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Paz y Ciencia

martes, 22 de febrero de 2011

Psicoterapia en TLP y TAB y diferencias

Una de las funciones de la psicoterapia integrativa en su vertiente cognitiva, tiene aplicación en el ámbito de la bipolaridad y el trastorno límite. Dolores Mosquera y su equipo de logpsic están realizando una gran labor en España. Existen manuales de uso, el primero fue Diamantes en Bruto I (Teórico y de Divulgación) y el II que es un programa cognitivo-conductual.
Lo interesante para mí, no son los autorregistros ni esas formas de obligar al paciente a recordar su trastorno a lo largo del día. En esas patologías graves con una grave implicación y emoción expresada de la familia, por lo común, nos encontramos con que la familia necesita una ayuda para saber comprender qué le pasa a su hijo y cómo funcionar en momentos de crisis y de estabilidad.
Empezaría diciendo que no soy amigo de las etiquetas, pero el TAB y el TLP requieren de un abordaje holístico, una psicoterapia con frecuencia entre las sesiones y muchas veces psicofármacos, de inexcusable valor en el trastorno bipolar. La diferencia entre el TAB y el TLP es que el primero es reactivo a acontecimientos vitales estresantes y el segundo tiene un déficit de metarrepresentación, esto es, la persona no consigue integrar los aspectos buenos y "malos" del mundo y acaba disociando en blanco y negro su modo de ver el mundo, o idealiza o devalúa. Fluctúa mucho más rápido y casi se puede confundir con los clicladores rápidos de un TAB. La terapia cognitiva propuesta que me parece útil es el hecho de registrar en consulta los aspectos que el paciente realiza bien cuando está determinado, esto es, sus capacidades, potencialidades, recursos y aspectos mundanos que pueden pasar de largo, ejemplos: pasear, salir a hacer la compra, escribir, hablar con la pareja o con un amigo por teléfono, arreglar algo en casa, estudiar, trabajar, etc.
Durante las fases "altas", la hipomanía tiene menor desconexión con la realidad y puede derivar en manía que se entiende como una efervescencia de euforia desmesurada y de trastornos de la conducta, como dirían los amantes del DSM. Los "brotes psicóticos" se dan en estas patologías que se llamaban no hace mucho tiempo psicosis maníaco-depresiva hasta que se incluyó en los trastornos del estado de ánimo como la depresión monopolar, también se denomina el TAB depresión bipolar.
El psicoanálisis ortodoxo deja a estos pacientes desamparados ante el silencio, las descompensaciones se vuelven atroces y la psicoterapia de orientación o inspiración psicoanalítica se antoja más eficaz, el cara a cara proporciona un refuerzo verbal y una orientación de las coordenadas del espacio que da mayor seguridad a la persona. También debo decir que no siempre es tan duro llevar un psicoanálisis para estas personas pero quizá hoy por hoy no sea la terapia de preferencia. La terapia cognitiva está realizando grandes avances y se trata de integrarla dentro del esquema referencial del psicoanalista para ayudar mejor a este tipo de pacientes y otros que requieren un encuadre y un modelo de trabajo distinto.

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