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Paz y Ciencia

sábado, 14 de febrero de 2009

Conversación edípica con Piera y Winnicott


Estoy en un hotel absorbiendo banda ancha del servicio digital y una coca-cola junto a algunos seres queridos. Mientras éstos esquiaban he tenido el gusto de leer parte de "El Sostén del Ser", un libro de Said sobre Winnicott y Aulagnier. No importa lo que se lea cuando la nieve y el Sol acompañan en una melodía suave y dulce a los abetos y pinos. Algunas extrañas figuras humanas se ven deslizar por las laderas y otras, del entorno "freak" se reunen con un café con leche en las cafeterías y alrededores de las pistas. Hoy he tomado café a tres, con Winnicott y Aulagnier. Winnie, el entrañable pediatra hacía unos comentarios que resultan terribles, uno se resiste a creer sus tesis sobre el Miedo al Derrumbe (Fear of Breakdown). Aulagnier hablaba, cuando sorbíamos de "el primer sorbo de vida", refiriéndose a cuando el infans sorbe de la teta de su mamá y se empieza a investir el protoyo, después comentábamos algo acerca de la "metabolización". Winnicott se ha atragantado cuando le he hablado de las interpretaciones kleinianas, Aulagnier, sin embargo estaba muy enfrascada hablando de Lacan y de las similitudes entre ella y Winnie aunque desde paradigmas diferentes, el espejo era el punto de encuentro, el representante les mantenía en tensión.
El punto álgido ha sido cuando hablábamos del trauma, les he contado que últimamente escribo, pienso y huelo mucho esta idea. "Cuánto más gorda es la burbuja, más gorda es la caída" decía un compañero de viaje. Supongo que pensando en la crisis internacional, tan bien explicada por ese economista llamado Leopoldo Abadía (véase teoría de las hipotecas ninja en leopoldoabadia.com). Pues Winnie y Aulagnier me hacían pensar en la extrema sensibilidad que se da a esos primeros meses de vida, los primeros años, en el devenir del yo y como eso depende de un medio ambiente y de una función deseante, Winnie se inclina por el primer modelo, Piera por el segundo.
"En verdad que pobres somos si sólo estamos cuerdos" me decía Winnie al oído cuando intentaba que me analizara, para mí era todo un lujo consultar con él ciertas neurosis, por ejemplo el hecho de que tres personas adultas estuvieran leyendo en una cafetería junto a las pistas y pensando en psicoanálisis, he considerado que era suficiente para consultar.
El "breakdown" es una idea que, dice Winnie, es suficientemente laxa como para que la cláusula poética deje pasa la imaginación, con esto hemos conectado con Castoriadis, pensando en un escrito aproximado por Don Manolo Poncela, gran persona y psicoanalista. Este señor (Castoriadis) y Don Manolo del mayo del 68 y de "la imaginación al poder". La imaginación es hipotecada en este mundo, y así, el psicoanálisis queda denostado; hemos pedido otro café y unas pastas en ese momento de la conversación, yo les miraba con los ojos bien abiertos, con una receptividad que me hacía tener la ilusión de ver a unos auténticos superhombres. Piera es una mujer muy francesa, ese tipo de mujeres me resultan atractivas, muy interesantes pero es tal su grado de intelectualidad que me parecen que son muy lejanas de la esposa-madre que uno necesita, esto se lo he dicho a Winnie cuando Piera se iba al baño.
Tras muchas conjeturas y disquisiciones, asociaciones y comentarios muy enriquecedores hemos retomado el hilo, poco común en estos foros, hemos seguido hablando del miedo al derrumbe. Ese trauma ya ha sucedido, se trata de lo que el amigo y editor de Winnie llamaba "trauma acumulativo" (Masud Khan). "Lo que debía haber sucedido no ha pasado", de allí la presencia de lo negativo. La significación de la ausencia y la falla. Yo he querido hablar de la identificación proyectiva en ese momento y he recordado a Leon Grinberg, quien explica muy claro ideas muy complejas. A Piera esas ideas no le han parecido entusiasmar demasiado y a preferido hablar del espejo de la madre, y Winnie ha dicho algo a colación que tomó prestado a Lacan, aquello de que "el ninó se ve a través de los ojos de la madre". Pîera hablaba de investir el yo y de que estamos "condenados a investir". Hablaba del advenimiento del yo, su manera de expresarse era mucho más difícil de digerir que la de Winnicott pero resultaba muy atractivo escucharle, debo decir que me he excitado. Bueno, debo volver al pueblo y tomar algo de cenar con los esquiadores, ellos pueden pensar que estoy demasiado absorto en un mundo que abriga a otros y resulta áspero y persecutorio a otros, entendiendo que hay matices intermedios. Dejo aquí, en homenaje a mis compañeros de café un fenómeno transicional, como cuando le canto a mi señora su nombre con canciones antiguas. Besicos, que decimos en estas tierras. Enardecido en el Alto Aragón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Especial el lugar, el café (sabría mejor en un sitio así) y el trío. Saludos.