PEACE

PEACE
Paz y Ciencia
Mostrando entradas con la etiqueta Rosa Jové. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rosa Jové. Mostrar todas las entradas

domingo, 2 de febrero de 2014

Defensa de la lactancia: Rosa Jové

Entrevista a Rosa Jové publicada en “Bebés de Alta Demanda”
La psicóloga catalana Rosa Jové es conocida por su labor de investigación en el campo del sueño infantil, sobre todo después de la publicación del libro “Dormir sin lágrimas“, en donde desmiente algunas creencias erróneas sobre el sueño de los niños, dando a conocer las alteraciones más frecuentes y ofreciendo soluciones alternativas a los métodos de adiestramiento para dormir.
Los bebés y niños de altas necesidades suelen presentar más dificultades para conciliar el sueño, para mantenerse dormidos y para relajarse durante el día.
Por esta razón Bebés Alta Demanda ha entrevistado a Jové, para ayudar y dar respuesta a las dudas sobre el sueño de sus hijos a los padres de bebés muy nerviosos y a los que les cuesta más dormir.
.
Bebés Alta Demanda: El sueño es un proceso evolutivo pero ¿por qué un bebé puede dormir sin que lo despierte ni una tormenta desde recién nacido y en cambio hay otros que se despiertan con el crujir del parqué?
Rosa Jové: Esta situación se produce tanto en niños pequeños como en adultos. Entre los factores que influyen se encuentra primero el temperamento de cada uno. Hay gente que tiene un oído más fino y que al mínimo ruido exterior que oye se despierta.
Sin embargo, además del temperamento, en los niños también influye la fase del sueño en la que se encuentran. Todos pensamos que cuando dormimos simplemente dormimos y ya está pero durante la noche vamos pasando por diferentes fases, en total hay cinco. A una de las fases le corresponde un sueño muy ligero, por ejemplo cuando nos dormimos delante del televisor y alguien te avisa “eh, que te estás durmiendo” y contestas que no es cierto que estabas viendo el programa.
Por otra parte, también existe una fase de sueño muy profundo del cual es muy difícil que nos despierten. Sabiendo esto, si un bebé está en una fase de sueño ligero, el más leve ruido como el volar de una mosca le despertará, en cambio si se encuentra en una fase de sueño profundo no le despertarán ni los fuegos artificiales.
.
BBAD: ¿Por qué hay bebés y niños que tienen dificultades para relajarse durante el día y, en especial, antes de dormir?
R. J.: Los motivos son diversos. Uno de ellos es el nivel cognitivo de los niños. Se ha visto que los niños que tienen un nivel de cognición más alto, como los niños superdotados o con altas capacidades, captan más todo su entorno y durante el día están como más acelerados y les cuesta más relajarse. También los niños hipertónicos –los que tienen un sistema muscular muy fuerte- presentan más actividad y se relajan menos durante el día.
Las causas de la dificultad para relajarse pueden ser muy variadas pero hay muy pocas de patológicas en un niño. Simplemente hay niños que son más movidos y otros, que se relajan con más facilidad y son más tranquilos, pero no hay ningún problema en ello.
.
BBAD: Mi hijo de 20 meses sigue despertándose por la noche entre cada 45 minutos y cada 2 horas. Además necesita de mí para volver a conciliar el sueño. En cambio, los demás niños de mi entorno duermen sin desvelarse durante 4 horas o más en la noche. ¿Son normales los multidespertares de mi hijo?
R. J.: El 54% de los niños de dos años todavía se despiertan por la noche. Entre 8 y 12 despertares en los niños de 20 meses pueden llegar a ser todos normales y no suponer ningún problema. También es cierto que ante un niño que se despierta, lo primero que hay que hacer es un buen diagnóstico y descartar alteraciones, como la apnea, que lo hicieran despertarse.
Pero si el niño no presenta ninguna alteración puede ser todavía normal que se despierte tantas veces. Esto no quiere decir que no se pueda hacer nada para que se despierte menos. A base de relajarlo durante el día, por ejemplo, podría saltarse algún que otro despertar, pero nada más.
.
BBAD: Hay casos de bebés muy pequeños que no consiguen hacer siestas durante el día a pesar de intentar hacerlo acompañados de los padres. Algunos hacen microsiestas de 15-30 minutos. Esta situación les afecta pues suelen estar nerviosos y alterados la mayor parte del tiempo. ¿Peligra su salud? ¿Cómo podemos remediarlo?
R. J.: Esta situación que planteáis es parecida a la de la comida. Un niño al que se le deja comer cuando quiere no se morirá de hambre, lo mismo cuando a un niño se le permite dormir cuando quiere no se morirá de sueño. Los padres puede que sí pero los niños no.
Un niño que hace microsiestas puede estar perfectamente bien y sano si los padres, siempre que necesita una microsiesta, le dejan hacerla. El problema viene cuando el niño duerme en períodos cortos pero, como tienen que seguir algún ritmo (como el de la guardería, las compras… ), no pueden dormirlos y entonces van faltos de sueño. Si el niño puede hacer microsiestas, con ellas solucionas sus necesidades de sueño diurno y no representan ningún problema.
.
BBAD: Después de leer la tabla de horas de sueño estándar cada 24 horas (p. 82 de “Dormir sin lágrimas”) ¿Por qué unos bebés duermen muchas menos horas que otros? ¿Por qué no todos necesitan dormir lo mismo?
R. J.: No hay nadie que necesite dormir las mismas horas -nos pasa también a los adultos- igual que no necesitamos la misma cantidad de alimento unos que otros, ya que dependiendo del tipo de vida que llevemos necesitaremos comer una cosa u otra o más calorías o menos.
Lo mismo pasa con el dormir, según el tipo de vida que llevemos, según nuestra personalidad y nuestro temperamento, necesitaremos más horas de sueño o menos. Si hacemos una media de las horas de sueño en los adultos suele salir entre 7-8 horas diarias.
Evidentemente no hay adultos que necesiten dormir una y adultos que precisen dormir 20 horas al día. Pues en los niños pasa lo mismo, las tablas de sueño infantil reflejan una media, por esto entre un bebé y otro puede haber hasta tres o cuatro horas de diferencia, igual que pasa con los adultos.
Hay a quien le basta con seis horas de sueño al día y a quien ocho le quedan muy cortas. Pero esto es algo inherente al ser humano. La cantidad de sueño que necesitamos es específica para cada uno.
.
BBAD: Si mi hijo gasta mucha energía durante el día porque es muy activo y dinámico, ¿por qué duerme tan pocas horas entonces? ¿no debería necesitar más horas de sueño?
R. J.: No. El cansancio físico lo único que hace es alargar la fase de sueño profundo, una fase que tiene lugar a principio de la noche, al cabo de una hora que el niño se ha acostado. El cansancio no influye en la duración del sueño que responde más a factores personales -intrínsecos de cada uno- que de necesidad. Hay personas que necesitan dormir más y otras que necesitan dormir menos.
El cansancio físico lo único que provoca es una alteración del tipo de sueño pero por el cansancio no se va alargar nunca el sueño. Eso sí, puede que por cansancio físico (porque ha dormido menos o porque tiene retraso de sueño) un niño duerma un poco más en la noche, aunque esto a veces es contraproducente porque, a veces, lo que pasa es que duermen peor y están más irritables.
.
BBAD: Sé que mi hijo necesita dormir porque expresa sueño y cansancio pero está acelerado y malhumorado y no se puede calmar, además de negarse en redondo a dormir. Sé que le haría bien dormir un rato. ¿Le obligo a hacerlo?
R. J.: Cuando un niño ya está cansado y malhumorado es porque ya tenía sueño antes y ya está sobrepasado de sueño. La solución estaría en ponerlo a dormir antes, cuando tuviese poco sueño y cuando todavía estuviese descansado. En estesentido, los padres no deben intentar que sus hijos aguanten despiertos hasta la hora de dormir si están cansados puesto que puede que cuando el niño se acueste, ya esté sobrepasadísimo y entonces será tarea imposible dormirle.
En el caso en que no sea posible, porque nos hemos despistado o por cualquier otra razón, entonces lo que hay que hacer es intentar relajar al niño. En lugar de ponerle a dormir, lograr que se calme antes, es decir, que él se de cuenta de que nuestra finalidad no es acostarle sino abrazarle, mecerle y tranquilizarle. Entonces, cuando está más tranquilo, le acostamos.
.
BBAD: ¿Un bebé o niño se despierta fatal de la siesta? ¿Por qué? ¿Qué pueden hacer sus cuidadores para evitar esta transición a la vigilia tan estresante?
R. J.: Esto es común en muchos niños como también lo es cuando se despiertan por la mañana llorando. En ocasiones, un mal despertar de la siesta se produce porque lo hacen en medio de un ciclo de sueño que todavía no ha terminado, por ejemplo cuando algo les ha despertado y todavía no era su hora o cuando no han dormido lo suficiente.
Hay niños que suelen dormir dos horas de siesta y un día, por lo que sea, sólo pueden dormir una y se despiertan de malhumor. Lo único que hay que hacer es consolarlos y entender que no lo han pasado bien y darles a entender que no se repetirá.
Muchos adultos explican que si ellos duermen una hora de siesta se levantan de más malhumor que si duermen 20 minutos. Es la misma explicación que antes, los adultos hacemos ciclos de sueño de entre 60 y 90 minutos, si dormimos sólo 20 minutitos logramos descansar, en cambio si dormimos casi una hora, al no llegar a completar el ciclo y llegar a niveles más profundos de sueño –a pesar de haber dormido mucho-, nos despertamos de más malhumor.
.
BBAD: Por la noche cuando duerme, mi bebé es muy inquieto (se mueve mucho, da patadas, gira varias veces sobre sí mismo). ¿Logra descansar lo suficiente así? ¿Es este sueño reparador?
R. J.: Sí, el sueño es reparador aunque el niño se mueva. De hecho, hay alguna fase, como la del sueño profundo, en la que la mente está profundamente dormida pero el cuerpo se activa. Es normal que se muevan en la cama en estas fases. El hecho de moverse no implica que el sueño no sea reparador. Hay gente que se mueve más en la cama y otra que se mueve menos pero no tiene nada que ver con que se produzca o no un sueño reparador.
Libros publicados de Rosa Jové:

