PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

sábado, 10 de diciembre de 2011

Sobre el sentimiento de soledad

Puede ser que aquel que lea estas líneas se sienta solo. Ya sea con pareja, amigos, familia o rotundamente solo físicamente. Sin embargo, el sentimiento de soledad corre parejo a un sentimiento de desamparo y al miedo a uno mismo. En ocasiones este pavor se traduce como síntomas de aguda ansiedad y un malestar difuso e inefable. Vivir en pareja no es un "remedio" para solucionar esa sensación, es una ortopedia, un apoyo incalculable pero que se ve intensificado cuando la pareja no está. En esos momentos, según que personas, se sienten abandonadas, poco queridas, con necesidad de comunicarse, de apoyarse en guías que le mantengan con cierto norte o rumbo.
El sentimiento de soledad es una percepción interna, remite al mundo interno, al contenido de las fantasías, a cómo se dibuja la realidad psíquica y esto está nutrido de experiencias biográficas en las que se ha sido más o menos atendido, sostenido, apoyado o validado. El reflejo interno de la voz interior que emite esos desagradables sonidos de desamparo y soledad pueda ir disipándose con un cambio global en la dimensión de la persona.
Desde luego que es algo desgarrador, produce solemne tristeza y un correlato del que no se puede despegar, el vacío. Una sensación de falta, carencia, déficit narcisista o de amor propio o de autoestima si lo quieren decir así. Es una sensación muy molesta, la ansiedad se puede atenuar con ansiolíticos, los síntomas disociativos con otros fármacos como los neurolépticos de nueva generación. Pero el sentimiento de soledad permanece hasta que el sujeto encuentra su lugar en el mundo, la paz interior que diría uno de estos gurús hindús o un gestaltista de según que inclinaciones. Esa paz interior es verse dotado a nivel de lo subjetivo de las representaciones que no ha vivido durante su trayectoria, por tanto es una característica de déficit. Desde desatención, violencia, alcoholismo en el hogar, violaciones, insultos, humillaciones, golpes. Todo esto conforma el psiquismo de una persona que en muchos casos es frágil; aunque en otros, el concepto de resiliencia puede hacer que esa persona pueda superar esa situación y canalizar de manera productiva y reactiva su experiencia para ayudar a otros. Es el caso de muchos trabajadores de ONG, cooperadores internacionales y algún que otro psiquiatra y psicólogo. No obstante, con respecto a estos dos últimos, el psicoterapeuta requiere de un tratamiento psicoterápico para poder trabajar como tal. Un ejercicio sano para no proyectar sus "neurosis" al paciente.
El sentimiento de soledad es más frecuente de lo que pueda parecer, las personas llenan esos vacíos con adicciones con y sin drogas. Es algo descorazonador para esa persona. Pero generalmente una llamada, una quedada con alguien o un mensaje por internet puede suavizar esa situación.
No obstante, sobrevolando el fuero interno está esa ingrata sensación que acude abruptamente y hace daño. A la persona le cuesta acostumbrarse y mucho más entenderlo, solo un tratamiento psicoanalitico puede dar algo de luz a ese aspecto.

No hay comentarios: