Sujeto:
El sujeto lacaniano está dividido, a diferencia del yo humanista, que es considerada una unidad soberana e indivisa. La entrada del lenguaje produce la división entre el sujeto del inconsciente que tropieza y el yo consciente que se considera completamente reflejado en lo que dice y lo que es dicho, el "enunciado" y la "enunciación", nunca coinciden. Una fragmentación confronta una completud ilusoria en lo imaginario. El sujeto está sujetado a lo simbólico, en tanto que el yo no puede escapar de su origen imaginario. Lacan rechaza así aquellas teorías psicoanalíticas que se esfuerzan por restaurar un yo que lo controla todo. Por el contrario, para él, el análisis consiste a percatarse de su yo dividido.
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