miércoles, 23 de octubre de 2013

Dormir sin Palabras

 
 

La experta en psicología infantil y juvenil acaba de publicar 'Dormir sin lágrimas', un manual donde explica todo lo que hay que saber para solucionar los problemas que tienen algunos niños para conciliar el sueño. Si quiere despejar mitos y prejuicios, o alguna duda sobre esta alteración, lea la charla con esta especialista.


1. ¿Hay que habituar progresivamente al niñ@ para que se duerma en su cuna? o ¿Es un mal hábito que se duerma en brazos?


Si el niño no ha dormido habitualmente en la cuna, evidentemente ese cambio hay que hacerlo gradualmente porque si no el niño podría no aceptarlo bien en los primeros días. Sobre lo de que se duerma en brazos, no es ni un buen hábito ni un mal hábito, simplememnte si el niño se acostumbra, el niño lo va a dejar cuando sea mayor otra cosa es que antes de ese momento los padres lo quieran dejar, porque pesa, y entonces ellos mismos tendrán que ir deshabituándole.

2. ¿Por qué a mi bebé le gusta o necesita el "meneíto" para dormir???

Porque todo el mundo para dormir necesita estar relajado, y una de las cosas que más relaja a los niños es un movimiento contínuo, suave... y si encima lo hacen los papás, pues mucho mejor.

3. Desde siempre tengo miedo a sentarme en la cama antes de acostarme porque pienso que me va a agarrar alguien. Mi hija tiene ahora el mismo miedo ¡y yo nunca se lo he contado! ¿Un consejo para las dos?

Empezamos por la niña. Lo que puede hacer la madre es trabajar ese pensamiento en su hija diciéndole que no va a pasar nada, o haciendo que piense en otra cosa agradable, cambiando la historia. Detrás de un miedo siempre hay una situación un poco ansiosa, en ese sentido también sería bueno que la niña estuviese más relajada tanto de día como antes de irse a dormir. Respecto a la madre, si usted lo tiene y lo manifiesta, aunque no se lo haya contado a su hija, es posible que la niña haya visto alguna situación rara antes de irse a dormir. Evidentemente usted ya sabe que ese es un pensamiento irracional, así que si la situación la angustia mucho lo que tendría que hacer es buscar un terapeuta para ver de dónde le viene ese miedo, aunque si no le angustia mucho no hace falta hacer nada más.

4. Tengo un niño de 3 años y otra de 2 y me tengo que acostar en medio de los dos para que se duerman, ¿alguna solución?

Si a la madre le es cómodo y a los niños también, ninguna, eso va a terminar cuando los niños sean un poco más mayores. Otra cosa es que a la madre le moleste o le preocupe. Lo que tiene que hacer es, por ejemplo, poner a dormir a los dos hermanos juntos, y las cosas se solucionan bastante bien así. Quizá no el primer día.

5. Buenos días: ¿qué opinión le merece el método Estivill? ¿Le parece adecuado o por el contrario le parece cruel y contraproducente? ¿Podría llegar a producir alguna secuela psicológica en el niño? Muchas gracias.

Todos los métodos de adiestramiento para dormir niños basados en dejarles llorar según una tabla me parecen crueles. Aunque no llegaran a dejar ninguna secuela psicológica en el niño, pienso que estamos en una sociedad en la que el fin nunca justifica los medios y en ese sentido, dejar llorar a un niño, aunque sea para dormir, no me parece bien. Aparte de eso, sí que hay niños que presentan secuelas después de aplicarles métodos de ese tipo. Hay varios estudios que así lo corroboran y en nuestra experiencia diaria también lo vemos.

6. Mi hija de 6 años necesita que alguien esté con ella hasta que se queda dormida, luego duerme 9 horas de un tirón. ¿Qué puedo hacer para acostumbrarla a dormirse sola?

Si un niño de seis años todavía necesita compañía de sus padres para dormir es porque le cuesta estar relajado para iniciar el sueño y necesita una figura conocida para tranquilizarse. Pueden hacer tres cosas, una de ellas dejarlo tal cual porque evidentemente el niño un día u otro se va a quedar dormido solo, pero si quieren adelantar ese momento, lo que pueden hacer es intentar relajar al niño antes de ir a dormir; después , pautar con el niño un tiempo de estar con él y luego los padres se van; tercera, enseñarle alguna técnica para inducirle el sueño él mismo. Que se imagine un cuento, que lo repase mentalmente, por ejemplo, y poco a poco también se quedará dormido como cuando los adultos cuentan ovejitas.

7. ¿Cuándo se puede esperar que los niños tengan un patrón de sueño estable, similar al adulto?

Si por similar al adulto se entiende ocho horas de noche sin siesta, casi hemos de esperar a la preadolescencia. Si lo que queremos decir es que duerman toda la noche de un tirón y que no hagan siesta, eso se da a partir de los cuatro o cinco años normalmente.

8. Mi hija de 5 años no duerme en su cama desde que nos mudamos de casa, cambió de cuna a habitación sola y cama, y no hay manera. He probado incentivos de ser mayor, de ir a la granja, de dormir en casa de primas... Sólo cuando está muerta de cansancio se queda en su cama. Cuando su padre viaja, como mucho duerme conmigo después de la rutina del cuento nocturno... Mantengo mucho el orden y la disciplina y la rutina de tardes, baño, cenas, leche, y a dormir.

Son muchos cambios para una niña pequeña, ha cambiado de casa, de cama y de habitación. Hay que darle tiempo para que se adapte. Esa adapatación se dará cuando la niña esté tranquila y segura en su nuevo lugar. De momento, si a la madre no le importa que su hija esté en su cama a veces, es una manera de darle seguridad en la nueva casa a la hora de irse a dormir. Poco a poco, conforme vaya encontrando seguridad en su casa, lo hará también en su habitación y en su cama.

9. ¿Hasta qué edad suelen durar los terrores nocturnos? ¿se pueden asociar a otros problemas del niño de tipo psicológico?

Durar, durar, podrían durar casi hasta la edad adulta, lo que pasa es que lo más frecuente es que empiecen más o menos a los dos años, hasta los cinco años, y prácticamente desaparecen en la adolescencia. En los niños sí se pueden asociar a otros problemas, básicamente estrés y cansancio, los niños muy cansados hacen la fase de sueño profundo mucho más profunda, que es justo cuando se producen los terrores nocturnos.

10. ¿Las alteraciones del sueño se heredan? Es decir, si uno de los padres "duerme mal" (varios despertares, dificultades para quedarse dormido, ...), el niño puede heredar estas alteraciones y tiene por lo tanto más probabilidades de presentar alteraciones del sueño que un niño con padres que "duermen bien"?

