, es el filósofo de
la acción; pero por desgracia abandona el pragmatismo
cuando funda, como Lange, la teoría de las emociones en
condiciones fisiológicas.
En buena hora que en Francia el profesor Dumas nos hable de
las modificaciones de la circulación y de la respiración en la
tristeza; y que también el doctor Gley se, refiera a las
secreciones internas del hígado y de las otras glándulas en
sus estudios de endocrinología; pero es de desear que los
fisiólogos queden en su terreno sin extralimitarse y que nos
dejen a los psicólogos en el nuestro. 1
NEGACIÓN DE LA TESIS PARALELISTA
El paralelismo de los sentimientos y de las alteraciones
viscerales ya no se acepta hoy. Aun cuando la psicología con
el nuevo criterio a que nos referimos ha obtenido una
conquista, es ciencia que comienza en el nuevo derrotero,
desprendida ya de las preocupaciones y de las ligas con otros
conocimientos que como trabas le impedían formarse a sí
misma.
HISTORIA DE MAGDALENA
Como primera prueba del naciente derrotero de la psicología
en el sentido anteriormente señalado, cabe considerar la
historia de una persona cuyo padecimiento (se trata de una
enferma), viene a aclarar muchas dudas. Corresponde a una
de las 5000 mujeres con trastornos nerviosos y mentales
asiladas en la Salpêtrière. La llamaremos Magdalena. Fue una
antigua bailarina de la ópera que a toda costa quería ocultar
su oficio. Con este motivo andaba mal, o mejor dicho la marcha se presentaba irregular y vacilante, como oscilan en
lo alto los gallos de las veletas en las torres o en los
campanarios de las iglesias. El mal comenzó en una noche de
Noel y fue acentuándose más y más; se diagnosticó una
siringomielia.
El caso es por demás interesante y hay que remontarse a sus
orígenes. Magdalena pertenece a una familia rica y rodeada
de todo género de comodidades. La tímida Magdalena
comenzó a los 12 años de edad a tener escrúpulos y a
espantarse del lujo que tenía en su derredor y que, según
ella, no se lo merecía. Le asustaba el "confort"; quería ser la
más pobre entre las pobres y de ahí la fuga, que primero se
presentó en su espíritu como proyecto y que después realizó
huyendo de la familia. Desapareció y la policía se puso en
acción para encontrarla. Llevó una vida accidentada y estuvo
en San Lázaro entre las mujeres perdidas. A los 40 años la
policía misma la llevó a la Salpêtrière donde se tuvo
conocimiento de ella, pensando al curarla devolverla a su
familia. A la mujer considerada se le dieron múltiples
diagnósticos, pero en la evolución de su mal pueden
considerarse cuatro fases:
a) La sucesión de estados morbosos
1. Estado de tentación; 2. estado de sequedad; 3. estado de
tortura, y 4. estado de consuelo.
Pasemos revista a cada uno de dichos estados.
En el primer estado, de tentación, hay una gran cantidad de
escrúpulos, de dudas, de obsesiones y de problemas
interminables. En esta vida de caleidoscopio hay una idea
religiosa dominante. Piensa emprender un viaje a Roma,
porque la virgen ha subido al cielo y esta noticia quiere
revelarla al papa. Los ángeles la ayudan para cumplir su
misión, que no tiene otro objeto sino defender los intereses
de la Iglesia. Pero para hacerlo necesita emprender el éxodo y
llegar sobre las puntas de los pies. Estos, se afirma que suben
10 centímetros del suelo (?) pero ¡no importa!... hay que ir a
Roma.
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En el segundo estado, o sea de sequedad, hay la ausencia de
sentimientos traducida en un negativismo marcado.
Constantemente está diciendo: "no sé rezar"; "Dios no me
escucha"; "Dios no me ama", etc. Este aspecto cede el lugar
al tercero, o de tortura, en donde afirma que está en el
infierno sufriendo innumerables tormentos físicos y morales.
"He pasado —dice— toda una noche suspendida de las vigas
de mi pieza. Profetizo todos los males. El comercio de París es
de carne humana y parece como si por él hubieran pasado los
cuatro jinetes del Apocalipsis."
En tal convicción de suplicios, Magdalena es mentirosa por
definición. Piensa entonces en el odio de Dios y su delirio se
transforma en delirio de persecución, que presenta los
mismos caracteres que aparecen en los fenómenos sociales, o
sea con sus dos aspectos, a saber: el odio de uno para con los
demás y el odio de los demás para con uno. Es decir, el odio
es recíproco: del sujeto que lo experimenta para con todos a
quienes se tiene y de estos últimos para con el primero.
A la tercera etapa señalada o de agitación sucede el último
periodo de consuelo, cuando el sentimiento religioso la salva y
así como hubo la profunda tristeza durante su enfermedad,
tristeza mezclada con múltiples inquietudes, ahora lleva la
alegría junto con la salud. Son dos curvas que se suceden la,
una a la otra.
b) Los sentimientos referentes
a cada periodo patológico
Reflexionando acerca de los cuatro estados o periodos en la
vida de Magdalena, resulta que hay un problema
correspondiente a cada ciclo y, por lo tanto, en total, cuatro
problemas, a cada uno de los cuales se refieren cuatro
sentimientos fundamentales, respectivamente:
1.Inquietud,
2.indiferencia,
3.tristeza, y
4.alegría.
LAS LIGAS SOCIALES
Cada uno de estos sentimientos se realiza dentro de la
sociedad misma que obra sobre nosotros y nos ofrece
diferentes matices de interés: simpatía, antipatía, odio y
amor; cada uno de cuyos estados, a su vez, es capaz de
originar enfermedades mentales, nada más que en su
provocación es muy común que no exista simplicidad sino, por
el contrario, combinaciones y complejidad grandes, en las que
el psicólogo y el psiquiatra tienen que hacer el análisis, como
lo iremos efectuando en cada uno de los asuntos que
vayamos tocando en el desarrollo de nuestro estudio.
Hay la inquietud de la alegría aislada, así como hay la
inquietud que se transforma en odio cuando se 1e mezclan
ciertas ideas y se acompaña de angustia. Un hombre en quien
no se puede pensar sin que venga a la vez la intranquilidad,
se le odia; así como a una mujer en quien no se medita sin
que aparezca el arrobamiento, se le ama, pero siempre, en el
último caso, con el interés de su afecto y con la duda e
inquietud de su correspondencia.
La simpatía y la antipatía no se pueden concebir sino
socialmente y, a su vez, son la fuente o el punto de partida de
incontables estados de conciencia. Sin embargo, estos
ímpetus de aproximación o de alejamiento que ellas forman,
desaparecen en el estado psíquico especial que hemos
llamado de "sequedad", * rigen de trastornos patológicos
serios a los que vamos a pasar revista.
NOTAS:
* término no corrió con fortuna y no permanece en el léxico
clínico. Hace alusión a un estado de retraimiento o
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aplanamiento emocional, de autismo, que podría
corresponder a la "atimhormia" de Dide y Guiraud. Janet, al
adoptar el término de "sequedad", se inscribe dentro de la
tradición de Galeno para quien "lo seco es más abundante en
la bilis negra (melancolos).
1 En 1925 la psicofisiología permanecía en el terreno de la
entelequia de la misma manera que la pretensión freudiana
de una "psicología científica". Además, se encontraba en su
apogeo la influencia de Bergson y su posición contra la
"metafísica fisiológica".

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