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Paz y Ciencia

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Jugar en el Trabajo en serio


Aflorismo número 9 de Carlos Castilla del Pino.
[9] Haz de forma que sea impropio decir de ti que trabajas, porque juegas.

1ª Edición: septiempbre de 2011.
Herederos de Carlos Castilla del Pino.
Tusquets. Barcelona.

Esta aflorismo me invita a asociarlo con la teoría psicoanalítica, en particular con Winnicott. Quien está en la línea de trabajar en la sesión hasta conseguir que sea un juego, un "playing", esto es, un juego sin reglas, distinto al "game". Para DWW es fundamental llevar al paciente a ese terreno de experiencia que se ubica en el espacio transicional y donde tienen lugar los fenómenos de transferencia y contratransferencia en una atmósfera cálida y distendida. Para él, el medio ambiente era primordial para el desarrollo armónico de la persona, y esto lo plasmaba en su clínica. Dice Winnicott sobre el jugar:




En la conferencia "Sum, Yo soy" (1968), Winnicott comenta:
La creatividad es inherente al juego, y quizá se la encuentre solo allí. El juego de un niño puede consistir en mover ligeramente la cabeza de tal modo que, a causa de la interacción de la cortina con una línea que hay en una pared del otro lado de la ventana, por momentos ve una sola línea y por momentos ve dos. Esto puede mantener ocupado a un niño (o a un adulto) durante horas. ¿Podrían decirme si un bebé al que se alimenta alternativamente con ambos pechos tiene la noción de dos o se trata al comienzo de la repetición de uno? Tal vez sean capaces de captar esas actividades lúdicas, pero no puedo decirles cómo. Supongo que conocen las respuestas a este problema.

Y en otra conferencia, "El jugar y la cultura" (1968), apunta:
Para mi sorpresa, he comprobado que el juego y el jugar y los fenómenos transicionales forman la base de la experiencia cultural en general, y, por ende, lo que indagaba concierne a la mayor parte de nuestras vidas. Incluso en este preciso momento estamos aquí en este espacio potencial, y sin un quehacer materno suficientemente bueno, este debate nos resultaría ajeno.
Por consiguiente, en mi formulación del jugar he considerado fundamental que:
El jugar es siempre excitante.
Es excitante, no por el trasfondo instintivo, sino por la precariedad que le es inherente, ya que siempre se ocupa de la filosa arista que existe entre lo subjetivo y lo que es percibido objetivamente.
Lo que es válido para el juego, lo es asimismo para la Pasión según Mateo que dentro de unas semanas presentarán en el Festival Hall, donde estoy casi seguro de que me encontraré con colegas.


Como dice un gran lector e intérprete de Winnicott, además de compañero de Castilla, el Dr. Javier Lacruz Navas: El jugar o el estar jugando implica una acción creativa, un movimiento que informa acerca de un sujeto vivo, maduro y sano.

Fuentes: "Aflorismos", de Carlos Castilla del Pino y "Donald Winnicott: Vocabulario Esencial", de Javier Lacruz Navas.

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