El dormir bien o mal no se hereda, lo que sí se heredan son algunas parasomnias, como por ejemplo el sonambulismo, el bruxismo... Pero el hecho de que un padre duerma bien o mal, si no tiene ninguna alteración, no se hereda.

11. Nos cuesta cada noche aproximadamente 1 hora dormir a nuestra hija de 3 años (que si cuentos, que si mano, que si pipi, que si agua...), ¿sufrirá mucho si empezamos a dejarla llorar un poco para que aprenda a dormir? Gracias.

La niña, al cabo de una hora ya duerme, por lo tanto saber, sabe, lo único que tarda. Lo primero que tienen que mirar es el número de horas que duerme, porque a lo mejor duerme muchas horas y por la noche aún no tiene sueño, con lo cuál poniéndola a dormir un poco más tarde se solucionaría el problema. Respecto a lo que preguntan, evidentemente si la niña llora es que está sufriendo, yo no puedo decirles a unos padres que dejen llorar a un niño.

12. ¿Repercuten el estrés y la presión que se viven en la actualidad a la hora de que los niños concilien el sueño?

Sí, evidentemente que sí, y es uno de los factores más importantes que analizamos con los padres cuando vienen a consulta. Unos padres relajados y que entienden que el niño necesita su tiempo o lo que sea para dormir, minimizan mucho los trastornos del sueño y como los padres y el propio niño lo viven. En los niños, lo mismo, una vida estresada hace que por la noche les cueste mucho más conciliar el sueño.

13. Se me cayó el alma a los pies cuando vi que una pareja de amigos, para dormir a su hija, le ponían ante la tele con un DVD de los Teletubbies. ¿No sería mejor para su descanso, y para su desarrollo general, leerle un cuentito, como hacían mis padres? Gracias.

Yo soy partidaria de que a los niños se les lea, en ese sentido, personalmente, me gusta mucho más el cuento que los Teletubbies, pero el hecho de que la niña pueda ver un rato de Teletubbies antes de ir a dormir no será perjudicial. Yo no voy a decir lo que está mejor o lo que está peor, en ese sentido, que cada familia haga lo que crea mejor.

14. Supongo que es una pregunta algo "tonta" pero, ¿por qué algunos niños duermen bien desde los pocos meses y otros no?? ¿qué les diferencia? ¿puede tener algo q ver cómo se ha llevado el embarazo, el parto y el posparto??

El hecho de que unos duerman bien y otros no, hay multitud de factores que influyen. Uno de ellos, y quizás el más importante, es que cada niño tiene un ritmo de adquisición, de la misma manera que no todos los niños aprenden a andar al mismo tiempo. El embarazo, parto y posparto también son algunos de los factores que se están barajando. Sobre todo el tipo de parto, si ha sido con anestesia o sin ella, si en el posparto inmediato los niños no han estado cerca de la madre puede hacer que los niños estén más ansiosos y por tanto la adquisión de su ritmo también puede retrasarse.

15. Mi hija de 2 años se despierta una o dos veces durante la noche, unas veces parece que asustada y otras completamente despejada como si fuera por la mañana. ¿reducimos la siesta de la tarde?, actualmente duerme entre las 15'30 y las 17'30 más o menos cada tarde, solemos acostarla en torno a las 20'30 o 21 horas y se levanta para ir a la guardería a las 7 de la mañana, ¿quizá la siesta de la tarde es muy tarde?, es la hora en que la recogemos en la guardería. La pobre tiene horario de adulto. Gracias.

Normalmente lo que la madre explica son dos cosas completamente diferentes. Cuando la niña se despierta asustada podría ser por dos motivos, o porque ha tenido alguna pesadilla; o bien si la niña sólo parece que se despierta pero no se acaba de despertar podría ser un terror nocturno y hay que mirar qué le pasa y diferenciarlo bien. En caso de que se despierte y esté felizmente despejada puede ser porque la niña esté durmiendo bastantes horas y en ese sentido adelantar la sieta podría venir bien. Pero creo que se trata de dos cosas diferentes.

16. ¿Puede recomendarnos alguna lectura para ayudar a un niño de 10 años que para dormirse necesita taparse hasta la cabeza con las sabanas porque tiene miedo?

Si piden un libro para el niño, yo no conozco ninguno y aunque lo hubiera no hay nada mejor que los padres sepan lo que ellos deben hacer y ellos se lo explican al niño. Otra cosa es que los padres quieran un libro para ellos y aprender cómo ayudar a su hijo, en ese sentido ¡cómo no les voy a recomendar el mío! Sobre todo el apartado donde hablamos de las pesadillas que incluye consejos muy buenos.

17. Primero de todo,gracias por su atención y su tiempo. Tengo una hija de tres años a la que la gusta dormirse con su padre, tras quedarse dormida, la llevamos a su cama y si no se despierta duerme toda la noche con normalidad. El "problema" surge si se despierta, ya que no consigue dormirse de nuevo y viene a nuestra cama donde duerme placenteramente el resto de la noche. A nosotros esta actitud no nos molesta, pero no sabemos si estamos actuando bien o si con este proceder estamos interfiriendo en el proceso del hábito del sueño. Nos gustaría saber si hay que cambiar de conducta poco a poco o si podemos dejar que ella paulatinamente consiga dormir en su cama toda la noche.

Si a ellos no les molesta, no están interfiriendo en nada. Los humanos somos mamíferos y aparte de tomar leche materna, estos se caracterizan porque viven y duermen juntos, en manada. Actualmente, el 70% de la población mundial duerme en compañía. Todos los niños, un día u otro, se separan voluntariamente de la compañía de sus padres y acaban durmiendo de un tirón. Otra cosa es que a los padres les molestara y quisiesen adelantar ese momento, pero como no es el caso...

18. Hola, tengo un hijo de 4 meses y desde hace una semana se duerme de medio lado y cuando está dormido se pone boca abajo y se despierta pidiéndonos ayuda para dar la vuelta. El pediatra me ha dicho que lo vigile y que lo ponga boca arriba cuando lo pida. Yo estoy super angustiada y duermo mal en el sofá de al lado de la cuna. Ya no sé qué hacer pues pasa por encima de los cojines antivuelco. Es normal a esa edad que se muevan tanto? Me da pánico estar un día dormida y no oírle pedir ayuda para cambiar de postura.

Difícilmente si está cerca del niño no va a oírle pedir ayuda. El hecho de que un niño mayor de cuatro meses pueda dormir algún momento boca abajo no es excesivamente peligroso, en niños más pequeños sí. A partir de ahí, lo que puede hacer es si los cojines antivuelco no funcionan, mirar alguna otra cosa para que el niño no se dé la vuelta. Evidentemente si a la madre no le molesta, dormir al lado del niño en la cama es otra opción, porque la madre duerme abrazada a él de lado y así dormirán mejor los dos.

19. ¿Qué se puede hacer cuando un niño menor de 3 años de repente llora, grita y da patadas como si le estuvieran matando (con los ojos abiertos) y no deja que le acaricies, ni le consueles ni nada? Es más, se pone más histérico. ¿Cómo le podemos ayudar? ¿y por qué le pasa esto?

Esto es un típico terror nocturno (no tiene nada que ver con las pesadillas). El niño se despierta en fase profunda de sueño, entonces su mente continúa profundamente dormida, pero su cuerpo presenta una gran agitación. Esto suele pasar en los niños cuando están muy cansados o muy nerviosos porque su fase de sueño profundo es mucho más profunda o larga. Los terrores nocturnos se solcuionan solos con la edad, generalmente a los cinco o seis años, pero una de las cosas que se pueden hacer es que el niño se vaya a la cama menos cansado y más relajado. Es típico el caso de niños a los que les han quitado una siesta y empiezan a tener terrores nocturnos. La mente del niño está profundamente dormida y a la mañana siguiente el no se acordará de eso, lo único que tienen que hacer es estar ahí.

20. Tengo dos hijos de 8 y 5 años, se duermen en el sofá, luego les meto en su cama, se despiertan y vienen a la de los padres, que como no cabemos nos vamos a la suya, en fin un trasiego nocturno de narices ¿cómo puedo arreglarlo?

Lo bueno que tienen los niños de ocho y cinco años es que hablan y entienden. A veces soluciones tan sencillas como explicarles lo que puede llegar a molestar ese trasiego hace que ellos mismos den otras opciones que pueden pactar con los padres. Hay que llegar a un acuerdo.

