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Paz y Ciencia

sábado, 10 de diciembre de 2011

Estrés y Estado de Ánimo

El estrés percibido, en relación también a lo comentado debajo de este post, es de manera ineluctable un factor decisivo para la calidad de vida. Ese estrés afecta al estado de ánimo. Si el estrés es mantenido durante tiempo las defensas propias del organismo se ven afectadas e incluso hay más riesgo de contraer enfermedades. Esto lo sabemos los especialistas en Medicina Psicosomática. Pero lo fundamental es que ese estrés cambia el estilo de vida. Maticemos esto detalladamente. En ocasiones es el propio trabajo el que marca un organigrama de vida y por tanto marca cierta tendencia del estilo de vida. Otras veces es la personalidad del individuo la que promueve un trabajo (dentro de las dificultades que hay para hacerlos ahora en este país) y el modo de gestionar este trabajo es dirigido por la forma de construir la realidad. Por ello recalco que es muy importante, sobre todo para personas que se ven sobrecargadas o saturadas, que descansen y desarrollen espacios de creatividad, de ocio, donde se puedan sentir vivos. Existen múltiples posibilidades de ocio, desde salir a dar un paseo, correr, hacer algún deporte, escribir, escuchar música, planchar (un ratito mientras se escucha algo de buena música o se ve la tele), salir de viaje (muy recomendado), salir a dar una vuelta para cenar y ver a los amigos, apuntarse a un taller de arte, de idiomas, de informática, etc. Todo ello descentra a la persona de su ego, en el sentido oriental de la expresión. Le permite más libertad, tomar oxígeno, conocer nueva gente y cambiar de aires. La persona puede lograr por sí sola muchos avances de una manera proactiva. La molicie, la pereza, la desidia, son "virus" que dejan anclados en la situación de origen. En el otro lado, cuando hay exceso de tareas, hay que tratar de realizar un ejercicio de ventilar los espacios psíquicos, para poder respirar y desalojar el aire viciado. Elegir las actividades, o negociarlas si se vive en pareja y tratar de esforzarse en llevar una vida que merezca la pena de ser vivida.
Cuando una persona se encuentra triste (situación normal) o deprimida (situación patológica) tiene pocas ganas de mover los cimientos de su estructura. Tiende al inmovilismo. Organizar una cena le resulta un mundo, acudir a una comida es algo molesto, salir es pesaroso.
Tratamos de construir salud. Para ello se necesita un apoyo que de guía y esperanza en un primer tiempo, una fuerza que promueva el cambio, una palanca movilizadora de cambio. Un pequeño cambio puede dar pie a consecutivas variaciones de la situación original.
La vida de penitencia, tal y como se plantea en España, de esperar el viernes desde el lunes, esperar la siesta desde el despertar no ayuda, claro está, a gestionar la vida de una forma flexible y creativa. Hay que introducir un factor humano que es la pasión, el ir con el corazón en la mano. Existen personas que son felices solo viendo reir a sus niños, otros que se valen el uno al otro, otros que prefieren vivir solas, sabemos que cada persona es un universo mental distinto y que este espacio no trata de ser un libro de Osho o de Krishnamurti. También puedo realizar mis digresiones con el propósito de sentirme realizado aunque la "obra" no sea para encuadrar. Pero ese trabajo intelectual y emocional ya lo he realizado y esto junto con un poquito más que pueda realizar esta mañana ya aporta un sentido a la existencia. Creo que así queda más claro el mensaje. A las 22:00 hora española daré paso a una afición que tengo, el fútbol. Desde pequeñito jugué a fútbol sala y fútbol. Ahora la rodilla no me lo permite después de llegar a jugar en tres equipos pero me gusta ver buen fútbol, sin fanatismos. Puede convertirse ese encuentro deportivo en un lugar de reunión de amigos y amigas para vernos y compartir experiencias así como reirnos de rivalidades. La competitividad y la hostilidad cuando se orienta hacia la realidad impide vivir de manera plena. Que pasen un buen día.

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