Yo diría que el paranoico ha introyectado también un objeto real y total, pero no ha podido llegar a una identificación completa con él, o habiendo llegado a esta, no ha podido mantenerla. Mencionaré unas cuantas razones responsables de este fracaso: la ansiedad de persecución es demasiado grande; hay sospechas y ansiedades de naturaleza fantástica que dificultan una completa y estable introyección de un objeto bueno y real. Habiendo sido introyectado como tal, hay poca capacidad para conservarlo como objeto bueno, puesto que dudas y sospechas de todas clases harán que el objeto amado se torne pronto en un perseguidor. Así, su relación con los objetos totales y con el mundo real está todavía influida por su primera relación con objetos parciales internalizados y con heces respectivamente como perseguidores, y puede ceder otra vez a estos últimos. Me parece que es característico del paranoico que aunque desarrolle un fuerte y agudo poder de observación del mundo externo y de los objetos reales, a causa de su ansiedad de persecución y sus sospechas, esa observación y su sentido de la realidad están sin embargo falseados, puesto que su ansiedad de persecución hace que mire a la gente principalmente desde el punto de vista de si son perseguidores o no. Donde la ansiedad de persecución por el yo se halla en camino ascendente, no son posibles ni una identificación completa y estable con otro objeto, en el sentido de considerarlo y comprenderlo como realmente es, ni una capacidad plena para el amor.
Otra razón importante por la cual el paranoico no puede mantener su relación de objeto total, es que mientras las ansiedades de persecución y la ansiedad por sí misma están todavía operando tan fuertemente, no puede soportar el peso adicional de ansiedades por un objeto amado, por los sentimientos de culpa y remordimiento que acompañan esta posición depresiva. Además, en esta posición puede hacer mucho menos uso de la proyección, por temor de expulsar sus objetos buenos y de este modo perderlos, y, por otra parte, por temor a dañar objetos externos buenos al expulsar de su interior lo que es malo.
Vemos así que los sufrimientos relacionados con la posición depresiva lo arrojan regresivamente al estado paranoico. Sin embargo, aunque se haya alejado, la situación depresiva está siempre presente. Esto explica, en mi opinión, el hecho de que frecuentemente encontremos la depresión junto con una paranoia grave, aun en casos de depresión no tan severa.
Melanie Klein
No hay comentarios:
Publicar un comentario