21. Mi hijo de 8 años y 10 meses en ocasiones se levanta por la noche mostrando como muestras de angustia (lloros, miedo -como si viese algo que le atemoriza-,..). Cuando esto pasa se levanta y es difícil hablar con él, parece como si estuvese medio-consciente. Si le preguntas el nombre varias veces te responde correctamente pero es difícil que te diga cosas coherentes, al cabo de un momento lo acompaño a la cama, se duerme y al despertar no se acuerda. ¿Es esto normal? ¿Debemos preocuparnos? ¿Qué nos aconseja? ¿Cómo descubrir qué es lo que le produce esto?

Es un caso típico de sonambulismo infantil. Es el mismo mecanismo que el terror nocturno, un despertar en fase profunda del sueño. No hay que preocuparse a estas edades porque el sonambulismo afecta a un 12% de los niños entre los seis y los 10 años, mientras que apenas lo tienen un 0,5% de los adultos. Solamente si el niño llega a más mayor y todavía lo presenta se podría mirar la posibilidad de hacer algo. En esas fases simplemente lo tienen que conducir a la cama, que intenten no hablar de ello porque a la mañana siguiente no se acordará de nada y el hecho de saber que hace algo por la noche puede producirle más angustia. Y lo mismo que hemos explicado en preguntas anteriores, que intenten estar descansados y relajados en el momento de acostarse.

22. Tengo 3 hijos de 6, 4 y 2 años ¿A quién dejo dormir en mi cama? según Vd. ¿A quién debo traumatizar porque es imposible caber 5 en una cama?

Si a los padres les dificulta dormir cinco en una misma cama, lo que pueden hacer por ejemplo, es poner a dormir a los tres hermanos en la misma cama. O, en otro caso, a los dos mayores juntos y al pequeño con ellos, porque los hermanos mayores pueden entender que el pequeño necesita alguna atención extra.

23. Por curiosidad... ¿qué tal durmieron tus hijos de bebés?

Los dos han sido muy diferentes. El primero, que tiene ocho años en la actualidad, fue un niño normal, es decir, que empezó durmiendo en cuna hasta los dos meses que pasó a nuestra cama, se despertaba frecuentemente hasta que tuvo dos o tres años, y aprendió a dormir por sí solo. En cambio, el segundo (seis años), desde el primer día que nació lo pusimos a dormir con nosotros y, aparte de cuando hacía tomas nocturnas, nunca se ha despertado por la noche.

24. ¿Los niños de ahora duermen "peor" que los niños de generaciones anteriores o somos los padres de ahora que nos preocupamos más por estos temas?

Básicamente somos los padres que nos preocupamos más, pero porque circulan una serie de informaciones erróneas. Si ahora te dicen que tu niño a los siete meses tiene que dormir de un tirón toda la noche y el tuyo no lo hace, evidentemente te vas a preocupar y vas a pensar que le pasa algo malo.

Despedida

Agradecerles a todos el haber enviado estas preguntas y también me ha gustado mucho oír de boca de muchos padres que se procupan cómo duermen sus hijos y por adoptar actitudes respetuosas hacia el sueño de sus niños.

Entrevista originalmente publicada en El Mundo, el día 15 de junio de 2006.


Leer más: http://www.amormaternal.com/2010/11/rosa-jove-dormir-de-un-tiron.html#ixzz2iYDakDf2
Under Creative Commons License: Attribution Non-Commercial No Derivatives

sábado, 19 de octubre de 2013

Niños y Supervivencia

La doctora Sue Gerhard, en una entrevista a Redes, dijo:
Algo que creo que debo explicar es que los bebés no pueden gestionar un estrés excesivo. No pueden deshacerse de su propio cortisol. Como adultos, nosotros sí podemos, hemos descubierto maneras de gestionar el estrés. Llamamos a un amigo, o nos vamos a tomar algo. [...] Sí, tenemos varias maneras de calmarnos. ¡Pero los bebés no! No pueden gestionar su propio cortisol, dependen de los adultos para eso. Y a los bebés les resultan estresantes cosas relativamente pequeñas. Por ejemplo, para un bebé estar lejos de su cuidador durante demasiado tiempo es muy estresante, ¡porque le va en ello la supervivencia! Un bebé no sabe si sobrevivirá o no: necesita a alguien que le cuide.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Una Nueva Maternidad



La primera vez que vi este maravilloso manuscrito estuve de acuerdo con lo que se dice en el epílogo: no deja indiferente. Guste o no guste, te remueve hasta lo más hondo. En muchas de sus páginas algunas nos veremos reflejadas y nuestros ojos se humedecerán conforme avance la lectura. Otras, menos afortunadas, no sentirán tanta emoción pero seguro que tendrán material para reflexionar. Ante estas páginas la neutralidad no existe.
Porque se trata de madres que, más que desnudar su alma, se la arrancan para que el mundo vea bien clarito lo que sienten, lo que son o lo que quieren ser. Mujeres valientes que no se acomplejan y que se rebelaron en su día para ser mujeres y madres tal y como ellas querían y no como se les quería imponer.
Son historias de quince hadas de la maternidad que entre pañales y pucheros, entre trabajos varios y noches sin dormir invocaron al duende de sus sentimientos que se hizo visible en forma de letras y espacios. Son hadas verdaderamente mágicas pues encuentran tiempo para todo, saben de juegos y canciones y curan dolores de barriga con un dulce beso que sale de sus labios. En este libro, además demuestran que escriben como los ángeles.
Al igual que las hadas son invisibles a los ojos humanos no entrenados y por eso solo se reconocen entre ellas o las reconocen aquellos a quienes aman. Quizás uno de los objetivos de este libro es que la gente las entienda y las ame para así poder empezar a verlas. Pero no sólo a ellas, sino también a las que son igual que ellas. Porque este mundo está poblado de miles de hadas, lo que sucede es que no todas se atreven a escribir. El objetivo es hacer visible lo que parece ser que hoy aún no se sabe ver.
Es curioso constatar cómo algunos textos están escritos desde la primera persona, desde la madre que se habla a ella misma. En otros es la madre que mantiene una conversación con su bebé y en otros con la sociedad. Porque cada una escribe lo que siente, lo que quiere escribir y a quien quiere escribir. Hay textos más intimistas y poéticos, textos más reivindicativos y prosaicos, pero todos destilando magia.
Me gustaría elegir una frase, un trocito de texto para que las personas que lean este prólogo puedan empezar a saborear lo que les espera. Pero…¿Cómo elegir solo uno? Si antes hablaba de 15 hadas he de mencionar ahora que este libro lo forman 46 pequeñas obras de arte. Elegir un fragmento de cada una quizás sería más correcto, pero tampoco haría justicia a la obra.
Me decido, pues, por buscar un resumen que los abarca a todos y me viene una palabra a la mente: amor. Lea el texto que lea sale el amor (sobre todo el amor maternal, pero también otros tipos de amor). Destila amor por los cuatro costados. Creo que si este libro fuera como una bolsita de té, haría una deliciosa infusión de amor.
Lean, emociónense, aprendan y amen. Eso es lo que van a encontrar en las siguientes páginas, nada más y nada menos.

http://www.sermamas.es/actualidad/hablan-las-madres-prologo-de-rosa-jove-para-el-libro-una-nueva-maternidad/

martes, 8 de octubre de 2013

Secuestro amigdalar

 
 
Si nuestra mente se dominada por el enojo, desperdiciamos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal. Dalai Lama

En esos momentos la situación nos provoca tal emoción negativa que la amígdala bloquea los lóbulos frontales de nuestro córtex (en ese momento no podemos pensar) y obliga a actuar de forma automática a nuestro cerebro más primitivo con movimientos reflejos o alterando el ritmo cardíaco, por ejemplo. Es como si la amígdala secuestrara una parte de nosotros y nos obligara a actuar como ella quiere. Incluso muchas veces provoca que el cerebro reptiliano responda con movimientos automáticos. Por eso los niños pequeños cuando experimentan un secuestro amigdalar responden con conductas instintivas como morder, dar patadas o pegar. Tan solo recordar que un niño de dos años no puede controlarse y nosotros deberíamos hacerlo y no sobrepasar el límite.

domingo, 6 de octubre de 2013

El desarrollo cerebral de tu bebé



Estoy esperando un bebé y no sé qué hacer durante el embarazo para favorecer su óptimo desarrollo cerebral.

1. Lo primero, no estropear lo que por naturaleza tiende ir a bien. Esto es: no hacer nada que pueda interferir en el normal desarrollo del sistema nervioso y del cerebro del bebé. Es decir, como ya hemos comentado, evitar el consumo de tóxicos (drogas, alcohol), el estrés, las situaciones de riesgo postraumático y por infecciones (toxoplasma y otros) y finalmente ir con cuidado con ciertos fármacos.

