PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

domingo, 31 de julio de 2011

Algo sobre la tristeza



La tristeza es una emoción compleja, pero no vamos a teorizar con respecto a algo que hace sentir una derrota personal. Cada persona la expresa a su modo, desde recursos y mecanismos diferentes. Unos lo transmiten con rabia, otros con una búsqueda intelectual (esto es frecuente en el campo de la psiquiatría y la psicología, donde el temperamento melancólico es relativamente frecuente). Otros lloran, se tumban en la cama y esperan que el tiempo pase, otros la tratan de encubrir, otros la llevan al paroxismo de la teatralización, otros lo proyectan sobre el otro y así podríamos hacer casi un listado infinito. Pero en esencia la tristeza, además de ser un compendio de todo lo citado anteriormente es una sensación subjetiva que tiene unos signos característicos. Está presente en trastornos afectivos, en procesos de duelo, en trastornos de personalidad, etc, etc.
Como he dicho otras veces, y haciendo mención a un buen consejo que daba Castilla del Pino y que manifiesta en su obra, las pasiones del alma están reflejadas con precisión y detalle en las obras de arte, la poesía es un claro ejemplo.
René Descartes decía lo siguiente sobre la tristeza:

La tristeza es una languidez desagradable, en la cual consiste la incomodidad que el alma recibe del mal o de la falta de algo que las impresiones del cerebro le presentan como cosa que le pertenece. Y hay también una tristeza intelectual que no es la pasión, pero que casi siempre va acompañada por ella.

Todos en alguna ocasión sentimos tristeza, es algo consustancial a la naturaleza humana y lo apropiado es conectar con dicha emoción, antes he citado el ejemplo de la intelectualización, como podría ser este caso, sin embargo pienso en algunos tipos de pacientes que necesitan "cosificar" su dolor con un diagnóstico (un "color" decía un paciente recientemente), la búsqueda de bibliografía, libros de autoayuda y artificios para sentirse identificado y comprender la naturaleza del sufrimiento.
Hace años, con internet, muchos pacientes buscan desde el diagnóstico que les ha "puesto" el psiquiatra o el psicólogo y se convierten en expertos teóricos de su diagnóstico pero no de la naturaleza de su sufrimiento, esto es harina de otro costal. Les dejo con Pablo Neruda y su Oda a la tristeza.


Oda a la tristeza

Tristeza, escarabajo

de siete patas rotas,

huevo de telaraña,

rata descalabrada,

esqueleto de perra:

Aquí no entras.

No pasa.

Ándate.

Vuelve

al sur con tu paraguas,

vuelve

al norte con tus dientes de culebra.

Aquí vive un poeta.

La tristeza no puede

entrar por estas puertas.

Por las ventanas

entra el aire del mundo,

las rojas rosas nuevas,

las banderas bordadas

del pueblo y sus victoria.

No puedes.

Aquí no entras.

Sacude

tus alas de murciélago,

yo pisaré las plumas

que caen de tu mano,

yo barreré los trozos

de tu cadáver hacia

las cuatro puntas del viento,

yo te torceré el cuello,

te coseré los ojos,

cortaré tu mortaja

y enterraré, tristeza, tus huesos roedores

bajo la primavera de un manzano.

Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos:

quiero la luz y el trigo de tus manos amadas

pasar una vez más sobre mí su frescura:

sentir la suavidad que cambió mi destino.

Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,

quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,

que huelas el aroma del mar que amamos juntos

y que sigas pisando la arena que pisamos.



Quiero que lo que amo siga vivo

y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,

por eso sigue tú floreciendo, florida,



para que alcances todo lo que mi amor te ordena,

para que se pasee mi sombra por tu pelo,

para que así conozcan la razón de mi canto.

No hay comentarios: