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Paz y Ciencia

martes, 15 de junio de 2010

Terapia Grupal en TLP, Dolores Mosquera


A continuación transcribo algunos testimonios de pacientes:
"Dentro de la terapia para mí están siendo fundamentales las sesiones de grupo,
la verdad es que no sé como hubiera sido todo sin ellas. He aprendido que esto le pasa a cualquiera, que no era un castigo por ser horrible, ya que conocí a gente maravillosa y allí me siento útil"
"La terapia me ha ayudado a conocerme más a mí misma. Mi participación en el
grupo al que valoro intensamente, saber que hay otras personas como yo y que no soy unser extraño ni único en este planeta me ha ayudado muchísimo. No sé cuando terminarápero me va a dar una pena inmensa porque me ha ayudado a comprender muchas cosas.Además mis compañeros son personas tan especiales y extraordinarias…. Me hacen sentira gusto, cómoda, integrada y aceptada. Es muy difícil de explicar……en la mayoría de las sesiones aprendemos cosas y nos ayuda a conocernos mejor, a nosotros mismos y a aprender a relacionarnos de una manera más sana con los demás. Incluso me gustan los malos entendidos porque sirven para rectificar y aprender a no cometer los mismos errores"
"Me sentí libre, sin prejuicios y por primera vez expresé lo que sentía sin
barreras. No quiero tener máscaras y aquí soy yo (con mis buenos y malos momentos).
Cuando hay malos entendidos se aclaran y no pasa nada. El "dolor compartido" es más
fácil de llevar es una verdad como un templo y me ha ayudado a mejorar en casi todos mis aspectos, sobre todo en la comunicación"
"Me gusta que todos participemos y nos contemos cosas, incluso, personales.
Disminuye mi gran miedo a sentirme rechazado"
"El grupo me aporta una sensación de libertad, utilidad, empatía, complicidad,
confianza…… difícil de lograr en otro sitio. Para mí es un compromiso conmigo, contigo y con los participantes del grupo. En las reuniones me siento generalmente bien por el clima de confianza, sinceridad, comprensión….. que se crea. Lo que más me gusta es que haya intercambio de experiencias con tal grado de confianza y transparencia difícil de lograr fuera del ámbito del grupo que hacen del grupo algo único, especial y positivo. Lo que menos me gusta es el dolor de los demás, me siento impotente ante él hago lo que puedo y sé por atenuarlo pero no tengo la pócima milagrosa ni para mí ni para nadie. Soy muy sensible al dolor de los demás"

Es importante crear una alianza positiva entre los participantes, una sensación de
“pertenencia”. La participación en el grupo ayuda a visualizar aspectos positivos y negativos de la forma de relacionarse de los participantes y al estar compuesto por personas con una sintomatología similar, disminuye la sensación de “bicho raro”, los participantes perciben un entorno seguro que les facilita mantener una postura más dinámica y participativa.

El efecto espejo: hacerse consciente de actitudes y comportamientos propios mediante la observación de similitudes en los compañeros. Uno de los objetivos básicos de la terapia de grupo para personas con este diagnóstico es que los participantes se hagan conscientes de cómo su manera de comunicarse y de comportarse en el contexto terapéutico afecta a los demás y que observen cómo la de los demás, a su vez, les afecta a ellos. El hecho de participar en un grupo les puede ayudar a mejorar en la comunicación y a expresar los sentimientos de una manera más apropiada y menos intensa. Otro objetivo es ayudarles a comprender cómo sufren y actúan otras personas con problemas similares, dado que esto les permite verse reflejados en los comportamientos y reacciones de sus compañeros.
Uno de los aspectos positivos que se puede observar en los grupos es que
ayudan a visualizar tanto los aspectos positivos como los negativos respecto a la
manera que cada participante tiene de comunicarse y/o de relacionarse con los
demás. El poder observar esto y señalarlo les ayuda a aprender de los demás y del
feedback dado por los compañeros y por los terapeutas. Suele ayudar a que se
planteen que “quizás ellos no son tan malos”.
Es más fácil entender o reconocer los problemas cuando se observan en otros
y esta coincidencia puede ayudarles a comprender o reconocer sus propias dificultades
y verlas “desde fuera”. Uno de los principales objetivos es crear una alianza
entre los miembros del grupo, una sensación de pertenencia y de trabajo en equipo,
ayudarles a comprender que se trata de un grupo de apoyo en el que se intentará
aumentar las sensaciones positivas entre los participantes y fortalecer y/o crear
nuevas habilidades que les permitan hacer frente a los problemas de su vida cotidiana.
Además de esto se persigue que disminuya la sensación de “ser diferentes” o “bichos raros” que tienen muchos de estos pacientes y que lleguen a la conclusión de que cada persona es única y diferente, no solo ellos.