2. Facilitar que todo vaya bien, tomar todas las medidas preventivas necesarias para el correcto desarrollo del tejido nervioso del embrión: consumo de ácido fólico (recordar que se recomienda usarlo antes del embarazo), de vitaminas en la dosis correcta (evitar la hipervitaminosis), y establecer hábitos de vida saludables (alimentación variada y completa, ejercicio físico, suficientes horas de descanso, tranquilidad...)

3. El tercer objetivo sería conseguir mejorar lo que la naturaleza en condiciones óptimas ya hace bien. Concierne más al tercer trimestre, en que el cerebro del bebé ya interacciona con el medio y es sensible a diferentes estímulos. Son las técnicas clásicas o no, de hablarle, ponerle música, etc.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Filogénesis y Ontogénesis

- Filogénesis: hace referencia al origen y el desarrollo evolutivo de las especies -desde la forma más sencilla hasta el individuo actual-; desarrollo que es distinto en cada una de ellas. Por eso ni nuestro cerebro ni nuestra forma corporal es la de un pingüino.

- Ontogénesis: se refiere al desarrollo que como individuos experimentamos desde el momento de la fecundación hasta la vida adulta, y que hace que cada ser humano sea único e irrepetible. Factores como la alimentación de nuestra madre durante el embarazo, nuestra alimentación desde que somos bebés y la genética harán de cada cerebro humano un órgano exclusivo.

La filogénesis y lo transgeneracional
David Benhaim

Introducción

Soy conciente que trato de un tema actualmente impopular
. […] He tenido la misma curiosísima experiencia más de veinte veces: cuento a un colega que estoy escribiendo un libro sobre el paralelismo entre la ontogénesis y la filigénesis. Me toma aparte, se asegura que nadie nos ve, que no hay micrófono, y admite en voz visiblemente baja: Sabes, entre tú, yo y esa pared, pienso que hay algo de verdad en eso. Así se expresa el célebre científico Stephen Jay Gould en la introducción de su libro, Ontogeny and phylogeny[1]. El problema se plantea de un modo aun más radical en psicoanálisis: el desinterés hacia la cuestión de la filigénesis es completo. Se la considera como una excrescencia inútil, según el dicho de Marie Moscovici. ¿Por qué? Primero porque la ciencia biológica nunca aceptó la idea que los caracteres adquiridos fuesen heredados y transmitidos, cosa que Freud no ignoraba. Eso condujo a los analistas a pensar que Freud había errado y a descartar la cuestión. En segundo lugar porque el tema estaba asociado, según Marie Moscovici, al desden o a la ironía con los cuales se lee o se descuida de leer escritos como “Tótem y tabú” y “El hombre Moisés y la religión monoteísta” que muchos analistas califican de «mitos» freudianos, elucubraciones, incluso pasatiempos de la imaginación[2]. En esa veta es curioso observar que el celebre diccionario  de psicoanálisis de Laplanche y Pontalis no consagra ningún articulo al término filigénesis. Una evocación rápida puede leerse bajo la rubrica protofantasias donde los autores nos dicen que Freud recurre a la explicación filogenética para justificar la existencia de estas ultimas en los seres humanos. En efecto ve en ellas un patrimonio filogenético. Los autores del diccionario retienen la idea que lo que una vez fue realidad – la amenaza de castración o más bien la castración - se transformó luego en realidad psíquica. La omisión del término es debido a la posición de los autores que recusan por completo la pertinencia de la tesis freudiana de la filigénesis.
Freud planteo el problema con los medios que la ciencia de su tiempo ponía a su disposición. Hoy podemos enfocarlo de otro modo y quizá estar atentos a su valor heurístico. En el centro del debate se encuentran las ideas de memoria y transmisión que me parecen retomar lo esencial de la idea de Freud. El trabajo en torno a lo transgeneracional puede concebirse como una de las formas en que la hipótesis de Freud continua su desarrollo en el psicoanálisis contemporáneo. Hablando del vínculo con el muerto, Freud esboza ya en Tótem y tabú una reflexión sobre los antepasados, nuestra ambivalencia hacia ellos, el miedo a su presencia y a su retorno bajo forma de demonios o de espectros que no dejan vivir en paz a los vivos o su destinación más benigna, ser venerados como antepasados e invocados como auxiliares[3]. Preguntarse sobre el lugar que los antepasados ocupan en nuestras vidas, sobre la dinámica que en ella se establece debido a su presencia o a su ausencia, a nuestras identificaciones con ellos, interrogarse sobre su legado, es otra manera de seguir las pistas abierta por la hipótesis filogenética. Mi propósito en ese sentido es, como diría Laplanche,  poner a trabajar esa fantasía freudiana.

La fantasía filogenética

Desde los textos más especulativos hasta los escritos clínicos, la evocación de la fantasía filogenética está presente en la obra freudiana. Freud no desarrolló nunca, de modo explicativo o demostrativo completo la cuestión de la filigénesis. Como lo advierte Marie Moscovici, “La mayoría de las veces la cosa nos es presentada como una epopeya, en el tono de un «había una vez». Epopeya del espíritu, y no cadena lógica, explicativa, o entonces le faltaría más de un eslabón Y, al mismo tiempo convicción, certidumbre, apuesta sobre el carácter angular de su hipótesis, para el psicoanálisis  – vacilando sobre los medios de demostrar, pero muy firme en cuanto a las pruebas de su existencia”[4].
Desde el capitulo VII de La interpretación de los sueños hasta el Esquema del psicoanálisis pasando por Tótem y tabú, El interés por el psicoanálisis, El Yo y el Ello, El Hombre Moisés y la religión monoteísta, no deja Freud de retomar su hipótesis, de repensarla, de articularla con el tema de la memoria y de la transmisión mostrando siempre su carácter provisional.
¿Pero qué entiende Freud por filogénesis? En su obra El interés por el psicoanálisis escrita en 1913, declara:
En estos últimos años los autores psicoanalíticos han reparado en que la tesis «la ontogénesis es una recapitulación de la filogénesis» tiene que ser también aplicable a la vida anímica, lo cual dio nacimiento a una nueva ampliación del interés psicoanalítico[5]. Este principio biogenético fundamental, evidente para Freud y sus contemporáneos, fue formulado por el zoólogo Haeckel, propagandista de las teorías de Darwin en Alemania. Para este último, la ontogénesis es el desarrollo individual del ser viviente y la filogénesis constituye el desarrollo de la especie. Para Freud el psicoanálisis constituye una tentativa de transponer ese principio en la vida psíquica y de buscar a comprender y a reconstruir junto al desarrollo psíquico individual, el desarrollo psíquico de la especie tal y como se expresa a través de la psique individual.
¿Qué uso hace Freud de ese principio? ¿Cómo lo inserta en el psicoanálisis? Recurre a él en momentos precisos de la explicación psicoanalítica.  En el historial del Hombre de los Lobos, toma cuidado en destacar el uso metodológico y clínico que debe hacerse de la explicación filogenética 
En efecto escribe:
En cuanto a reconocer esta herencia filogenética estoy por completo de acuerdo con Jung; pero considero metodológicamente incorrecto recurrir a una explicación que parta de la filogénesis antes de haber agotado las posibilidades de la ontogénesis; no entiendo por qué se impugnaría con obstinación a la prehistoria infantil una significatividad que se está pronto a conceder a la prehistoria ancestral. No puedo pasar por alto que los motivos y las producciones filogenéticos requieren a su vez de un esclarecimiento que en toda una serie de casos puede procurárseles desde la infancia individual[6].
Es importante llamar la atención sobre la dialéctica que Freud establece entre la ontogénesis y la filogénesis en este texto puesto que si esta última permite  llenar las lagunas de la verdad individual con una verdad prehistórica [poniendo] la experiencia de los ancestros en el lugar de la propia, puede ocurrir que la infancia individual permita comprender e interpretar las producciones filogenéticas.

Su estatuto

¿Qué estatuto atribuirle?  En “Más allá del principio de placer”, a propósito de la pulsión de muerte, Freud reivindica el derecho de invención especulativa, persiguiendo una idea, entregándose a una argumentación, combinando varias veces, en sucesión, lo fáctico con lo meramente excogitado[7] y elabora de ese modo el estatuto y el rol de la elaboración teórica psicoanalítica, la función de ese más allá de la experiencia, la dimensión meta que encontramos en su obra, lo que llama la especulación psicoanalítica y a la que pertenece de pleno la hipótesis filogenética. En “Análisis terminable e interminable”, retoma la cuestión estableciendo una ecuación entre especular, teorizar y fantasear[8], mostrando que la especulación llevada a sus extremos alcanza una actividad de «fantaseo». Esa actividad adquiere un estatuto metapsicológico. Fantasía filogenética y pulsión de muerte parecen compartir ese mismo estatuto de especulación psicoanalítica.
 
