Kohut

Kohut nació en 1913 en los Alpes austríacos, y se graduó de médico en Viena, luego de comenzar su análisis con un amigo de Freud, August Eichorn. Escapa del dominio nazi -poco después de la migración forzada de Freud a Londres- dirigiéndose a USA y especializándose en neurología en Chicago, y continuando su análisis, ahora con Ruth Eissler. Comienza allí su especialización en psiquiatría y psicoanálisis, ingresando al Instituto de Psicoanálisis en 1944 en el que luego de graduarse, enseñará Teoría freudiana y recorrerá los distintos pasos hasta llegar a ser analista didáctico.

El ha sido, parafraseando a Guntrip al referirse a Freud, quien ha puesto la piedra fundamental de un edificio, el de la Escuela del Self, cuya construcción continúa.

Su obra trasciende su vida debido a su capacidad de proponer nuevos enfoques de gran valor en la práctica del psicoanálisis en la actualidad, así como a la de haber contribuido a formar discípulos idóneos, capaces de investigar la obra del fundador, recreándola, polemizando con él y ampliándola más allá de las fronteras de aquellas patologías que tanto le apasionaron en su clínica (nos referimos especialmente a los Trastornos narcisistas de la personalidad).

Fue Presidente de la Asociación Psicoanalítica Norteamericana (1964-65), vicepresidente de la IPA (1965-73), vicepresidente de los Archivos S. Freud (1971-81) y Miembro de la Academia Austríaca de Ciencias.

BREVE SÍNTESIS DE SU OBRA
Diferentes Períodos

a) En los trabajos previos a 1965, sus contribuciones parten desde el esquema referencial freudiano. También cita, en su bibliografía, a quienes fueron sus predecesores y contemporáneos locales (Hartmann, Erikson, Mahler, Kris, Lowenstein). Gradualmente incluye pensamientos originales, a partir de plantear sus concepciones sobre los desarrollos del narcisismo.

Su particular enfoque comienza a manifestarse en 1959, con la presentación de un trabajo en el cual rescata los instrumentos fundamentales de la práctica analítica: la empatía y la introspección. Se trata de “Introspección, empatía y psicoanálisis”.

b) En 1966, presenta en Buenos Aires una ponencia en la que desarrolla las transformaciones maduras del narcisismo: empatía, humor, sabiduría y aceptación de la finitud de la vida. Este artículo se encuentra publicado en Psicoanálisis de las Américas (Ed.Paidós, 1968). También de este período son sus trabajos, ya clásicos, “Formas y transformaciones del narcisismo” y “Reflexiones sobre la furia narcisista”. En esta etapa sistematiza las primeras transferencias narcisistas que investiga diferenciándolas en especular e idealizada.

c) En 1971 publica su primer libro, “Análisis del self”, que aparece en español en 1977, en el que destaca su concepción del narcisismo como fuente de un desarrollo independiente de la libido (concibe un desarrollo biaxial de la libido: objetal y narcisista, opuesta a la concepción de considerar al narcisismo subordinado al amor objetal).

d) En 1977 aparece su segundo libro: “La restauración del si mismo” , en el que aporta una original descripción de la época en que se gesta el análisis en la Viena de finales del siglo XIX, los valores sociales jerarquizados y su concepción del Self como continente de un psiquismo emergente de la relación individuo medio ambiente. Es aquí, cuando Kohut se aleja radicalmente de la teoría clásica de instinto / defensa (teoría del conflicto), y fundamenta sus posturas en pensamientos que terminan configurando una línea propia que agrupamos como la “Escuela de la Psicología del Self”.

e) En 1984, se publica su último libro: “Como cura el análisis?”, escrito poco antes de morir, en 1981.

También en 1981, publica su trabajo póstumo “Introspección, psicoanálisis y el semicírculo de la salud mental” en el que opone al mito edípico (que fundamenta la teoría freudiana del conflicto), el mito de Odiseo con el que Kohut justifica su pensamiento más elaborado, basado en un narcisismo reparador, que lleva a la preservación de los hijos, a la cooperación intergeneracional (y no necesariamente a la rivalidad edípica). Para él, la muerte de Layo, padre rival, a manos de Edipo, la posterior pareja con su madre, la culpa y la ceguera son una consecuencia del abandono temprano del niño, un resultado del sufrimiento de un self inmaduro incapaz de dominar sus instintos.

Nuevamente aparece jerarquizando al ambiente humano receptor de un bebé, que necesita tanto de sus objetos más tempranos, de sus cuidadores, (como diría Balint, del aire necesario para respirar y sobrevivir) con el fin de ir creando su psiquismo. Son necesidades de la criatura humana previos al devenir de las vicisitudes instintivas.


LOS APORTES CENTRALES DE KOHUT AL PSICOANÁLISIS

*Combate contra el prejuicio que propone “al narcisismo como primitivo, y a la relación de objeto como más evolucionada”, por lo cual la curación dependería de la transformación del narcisimo en libido objetal para el logro de la madurez. Como alternativa, postula dos líneas de desarrollo independientes, no jerárquicas, la del narcisismo y la instintivo-objetal.