Recomendaciones generales para el funcionamiento de los grupos
Para conseguir que los participantes se interesen, quieran acudir a la terapia y se involucren en las sesiones, puede ser útil tener en cuenta los siguientes puntos:
– Estructurar las sesiones.
– Facilitar un ambiente agradable.
– Crear un entorno seguro.
– Permitir que los participantes se expresen de forma natural.
– Tener en cuenta las sugerencias de los participantes y solicitarlas, pedir su
opinión (esto aumenta la sensación de trabajo en equipo).
– Fomentar el intercambio de opiniones.
– Abordar los problemas abiertamente.
– Dar feedback a los participantes.
Estructurar las sesiones permite que los participantes sepan a qué atenerse,qué pueden esperar de los demás (tanto de los compañeros como de los terapeutas)y qué se espera de ellos. En este sentido suele ser muy útil dedicar parte de la primera sesión a establecer una serie de “sugerencias” o “normas” que deben respetarse durante las sesiones, siendo claves la asistencia continuada y la participación
activa de cada participante. Entre estas sugerencias las más frecuentes son
decidir la duración de las sesiones, la periodicidad, cómo han de establecerse los
contactos fuera del grupo para que no interfieran, etc. Una de las “normas” básicas
del grupo es la confidencialidad.
A partir de aquí crear un ambiente agradable será mucho más fácil. Para esto es importante animar al paciente a expresarse de manera natural, es decir, tal y como lo hace en su vida cotidiana, pues solo así tendremos acceso a su manera real de comunicarse y podremos ayudarle a modificar aquellos aspectos que pueden estar interfiriendo en sus relaciones con los demás y en la resolución de conflictos y malos entendidos. Recomiendo fomentar el intercambio de opiniones y tener en cuenta las sugerencias de los participantes, pues esto da la sensación de trabajo en equipo y ayuda a crear un entorno seguro en el que cada participante sabe que puede opinar y se espera que lo haga, que tiene voz y voto y que cada sugerencia será valorada entre todos. Además, esto les ayuda a entender que el que los demás tengan una opinión diferente no quiere decir que desaprueben la suya (algo frecuente en las personas con este diagnóstico, que al estar tan necesitadas de aprobación tienden a vivir cualquier desacuerdo como una confrontación, un desprecio, una humillación e incluso un rechazo hacia su persona).
En ocasiones, es inevitable que surjan roces y malos entendidos entre los participantes del grupo; cuando esto ocurre conviene abordarlo en la misma sesión de
terapia, pues es una excelente oportunidad para practicar las habilidades que se
pretende enseñar.Y ayudarles a resolver conflictos.
Para que todo lo anterior sea posible en un grupo de personas con trastorno límite de la personalidad, es recomendable seleccionar a los participantes del grupo e intentar que sus características y dificultades sean similares, lo cual facilitará la
cohesión y fomentará el interés entre los participantes. Para esto será necesario
conocerlos un mínimo antes de proponerles su incorporación al grupo. Además,
recomiendo formar grupos abiertos para que puedan incorporarse nuevos participantes
a lo largo del año. Esto ayuda a los más avanzados a ser conscientes de sus
progresos y también aporta un “aire fresco” al grupo. En ocasiones puede resultar
útil incorporar en el grupo uno o dos participantes más avanzados, cuya presencia
motivará a los compañeros y les ayudará a ser conscientes de sus logros. Para los
que se acaban de incorporar el que haya compañeros más avanzados les permite ver cuánto pueden llegar a mejorar.
Otro aspecto positivo es adelantarse a los problemas como estrategia, ya que de cada grupo se sacan conclusiones y un nuevo aprendizaje, que se pueden plasmar en ejemplos que ayuden a nuevos pacientes a prever posibles conflictos y así solucionarlos en lugar de huir de ellos.

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