La herencia arcaica
Pero la obra en la cual la hipótesis filogenética se despliega en toda su amplitud es en el  “El Hombre Moisés y la religión monoteísta”. Freud la enfoca bajo el tema de la herencia arcaica[9]. Se trata de contenidos de la vida psíquica del individuo que le fueron aportados con el nacimiento y que pueden tener eficacia. ¿En qué consiste ella? ¿Qué contenido tiene?
¿Cuáles son sus pruebas? se pregunta Freud.
Responde invocando primero las predisposiciones como las que son propias de todo ser vivo. Se trata del factor constitucional en el individuo. Consisten en la aptitud y la inclinación para emprender determinadas direcciones de desarrollo y para reaccionar de particular manera frente a ciertas excitaciones, impresiones y estímulos. Es allí donde se manifiestan diferencias que caracterizan a los seres humanos y que están incluidas en la herencia arcaica. En el prólogo a la tercera edición de “Tres ensayos de teoría sexual”, Freud precisa lo que entiende por disposición: (…) “la disposición es justamente la sedimentación de un vivenciar anterior de la especie, al cual el vivenciar más nuevo del individuo viene a agregarse como suma de los factores accidentales[10


http://youtu.be/4XvI__yHNow
http://www.intersubjetividad.com.ar/website/articulo.asp?id=199&idd=3
Rosa Jové: "Todo es posible"
 

domingo, 22 de septiembre de 2013

El sueño es un proceso evolutivo

 

El sueño es un proceso evolutivo



El problema más grave al tratar del sueño es pensar que todos los niños, independientemente de la edad que tengan, duermen igual. Es el primer fallo del conocido Método Estivill, y lo que imposibilita el hecho de generalizar a la hora de solucionar un determinado problema. Veamos por donde apuntan las últimas investigaciones para resolver los problemas del sueño y con las que se está trabajando.

El sueño es un proceso evolutivo

Imaginen un bebé de 6-8 meses gateando. Todo el mundo se admirará de la prontitud en la adquisición de sus metas locomotoras, porque todos sabemos cual es la evolución normal de un bebé. Pero imaginen que no tenemos ni idea y nos empezamos a preocupar cuando un bebé empieza a gatear porque.... ¿y si no se levanta nunca y no anda? Todos sabemos que, si no intervenimos, cualquier niño sano, a pesar de gatear a la perfección se levantará y andará. Por que andar es un proceso evolutivo que se adquiere con la madurez motora.
El sueño es un proceso evolutivo; los bebés nacen con apenas dos de las cinco fases de sueño que tenemos los adultos. A lo largo de los meses, y compenetradas con las necesidades biológicas del bebé, van apareciendo las otras fases. Esto es así porque, entre otras cosas, un bebé necesita comer frecuentemente (si no tendría hipoglucemias) y necesita protección. Si tuviera todas las fases de sueño como los adultos tardaría mucho más rato en hacer un ciclo completo (hay que pasar por varias fases para notar descanso) y eso resultaría peligrosísimo para ellos. Por eso, la naturaleza, que es sabia, hace que los bebés al nacer solo tengan fase de sueño profundo y una fase REM, pero no las otras, con lo que así se despiertan a menudo.
A los 6 meses ya tienen establecidas casi todas las fases, pero aún les cuesta pasar de una fase a otra. Están ensayando y por eso hay tantos bebes que suelen incrementar los despertares de los 6 meses en adelante.
La fase del sueño profundo es peligrosísima para el ser humano desde el punto de vista evolutivo, puesto que durante ella somos muy vulnerables. Para paliar esta circunstancia, la naturaleza, que siempre está de nuestra parte, intercala en las fases del sueño profundo “picos” de sueño ligero a modo de microdespertares. Si todo está bien, continuamos durmiendo y no nos enteramos, pero si algo no va bien, nos despertamos. Cuando los niños adquieren este dominio (que no se da hasta pasado el año, siendo normal que haya despertares por este motivo hasta los cinco años) duermen de un tirón, pero, en caso contrario, hay que darles más tiempo.
Ya sé que se oye hablar de bebés que duermen de un tirón desde los 6 meses, pero estadísticamente sabemos que no es lo más frecuente. En cuanto a los niños “estivillizados” se suelen despertar igual, pero están amaestrados para no llorar, continuar en la cuna y acabar durmiéndose al cabo de un rato (como hacen todos).
Si no intervenimos, cualquier niño sano adquirirá, un día u otro, el proceso y dormirá.
Otra cosa es que los padres aguanten hasta ese día. Cuando acuden a la consulta de un especialista no es porque los niños vayan a tener problemas de mayores (eso ya se puede descartar), sino porque los padres ya no pueden más. El especialista debería estudiar cada caso y ofrecer a los padres técnicas para que sus hijos aceleren el proceso. Pero no porque los niños lo necesiten, sino porque los padres no pueden más.
Estas técnicas varían según la edad del niño, su proceso evolutivo o su historial de sueño, por lo que no es posible dar una solución general. Sobre estas técnicas hay dos que han demostrado favorecer la adquisición del sueño correcto: el colecho y la lactancia.
Por lo que respecta al colecho, Mckenna demostró que los niños que dormían con sus padres tenían menos probabilidades de presentar el síndrome de muerte súbita del lactante y que, a través de la respiración de la madre, los niños aprendían antes a pasar de una fase a otra del sueño, ya que sincronizaban su respiración con la materna (hay fases del sueño que tienen una respiración diferente).
En cuanto a la lactancia, R. Debré y A. Doumic, comprobaron que los perritos amamantados dormían mejor que los alimentados con biberón. Parece ser que la succión al pecho cansa y relaja más, aparte que la leche contiene L-triptofano, un aminoácido que ayuda a la conciliación del sueño.
Rosa Jové

jueves, 19 de septiembre de 2013

Entrevista a Rosa Jové: Sobre la Maternidad



No debemos caer en la tentación de la "educación fácil para el adulto: haz lo que yo digo y no lo que yo hago"
Rosa Jové estuvo en Menorca dando una charla sobre crianza. La afortunada reportera que la entrevistó para la revista local fue una servidora. Compartimos
un desayuno (aunque ella desayunó más bien poco porque la tuve toda la hora hablando…). Después, se cerró el aeropuerto debido a la ceniza del famoso volcán
islandés, así que tuvo tiempo de leerse mi libro completito. Un honor para mí, obviously.
Estoy convencida de que para la mayoría de los lectores de
Tarkus Kids,
Rosa Jové no necesita presentación. Para los demás, diré que es licenciada en Psicología y en Historia y Geografía y que está especializada en psicología
clínica infantil y juvenil, en psicopedagogía y antropología de la crianza. Es especialmente conocida por su libro “Dormir sin lágrimas” y por sus artículos
sobre crianza respetuosa. Además –sobretodo- es madre de dos hijos, así que la primera pregunta es obligada:
¿Qué fue primero, la maternidad o el interés profesional por la crianza?
Trabajo con niños desde 1982 y fui madre en 1997, así que ya llevaba bastantes años –casi veinte- dedicada a los niños y tenía interés por la crianza.
Pero he de reconocer que cambié mucho cuando fui madre. Hubo un cambio cualitativo más que cuantitativo. Hice una especie de reset en muchas cosas, eso
es verdad. Siempre había sido muy respetuosa con los niños con los que trabajaba, pero sí que cambié cuando fui madre.
Estamos perdiendo el sentido de comunidad, la “tribu”. Las familias cada vez son más pequeñas, criamos a los niños en soledad… ¿Qué nos está pasando?
Antes las madres tenían unas redes sociales muy importantes. Yo, por ejemplo, era la mayor de una familia numerosa y, en aquella época, eran muchas las
familias numerosas. La gente casi miraba raro a los hijos únicos. Entonces, ¿por qué pienso que mi madre pudo tener una familia numerosa? Porque en casa
había tres mujeres para cuidarnos: mi madre, mi abuela y una tía que era soltera. Además, había relación con las vecinas pero, ahora, en las ciudades,
esto es imposible. En pueblos pequeños todavía se puede, pero en ciudades es impensable. A veces, una madre, aún teniendo a su madre en la misma ciudad,
puede que la tenga a hora y media de metro, que no la tenga al lado. Y, a veces, las madres viven en un bloque de pisos donde no conocen a la mayoría de
sus vecinos o, si los conocen, quizás ellos no están criando, o no hay suficiente confianza como para dejarles a los niños. Esto es un obstáculo importante
a la hora de criar, pero aún hay otro: ahora los niños están mal vistos en casi todos los sitios. Cuando yo era pequeña, todos los niños íbamos a misa,
y nos divertíamos pasándonos los misales. Ahora, entras en una tienda con un niño y es muy posible que la dependienta te mire mal, como pensando “a ver
ahora éste qué va a hacer”. ¡Hay bodas a las que ni siquiera invitan a los niños! Entonces, la madre se encuentra en la situación de tener que buscar a
alguien que le cuide al niño o no puede ir a la boda porque lo tiene ella.
¿Es tal vez por eso que hemos llegado a confiar más en los profesionales de la crianza (pediatras, psicólogos, etc) que en nuestras propias madres o en
nuestro instinto?
Sí, cuando te encuentras sola, a veces pierdes la seguridad en ti misma y, muchas veces, el profesional es la única persona cercana a la madre que entiende
de crianza.
En estas circunstancias, ¿cómo podemos conciliar la vida familiar con la laboral?
¡Yo tengo el secreto de la conciliación!
Cuéntamelo…
La conciliación de la vida laboral y familiar es una ley que tiene un nombre muy largo pero muy poco contenido. En los países escandinavos hay dos años
de baja maternal. Aquí dicen que no hay dinero para eso y se ponen a construir más guarderías. La guardería es un mal menor, atenta contra la salud de
los niños, porque muchos se ponen enfermos y, si se quedaran en casa, eso no pasaría tanto. Pero, claro, muchas madres quieren ir a trabajar. ¿Cómo lo
arreglamos? El otro día calculé cuánto cuesta una plaza de guardería por niño al mes. Hay que contar el personal, los materiales, la luz, la calefacción,
etc, pero también el edificio. Cada plaza sale por una media de 2000 euros al mes. Creo que el Estado debería darles a las madres un cheque de 1500.-€
al mes por cada niño y que cada madre pudiera decidir si se lo gasta en la guardería, en una canguro o si le compensa dejar de trabajar para cuidarlo ella.
Eso sí, todas las guarderías deberían tener una “tarifa plana” de 1500 euros. Así se gastaría lo mismo que se está gastando ahora pero las madres tendrían
más opciones.
El otro día leía que una de las ventajas de la crisis económica es que las familias ya no tienen el dinero necesario para pagar guarderías y, en cambio,
tienen el tiempo disponible para cuidar a los hijos en casa.
Exacto. Esto, junto con lo que hacen los países nórdicos que, si una madre se presenta a un proceso de selección laboral se le equiparan los años de antigüedad,
haría que todo fuera más fácil.
¿La conciliación también pasa por un cambio de chip de las madres?
Sí, aunque la madre siempre tiene el derecho de elegir.
¿No te parece que cada vez hay más madres desnaturalizadas, que actúan en función del “qué dirán” en vez de hacer lo que sienten que es correcto?
Muchas veces reproducen el estilo de crianza que ellas mismas recibieron. Hace una treintena de años, dejar llorar a los niños era algo bastante normal.
Creo que hubo un momento, a partir de los años 60, en que empezó a haber este tipo de ideas y, claro, las madres de hoy son las que fueron criadas así.
Sí, nosotras somos la generación del biberón, el chupete y la cuna…
Muchas veces me encuentro con madres que dicen: “mi madre me pegaba y no he salido tan mal”. ¡Ah, pero no saben cómo habrían salido si las hubieran tratado
de otra manera! Por eso hay madres que no saben responder a las necesidades del niño, porque sus propias necesidades no fueron cubiertas en su día. Algunas
han hecho el proceso y han cambiado, pero otras, no.
Una vez vino a mi consulta un matrimonio con un hijo adolescente con un ”currículum”… Yo siempre digo que no hay adolescentes malos, pero éste rayaba la
línea: pegaba en la escuela, en casa, etc. El padre decía: “no sé cómo nos ha salido así, porque no le hemos dejado pasar ni una”. Le habían pegado con
zapatillas, cinturones, etc., le habían castigado… Y no entendía cómo les había “salido así”. Bueno, yo lo puedo imaginar… Y ellos lo habían tratado así
pensando que era por su bien.
Con esta falta de tribu y buscando consejo en los profesionales, la crianza ha llegado a internet. ¿Es bueno, malo o depende?
Yo creo que, en general, es más bueno que malo. Lo que pasa es que hay que enseñar a la gente a tener criterio cuando entra en internet. Hay foros que
los montan los medios de comunicación, por ejemplo. Tienes que ver dónde te metes. A lo mejor un medio de comunicación puede montar un buen foro de política,
pero de crianza quizás no. Sin embargo, aunque el foro sea malo, la gente deja mensajes contradictorios y, al menos, puedes darte cuenta de que hay más
gente. Así, a veces, la gente empieza a buscar y encuentra otras cosas.
Si pudieras darle únicamente un consejo a una madre primeriza, ¿cuál sería?
Amor. Ya lo dijo San Juan: “ama y haz lo que quieras”. ¿Por qué mi marido y yo llevamos tantos años juntos? Por amor. No hay más.
Pero la gente sigue buscando métodos, quieren saber qué hacer exactamente en cada momento…
Cierto, pero la gente se tiene que acostumbrar a que en las relaciones humanas no hay métodos. Si los hubiera, los psicólogos no existiríamos. Habría máquinas
donde introducirías el tipo de problema y saldría la respuesta. Las personas son diferentes: lo que sirve para una puede no servir para otra. Hay gente
que se agobia mucho y necesita que le des rutinas porque, siguiéndolas, tendrá la sensación de estar haciendo lo correcto y se tranquilizará. Pero a una
persona más meticulosa no le des rutinas, porque le dará un ataque el día que se pase 5 minutos de la hora. Es exactamente igual que enseñar a los niños.
El mismo método no te sirve para enseñar lo mismo a dos niños distintos. Tenemos que acostumbrarnos a que hay cosas que no pueden enseñarse con métodos.
Y aquí está lo bonito de la crianza: que no somos robots.
¿Estamos aprendiendo? ¿Cómo ves la crianza una generación más adelante?
Creo que vamos por el buen camino. Llegó un momento, en los años noventa, que tocamos fondo, pero ahora volvemos a remontar. Las tasas de lactancia están
aumentando año tras año. Esto es un hecho significativo.
¿Qué se le dice, por ejemplo, a una madre que cree que dar el pecho todo el día es malo, no ya para el bebé, sino para la propia madre?
Que está equivocada. Debería tener un buen pediatra que le dijera que lo de las tres horas pasó a la historia hace años… Pero, claro, si el pediatra le
sigue diciendo lo de las tres horas, la pobre mujer se va a desesperar. Yo llevaba a mis hijos todo el día en la mochila: el niño podía mamar cuando quería,
pero no se veía ni el bebé ni el pecho.
Aquí no se ven muchos portabebés…
En las ciudades cada vez se ven más, por un simple motivo de comodidad porque, si vas en metro o en bus, con el carrito no puedes. En la ciudad te tienes
