PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

sábado, 24 de enero de 2009

Descubrir el mundo

Descubrir el mundo significa crearlo, y se crea desde dos vertientes: lo dado, lo constitucional (Klein) y lo dado por la madre (Winnicott-Lacan). El significado de la realidad depende de los sentimientos primarios. Dado que el bebé cuando está en ese proceso tiene una dependencia absoluta y de ese modo está creando el mundo y descubriéndolo si le deja la madre y el padre. Una madre enferma deja de ser quien sostenga al bebé para demandar un soporte, esto para el infans (que no existe sin madre) es desastroso.
Para crear el mundo hay que usar lo dado y relacionarse con ese objeto que desempeña un potencial entre el mundo interno del bebé, donde vive y le acompañará siempre y el mundo externo, eso no lo diferencia, de hecho en un principio visto desde el bebé, el y la madre son un mismo objeto. El bebé necesita un espacio donde pueda crear la realidad y para eso debe tener la ilusión de crearla, “crear lo dado”. Si lo entregado es inconsistente, inconstante o imprevisible surge un miedo, el bebé deja de ser miembro participante en el proceso de socialización, queda sujeto a las circunstancias. El bebé necesita de nutrientes de seguridad, protección y cariño (holding), que se le acerque a la realidad de una manera progresiva (object-presenting) y que tenga un manejo delicado de su cuerpo y un cuidado de sus funciones corporales (handling). Estos tres requisitos son pensados por DWW para considerar la integración psicosomática y una adecuada adaptación a la realidad, como un desarrollo de un verdadero self.
El falso self vendría cuando hay una abrupta presentación de objetos, esto significa que haya demasiadas demandas por parte de la madre, en forma de control por ejemplo o una fusión narcisística que no ayuda a diferenciar la individualidad del sujeto. En ese caso, aun en entrada edad el sujeto puede haber desarrollado un falso self, esto es una reacción ante la intrusión para satisfacer y sobrevivir a las demandas del otro, de la madre o del padre. Como figuras paradigmáticas.
Esto es el falso self en definita.
Pensemos en un varón de edad media, hermano mayor de tres hermanos cuyo padre muere cuando él tiene 4 años. Desde entonces y durante 4 años el cuida a su padre muribundo, sostiene a la madre y se encarga de orientar a los hermanos. Este muchacho no ha construido un self propio, es un reflejo de las necesidades y deseos de otros. No existe un verdadero self, no ha tenido oportunidad. Ese yo es tan limitado que en lugar de servir como espejo de las proyecciones de los demás es una esponja que asimila las proyecciones de los otros, siendo lo que los otros necesitan que sea. Imagínense la situación con 40 años, trabajando e intentando formalizar una relación de pareja. Si la madre estuvo deprimida el careció del sostén, de la presentación de objetos y el manejo. Se fijo en lo que los ancianos del lugar le decían y tuvo muchos padres, muchas madres, pero ninguna verdadera en funciones, careció del abrigo narcisista y ético con respecto al mundo. Este hombre no ha desarrollado una conciencia al uso. Una estructura deficitaria que se entiende desde lo endógeno y lo exógeno, lo orgánico y lo no orgánico, lo socioafectivo y lo biológico.
Aquí estamos hablando de que ese señor, un día niño no pudo vivir y todavía no se presenta ante nosotros de una forma propia, genuina y auténtica. Se trata de una persona que sufrió graves carencias. Su síntoma es la deuda, deuda contraída por problemas con la ley, ley que nunca ha podido introyectar por no existir en un perímetro alguien de confianza que quisiera y pudiera formarle en valores. Pasó de largo por la adolescencia y ahora se “ve verde”, y efectivamente lo está, inmaduro, un yo en ciernes que depende de manera absoluta-relativa de otro para ser, porque no existe una identidad sino un bosquejo informe que está esperando salir a la luz y de una vez por todas nacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Volver a nacer debe de ser maravilloso, encontrar el verdadero self, tener una segunda oportunidad, percibir el cambio, comenzar a vivir, comenzar a ser. Da igual a los 40 que a los 60, la intensidad de lo sentido es enorme según lo vas descubriendo.