PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 5 de febrero de 2019

PAS El amor por la naturaleza



Cuando rompo una rama de mimosa para mis invitados, le pido perdón al arbusto y acaricio con suavidad el lugar por donde la corté. Luise Rinser.

Las personas altamente sensibles dicen tener una profunda relación con la naturaleza, su riqueza de formas, y cómo estas nacen y mueren, encuentra un eco inmediato en las personas sensibles. La naturaleza no sólo despierta su sentido de la belleza, sino que inspira en ellas un profundo respeto por la creación.
Los bosques, los prados, las montañas, los ríos y los mares les ayudan a relajar el cuerpo y la mente, sobre todo cuando el ruido, por lo general omnipresente, no logra invadir estos espacios. Cuando las personas altamente sensibles entran en contacto con la naturaleza, su ansiedad y sobreexcitación van disminuyendo paulatinamente. La naturaleza es un recurso fundamental, el lugar de descanso por antonomasia. Puede confortarnos y tranquilizarnos. Nos enseña mucho acerca de la vida y la muerte, que somos parte de la creación y, al igual que las flores y los árboles, parte de un mismo orden. Nos permite aprender mucho acerca del misterio de vivir los unos con los otros, pues los árboles y las plantas también se comunican y son interdependientes. Como conceden tanta importancia a la naturaleza y esta las nutre profundamente, las personas sensibles tienden a cuidarla y preservarlas en la medida de sus posibilidades.
Este comportamiento no es una muestra de sentimentalismo, sino de un amor tierno y consciente por nuestro maltratado planeta y sus criaturas.

Tener un jardín, relacionarse con las plantas y los animales nos vuelve más silenciosos. No podemos espantar al mirlo que incuba sus huevos en el nido. La rana del estanque no debe oír nuestros pasos. No debemos despertar al gato que duerme en el banco. Mi presencia no debe afectar a las flores del ciruelo y del almendro más de lo que lo haría un soplo de viento. No me atrevo a pisar el césped en el que crecen las margaritas.
Luise Rinser.

Las personas sensibles tienen una cualidad difícil de encontrar en la sociedad actual: la capacidad de percibir y admirar la belleza.

Antje Sabine Naegeli. Analista existencial.
Ver Vivir con Alta Sensibilidad. Ed. Herder.

No hay comentarios: