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Paz y Ciencia

martes, 22 de marzo de 2011

Psicoterapia: cosa de dos

Los comienzos en psicoterapia pueden producir cierta extrañez al paciente, acostumbrado a una entrevista dirigida y una prescripción de uno o varios fármacos, ese es el modelo, simplificando mucho, que nos encontramos en la Salud Pública. En los hospitales hay lugar para el contacto con el enfermo pero desde la vertiente biológica, también se puede hacer un sostén emocional en esos rápidos pasajes que el médico hace para realizar la valoración y contactar con el enfermo.
En psicoterapia cambian las coordenadas, el paciente tiene que verbalizar cómo se siente, qué piensa, el paciente siente algo en relación a su terapeuta, el terapeuta debe observar y procurar ajustarse a su demanda en inicio para aliviar ese sufrimiento.
Sin embargo es más fácil mostrar un dolor físico, tangible que un dolor emocional e intangible. A veces ni las personas cercanas entienden qué está pasando. Y esto es terrible para el paciente, en estos casos es importante una psicoeducación a nivel familiar o un tratamiento vincular o de familia. Cuestión que muchas veces no es posible por el cansancio que sienten las familias y el no verse parte del problema, el paciente identificado se entrelaza con las biografías y conductas y actitudes de la familia siendo un circuito que se retroalimenta a sí mismo. Y ciertas conductas pueden ser mantenedoras del problema.
Pero en una psicoterapia individual hay que contar con que es una cosa de dos, si la persona no está dispuesta a luchar, y esto es relativamente frecuente porque acuden con las fuerzas muy mermadas hay que darle un apoyo dirigido para fundamentar el trabajo que luego se podrá realizar más profundo.
Hablar de sentimientos en esta sociedad es cada vez más difícil, donde solemos hablar de cosas, ya sea de biología o de objetos inertes como un coche o una televisión.
Un médico me decía el otro día que existen muchas personas que sufren y que no toman psicofármacos, esto es cierto, los psiquiatras prescriben fármacos a síntomas y luego realizan una tenue entrevista de exploración para valorar el efecto de estos (psiquiatría biológica).
En psicoterapia la persona va construyendo un espacio mental, intervincuncular e intersubjetivo donde se va trabajando, primero, procurando construir un ambiente confiable para poder depositar las angustias y los potenciales de salud, materia prima del cambio.


Psicoterapia: ES EL TRATAMIENTO psicológico de distintos problemas de naturaleza psíquica; tiene por objeto eliminar o modificar, a través de una relación basada en el intercambio verbal, los comportamientos perturbadores, favoreciendo de este modo el crecimiento y el desarrollo de la personalidad de forma armónica y, sobre todo, integrada.
El término psicoterapia hace referencia al aspecto central y más importante de toda la cuestión del tratamiento de los trastornos mentales. La psicoterapia en sentido genera­lizado es cualquier forma de ayuda y trata­miento a través de la palabra y la relación interpersonal, capaz de aliviar los sufrimien­tos o los problemas psicológicos del sujeto. Más concretamente, se puede afirmar que la psicoterapia es el tratamiento, con medios psicológicos, de problemas de naturaleza psí­quica; en él, una persona cualificada al efec­to establece deliberadamente una relación profesional con el paciente (cliente) con ob­jeto de eliminar, modificar o atenuar los sín­tomas que manifiesta, de mediar formas al­teradoras de comportamiento y de promover el crecimiento y el desarrollo positivo de la personalidad. Esta definición, al mismo tiem­po que permite considerar como formas de psicoterapia procedimientos técnicos muy distintos entre sí, barre una serie de equívo­cos hábilmente sostenidos por detractores de la psicoterapia, para quienes, paradójicamen­te, incluso las conversaciones informales con un camarero pueden tener una función psi­coterapia. En realidad estas conversaciones, a pesar de las buenas intenciones y de la be­névola y neutral “capacidad de escuchar” del interlocutor, se traducen casi siempre en mo­nótonos y repetitivos consuelos verbales que no dan ningún resultado y que de hecho de­jan al sujeto solo con sus dificultades. Nos hallamos en cambio ante una forma de psi­coterapia cuando se utilizan medios psicoló­gicos y cuando existe una relación entre una persona (o grupo de personas) que se reco­noce como paciente, necesitada de tratamien­to, y una persona que se reconoce y es reco­nocida como terapeuta, dispuesta a curar.
El tratamiento psicoterápico responde, ade­más, a otros dos criterios no menos impor­tantes e igualmente vinculantes: los encuen­tros deben estar regulados de forma concreta y han de celebrarse en un lugar determinado (criterio del tiempo y del espacio); los encuen­tros deben ocupar un lugar en el seno de un proyecto (objetivo terapéutico).

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