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Paz y Ciencia

domingo, 30 de diciembre de 2012

Fritz Perls y la terapia

Fritz nos indica que, antes que nada, debemos fijarnos en la calidad de la involucración del paciente. El "cómo" de su conducta comienza con la dimensión autístico-relacional. Debe aclararse el punto de cuál es su preferencia en lo concerniente a su involucración, en términos de él mismo, de su medio ambiente o de su intelecto. ¿En dónde se encuentra? ¿A quién, o a qué, presta atención? Si está consigo mismo, ¿en qué parte de él, y cómo? Si sabemos dónde se encuentra el paciente, podemos estar con él. Podemos tomar nota de sus maneras características de involucrarse, y cómo las emplea. Vemos cuándo cambia, cuando viene y cuándo va, qué ocurre en su mundo cuando él prefiere dejar el presente, y cómo se muestra dispuesto a volver. Nos enteramos un poco de cómo se desenvuelve dentro de las tres formas de ser y cómo se evade.
Si el paciente se retira a un lugar en su fantasía y posteriormente nos habla de ese lugar, descubrimos las condiciones que establece para encontrar la comodidad y cuidarse de sí mismo y, al enterarnos de qué es lo que él crea en su propio lugar preferido, descubrimos qué es lo que evita o qué es lo que falta en la situación presente.

Rodrigo Córdoba Sanz

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