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Paz y Ciencia

miércoles, 4 de febrero de 2009

El misterio de las somatizaciones


Las somatizaciones son un gran misterio de la humanidad. Son una de esas cosas pseudomágicas que hace que las personas aquejadas de tal trastorno (psiquiátrico) no den crédito a lo que les sucede. ¿Cómo puede ser posible que lo psíquico tenga su corolario en el cuerpo?
Del mismo modo que una depresión tenga que ver con no tener ganas de comer o levantarnos de la cama, se puede pensar (desde la lógica de la salud) que pueda repercutir en dolores de cabeza o de otras partes del cuerpo.
Sin embargo estamos hablando ante un problema nuclear, de personalidad, de la forma de ser del individuo, un problema global, que Winnicott llamaría, del “psiquesoma”.
Estamos ante una disociación del individuo, en su mente, dicha disociación se resiste y niega ante potentes evidentes el derecho legítimo a estar enfermo y que la naturaleza de dicha enfermedad no tenga su origen en un órgano distinto al cerebro. En definitiva un órgano, Antonio Damasio explica que en la ontogenia primero es el cerebro y luego la psique. Así que es un problema psiquiátrico-psicológico.
No obstante esto también es un inconveniente…
¿Por qué?
Un psiquiatra o psicólogo explica que es un problema psiquiátrico…
Pues aún existen argumentos para aferrarse al órgano, lo que no puedo cambiar soy yo, el problema no está en mí, es una “cosa” la que me hace estar mal. Sería el diálogo interno de un aquejado de esta afección.
Yo estoy bien, sólo que me duele la cabeza… podría continuar.
Es tal el muro levantado para no mirar hacia dentro que la estructura va siendo cada vez más dura e inflexible hasta que el autoengaño es de tal magnitud que se va perdiendo contacto con la realidad.
La medicina basada en fármacos opina que “los somatizadores” son crónicos. Es un estilo de vida, el Dr. Rubio Larrosa en un libro de Javier García Campayo y Salvanés titulado “Actualización en Trastornos Somatomorfos” defiende la tesis de entender esas patologías desde un punto de vista de la personalidad enferma del individuo, un trastorno de personalidad. Dicho trastorno no existe oficialmente, existe el trastorno en el eje I, trastorno somatomorfo, con sus subtipos, en el caso de arriba dolor psicógeno.
Clásicamente llamado histeria.
El término popular de histeria remite a una persona nerviosa, generalmente femenina, con carácter peyorativo, de allí el que se haya eliminado el término.
Penetrar en el mundo interno de una persona con dicho trastorno (somatomorfo) es generalmente difícil, por ello son etiquetados de “pacientes difíciles”, porque el arsenal terapéutico poco ayuda a la evolución del caso. Incluyo aquí medidas psicoterápicas y medicamentos.
La negación es el mecanismo al que se aferran dichas personas, que después de visitar a varios profesionales y que se le diagnostique correctamente, casi siempre tras pruebas que no hay que desconsiderar, siguen haciéndose pruebas y explicando su malestar por factores orgánicos. La negación y la psicodinamia de estos casos ayuda a entender por qué Herbert Rosenfeld, poskleiniano, estudia dichos casos en su tratado “Estados psicóticos”, un clásico.
Por otro lado el sistema sanitario no puede cubrir siempre con garantías dichos casos, cayendo en la trampa de reforzar el propio trastorno con pruebas e ingresos que medicalizan más al paciente y le distraen de su problema, la psique(soma). Los médicos de urgencias no pueden hacer entrevistas psicológicas a toda persona que acude por razones evidentes. El hospital acaba siendo el útero protector donde el somatizador se siente arropado y cuidado, tratado como lo que es, un enfermo, bajo la ilusión de que tiene una enfermedad tan especial y rara que no somos capaces de detectarla.
Resulta un trastorno que puede llegar a ser grave y refractario al tratamiento, junto con el TLP es también un reto para el terapeuta, por cierto existe comorbilidad. Por cierto puede que siga siendo en el fondo extraña y rara, tal vez haya que escuchar más a estas personas y olvidar pretextos.

3 comentarios:

simalme dijo...

La fibromialgia sería un caso de somatización en la que no se da por huir los pensamientos, sino todo lo contrario, ¿no?.

Anónimo dijo...

Hace 24 años mi mami se quedó paralizada poco a poco, habiendo comenzado con dolores y dificultad para caminar, la llevamos a la Clínica Universitaria de Pamplona y allí le diagnosticaron fibromialgias. Tras 9 días de ingreso, y revisiones totales, la conclusión fue que estaban producidas por problemas psicológicos (afectivos, emocionales...) o por alguna infección (tipo dental). Sabíamos que eran por problemas psicológicos pero ella se empeñó en que le quitaran toda la dentadura (una pena porque la tenía preciosa), mejoró pero en realidad fue la cortisona la que le mejoró. De la otra posibilidad estaba terminantemente prohibido hablar. Así vivió 16 años, visitando Pamplona de vez en cuando para control y actualización de medicación, lo que le proporció mejor calidad de vida.
Yo renuncio a la medicación, mejor exploremos la mente (ir a la "cabeza" del problema). 24 años después puedo hablar.

Anónimo dijo...

Es increíble, a mi me está arruinando la vida, tengo un problema en la piel y después de visitar muchos dermatólogos uno me dijo que mi problema es psicosomático y la verdad es que no sé que hacer, ya he ido a psicólogos y psiquiatras pero nada, no se soluciona. Estoy pensando en probar con la hipnosis porque esto me está matando poco a poco, de hecho ya soy un muerto en vida.