*El concepto de Self no resulta una idea abstracta, siempre en su obra, es cercano a la experiencia.

*El acercamiento íntimo que permite la comprensión al Self se establece por la empatía, la que a su vez, delimita el campo abarcable por el psicoanálisis en la clínica.

*El narcisismo es caracterizado por su particular modo de vivenciar al objeto como una parte de si-mismo. Esta modalidad vincular, está en directa relación con la aparición de trastornos de la autoestima, (que no es, en la concepción kohutiana, un resultado del conflicto impulso/defensa).

*A partir de las particulares Transferencias Narcisistas, describe los Trastornos Narcisistas de la Personalidad y de la Conducta.

Las transferencias narcisistas serán llamadas, a poco de andar, “transferencias objeto del self”, definiendo a este objeto, como aquel que está cargado narcisísticamente para el sujeto y con el que se vincula básicamente de tres maneras: especular, idealizada y alter ego. Estos vínculos son imprescindibles para la supervivencia y el desarrollo del niño, que requerirá ser reflejado, así como necesitará de una figura (un objeto del self) a quien idealizar, y luego de un objeto que funcione como par con él (alterego). Este tipo de transferencias, estarán presentes en el análisis, en función de los déficits de los objetos del self existentes en la evolución del sujeto. Estos déficits resultan de una detención del desarrollo, que podrá retomar su dirección, si el analista responde empáticamente, a la manera del objeto del self necesitado.

Recapitulando entonces, un sujeto dispone de un “capital transferencial” que reconoce dos orígenes: a) de los déficits originados por la no disponibilidad o por la falta de empatía de los objetos primarios, que debieron, a través de sus funciones, satisfacer necesidades básicas del bebe en su crianza. b) de los conflictos edípicos.

Al igual que Winnicott no adscribirá a la hipótesis de la pulsión de muerte.

Las patologías narcisistas descriptas por Kohut son los Trastornos Primarios del self (psicosis, borderlines, adicciones,) y las Secundarias (TNP, neurosis).

*El desarrollo psíquico humano no finaliza nunca. No termina en un “aparato” que procesa pulsiones - que se descargan, subliman o están en conflicto con la represión- y cuyo fin es la constitución del Super Yo, o la maduración a través de la genitalidad.

El autor señala que Freud se ocupó de caracterizar al Hombre Culpable, motorizado por los instintos y defendiéndose contra ellos, y teniendo como paradigma al Conflicto Edípico (basado en la lucha intergeneracional) como modelo de conflicto y centro del desarrollo psíquico. Kohut comenta que esta concepción universaliza el conflicto, remitiéndonos a una perspectiva restringida a lo psicobiológico.

El propone entonces otro paradigma, basado en lo que denomina el Hombre Trágico que busca su destino y es apoyado por su padre (cooperación intergeneracional.) Opone al mito de Edipo, el de Odiseo o Ulises, y señala a este enfoque como psicológico, y lejos del determinismo instintivo. Plantea la diferenciación de la fase o estadio edípico, de aquello que resulta una patología de esta fase: el complejo edípico. Si el desarrollo fue posible debido a una articulación adecuada con el medio, el niño transcurrirá por “el período o fase” edípica normal en la evolución, en la que predominará la colaboración o cooperación intergeneracional por sobre la competencia o el odio. El niño y su padre sentirán orgullo uno por el otro y no se desearán la muerte recíproca.

* Otro aporte es su contribución al estudio contextual en el que el psicoanálisis se desarrolla en cada época. Dice en 1984 "...en contraste con la estructura de personalidad de los pacientes de fin de siglo, cuyo examen llevó a Freud a concebir una psique dicotomizada y más tarde hablar del conflicto estructural, la organización de la personalidad prevaleciente en nuestro tiempo no está tipificada
por la simple escisión horizontal que provoca la represión.

La psique del hombre moderno, aquella que describieron Kafka, Proust y Joyce, está debilitada, fragmentada en múltiples partes (escindida verticalmente) y carente de armonía. De ello se desprende que no podremos comprender en forma adecuada a nuestros pacientes y explicarnos lo que a ellos les ocurre, si pretendemos hacerlo con la ayuda de un modelo de conflictos inconscientes no apto para ello".

Resultan, entonces, diferentes los valores sociales jerarquizados en la época del surgimiento del psicoanálisis (conocimiento -el saber- e independencia) y los que valorizamos hoy como necesarios: presencia, comprensión y disponibilidad de los objetos.

* Kohut propone una metapsicología basada en un self con dos polos: el Polo de los ideales (en relación al ser) y el Polo de las ambiciones (el tener) entre los cuales se establece un arco de tensión. El polo de los Ideales del Self se constituye a partir de la relación con un Objeto Idealizado, formando la Imago Parental Idealizada que de ser deficitaria requerirá del objeto para fusionarse logrando calma e infalibilidad. Otro polo será el resultante de la unión con el Objeto Especular del cual obtendrá confirmación, aprobación, vigor y grandeza, mientras los Talentos y Habilidades que constituyen el Arco de Tensión reclamaran un vínculo con un objeto alter-ego o gemelar.



www.apdeba.org Por Carlos Nemirovsky, autor del libro "Winnicott y Kohut"