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Paz y Ciencia

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amor que nos une y que separa




Cuando se encuentran un hombre y una mujer, el hombre se da cuenta de que le falta algo y la mujer se da cuenta de que le falta algo: ¿Qué es, al fin y al cabo, un hombre sin mujer y qué es una mujer sin un hombre? El hombre es referido a una mujer y qué es una mujer sin hombre? El hombre es referido a una mujer y la mujer es referida a un hombre. Al unirse, cada uno obtiene lo que le falta. El hombre obtiene a la mujer y la mujer obtiene al hombre. Para el hombre, admitir que le falta la mujer, y para la mujer, admitir que le falta el hombre es humilde. No resulta fácil. Cada uno reconoce con ello sus límites.

Algunos quieren rehuir esta confesión; el hombre, por ejemplo, desarrollando en sí lo femenino y la mujer desarrollando en sí lo femenino y la mujer desarrollando en sí lo masculino. Porque entonces el hombre ya no necesita mujer y la mujer ya no necesita hombre. Entonces pueden ser sin el otro.

Una relación de pareja está conseguida cuando el hombre y la mujer admiten que les falta el otro, que necesitan al otro para ser completos. Si se regalan mutuamente lo que al otro le falta son perfectos y completos.

El amor de hombre y mujer alcanza su plenitud en la consumación sexual. La consumación sexual es aquello a lo que se dirige la relación de pareja. Es la consumación más profunda de la vida y muy superior a cualquier otra, también la  consumación más espiritual. A través de ella estamos en armonía con lo esencial del mundo. Porque ¿Qué nos compromete más con lo esencial de la vida y con qué crecemos más que con esta consumación y sus consecuencias?

Hay algo más relacionado con esta consumación. A través de la consumación sexual surge un vínculo. Después de ella, la pareja ya no logra desunirse. Después de ella, la pareja ya no logra desunirse. Por eso no se la puede tratar como si fuera cualquier cosa. Tiene vastas consecuencias.

Qué significa el vínculo y cuán profundo es podemos comprobarlo por el dolor y el sentimiento de culpa y de fracaso que experimenta una pareja en caso de separación. No pueden separarse sin sentir y reconocer ese vínculo.

Qué efecto tiene sobre las relaciones posteriores podemos comprobarlo porque un hijo de la segunda relación representa a la pareja de la primera. Tiene los sentimientos de esa pareja y los expresa frente a sus padres. Es decir que no se puede jugar con las relaciones anteriores. Siguen actuando.

Podemos observar también que cuando una pareja se separa y sus miembros se relacionan con parejas nuevas y estas a su vez se separan, en la segunda separación el dolor y el sentimiento de culpa son menores todavía, y al cabo de cierto tiempo ya no importan. Por regla general, en una nueva pareja, sus miembros no se atreven a tomar del mismo modo íntimo a la nueva pareja como en el caso de la primera.

Hay una solución para ellos si, en la primera separación, siguen respetando y amando a la pareja anterior. No siempre lo consiguen los dos miembros a la vez. En este caso, resta para ambos algo doloroso

Bert Hellinger: "Felicidad que permanece"

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