que espabilar sola y, si usas una bandolera, vas mucho más cómoda porque no ocupa espacio y te deja las dos manos libres. Por eso mucha gente la usa aunque
no tenga este estilo de crianza.
¿Qué nos pasa con la comida, que nos da tantos problemas? Ponemos normas a los niños y, después, cuando son adolescentes, tienen trastornos de alimentación,
obesidad, etc. ¿No tendrá algo que ver?
Claro que sí. Yo siempre digo que, mientras las gente siga criando de esta forma, a mi no me va a faltar el trabajo. De mis pacientes, puedo decir que,
los que traen a los niños cuando son pequeños, un alto porcentaje tiene un estilo de crianza más respetuosa con el niño: los traen en bandoleras, quieren
que duerma sin dejarlo llorar, hacen consultas sobre lactancia, etc. Pero los que los traen cuando son adolescentes, son precisamente los otros.
¿Podemos hablar de niños ferberizados, estivillizados y compañía? ¿Qué pasa con estos niños cuando crecen?
Según los estudios, hay aproximadamente un 20% de niños que no tendrán ningún trauma porque se les haya aplicado este tipo de método. Y un 80% que sí.
Ése 20% existe. Lo que nosotros hemos podido demostrar es que va en función de la edad. Estivill dice que el método no ha de aplicarse antes de los 7 meses
de edad ni después de los cinco años. Cuanto más pequeño es el niño, más posibilidades tiene de traumatizarse. En cambio, si coges a un niño de cinco años
y le dices que tiene que quedarse sólo en la habitación y dormirse, el niño llorará pero no pasará miedo. Sin miedo, no se desencadena el mecanismo neuronal
que haría que se traumatizara. Por eso, este tipo de métodos indica que, después de los cinco años, no funciona. Y no funciona porque el niño ya no tiene
miedo. Seguro que no le gusta estar sólo en la habitación, pero es posible que no le de miedo. Es como si intentaras aplicarle el método a un adolescente.
No funcionaría, porque no tendría miedo. Otro factor determinante de futuras secuelas, además de la edad (relacionada con el miedo), es el pack que lo
acompaña. Normalmente, la gente que compra este tipo de libros, también compra otros con títulos como “Espera”, “Aguantate”, “No lo toques, no lo abraces”,
“Llévalo a la guarde a los 4 meses”, etc. Por eso, cuando llegan a consulta, no es que tengamos que desmontar el método Estivill, es que tenemos que desmontar
el pack entero. En cambio, hay madres que han aplicado el método pero que han tratado al niño con respeto y con amor. Por tanto, ¿el método Estivill tiene
secuelas? Sí. ¿Siempre? No. Y la gradación va en función de la edad de aplicación y del pack que lo acompaña. Creo que es importante realizar esta puntualización.
Si hemos aplicado el método Estivill y nos arrepentimos, ¿cómo podemos llevarnos al niño a la cama familiar?
Pues llevándolo.
Pero, si ahora duerme sólo, ¿cómo sabemos si está durmiendo bien o si está traumatizado?
Si se ha hecho y ha funcionado, hay que observar al niño cuando va a acostarse. Si el niño está contento y tranquilo –y eso ningún profesional lo puede
ver mejor que una madre- entonces es que duerme bien y será suficiente con “compensarlo” durante el día con mucho amor y dedicación. Ahora bien, si ese
niño, cuando llega la hora de acostarse, empieza a estar inquieto, a sentirse mal, etc, entonces es que no duerme bien. Si no funciona, cambia. Llévatelo
a la cama familiar.
Hablemos de la tele. Parece que hay una especie de movimiento anti-tele…
Yo estoy en contra de ese movimiento contra la tele, las máquinas y las pantallas. Yo paso ocho horas al día delante de un ordenador, ¿y qué? La tele,
el ordenador, la Play, etc no son malos en si mismos. Lo que puede ser perjudicial son los juegos que hay dentro, el contenido. Jugar a un Brain Training
o a un juego para aprender inglés me parece perfecto En cambio, jugar a matar ancianas o a atropellarlas con un coche, eso ya no me parece bien. Lo malo
no es la tecnología, sino el uso que hacemos de ella. Hay que buscarles juegos adecuados y estar con ellos. Acompañarles, ver qué hacen, a qué juegan,
qué se descargan por internet, etc.
Ahora, en el sistema educativo se quiere poner un ordenador para cada niño, por lo que estarán seis horas diarias delante de la pantalla. Y ahora hay madres
que se quejan porque están tres horas jugando a la Play o viendo la tele. Hay que tener en cuenta que un niño “enganchado” debe ser, necesariamente, mayor
de 5 o 6 años. Antes no se enganchan. Quizás algunos dibujos les llamen mucho la atención, pero ningún niño de menos de 5 años pasaría cuatro horas seguidas
viendo a Pocoyó. En cuanto a los niños de 5 años en adelante, hay que tener varias cosas en cuenta: si va al cole, más o menos de 9 a 5 no estará delante
de la tele. Si llega a casa, merienda y hace los deberes, antes de las 6 o las 7 tampoco verá la tele. Si además, es hijo único, no tiene hermanos con
los que jugar y tampoco puede bajar al parque porque vive en una ciudad, ¿qué podemos pretender que haga? Pues mirará la tele o jugará a las maquinitas
durante tres horas porque es el tiempo que tiene disponible. Además, muchas veces la madre ve más horas la tele que el niño y no considera que ella esté
enganchada. Para mí, un niño enganchado es aquel que deja de hacer otras cosas por estar delante de la pantalla; que no va con sus amigos cuando éstos
van a buscarle, que dice que no a cualquier plan que se le proponga. Y de ésos, todavía no he visto a ninguno. Otra cosa es que le propongas ir a casa
de la abuela y te diga que no, pero eso quizás sea porque el ordenador es más bonito y agradable que la casa de la abuela. Pero si le ofreces algo bueno
y dice que sí, entonces no está enganchado. Si se está aburriendo y no tiene nada mejor que hacer, entonces las máquinas y las pantallas me parecen bien,
siempre que los contenidos sean adecuados y no deje de hacer otras cosas. Obviamente, entre hacer deberes y jugar a la Play, elegirá la Play.
Decías que hay que darles a los niños modelos, valores y normas. ¿No sería más adecuado sustituir las normas por principios? Es decir, en vez de poner
una norma que diga que cada día comemos una pieza de fruta, usar el principio de que comemos alimentos saludables para mantener nuestra salud, por ejemplo.
Los principios los incluyo en los valores. Por ejemplo, la honradez es un principio o valor. Cuando hablo de normas, me refiero a la convivencia. Es decir,
los niños han de ir atados en el coche porque si no, nos parará la guardia urbana. Esto es una norma y le tenemos que explicar al niño que no la hemos
puesto porque sí, sino que es una norma social. Las normas son aquellas sobre las que no tienes elección y, por eso, se las tienes que explicar. Aparte,
hay otra serie de normas que funcionan en casa. Por ejemplo, en mi casa, ni se grita ni se insulta. Es una norma de convivencia.
Claro, ésta es una norma que se fundamenta en un valor o en un principio, pero luego hay otras normas que muchas familias establecen arbitrariamente, como
que sólo se comen chuches los sábados, por ejemplo. ¿Cómo puede un niño de tres años distinguir un sábado de un miércoles? ¿Cómo va a comprender que un
día puede y otro no?
Las familias tienen derecho a establecer este tipo de normas, pero deben ponerlas a partir de los dos años de edad. Con un niño más pequeño, sencillamente,
lo que no quieras que haga, intenta que no lo vea. Si no quieres que juegue con cuchillos, no los dejes a la vista. Si no quieres que coma chuches, no
se las pongas delante. Si no quieres que rompa la vajilla de cristal, tenla guardada donde no la vea. A partir de los dos años, como tienen más capacidad
de razonamiento y de lenguaje, se lo puedes explicar. Cada cosa a su tiempo. Por ejemplo, mis hijos entienden que los cromos sólo se compran el día que
vamos al quiosco, que es el domingo, porque los otros días no gastamos el dinero en cromos. Detrás de esta norma tenemos el principio de aprender a administrar
el dinero.
Háblame de los castigos y las consecuencias.
¿Castigos? A mí no me gusta castigar a nadie. Yo no castigo a mis secretarias, ni a mi marido, ni a mi hermana. No castigo a nadie, ¿por qué iba a castigar
a mis hijos? Entiendo que si un niño tira las cáscaras de las pipas al suelo, se las hagas recoger, porque es la consecuencia natural: si ensuciamos, limpiamos.
Eso no es un castigo.
¿Se aprende a distinguir las consecuencias de los castigos?
En ese momento, pienso que pasaría si eso pasara con mi marido. ¿Sería un comportamiento aceptable?
Por último (por falta de tiempo, que no de ganas) recomiéndanos tres libros de crianza que no sean tuyos.
Todos los de Carlos González; éstos, los primeros. Coge cualquiera de ellos, que todos son buenos.
Me gustaría recomendar alguno de lactancia materna por la importancia del tema, porque creo que es bueno que la gente empiece a hacerlo. Hay un libro de
la Asociación Española de Pediatría, el Manual nº 5, que es un monográfico sobre lactancia materna.
También el de "Cómo hablar para que los hijos escuchen y cómo escuchar para que los hijos hablen", de Adele Faber y Elaine Mazlish.
Y, aparte, en mi libro Crianza Feliz hay libros recomendados en cada capítulo y todos están muy bien.
Desde aquí, le agradezco a Rosa el tiempo y la atención que me dedicó; y a Nuria y a Úrsula por haberla elegido a ella para dar la charla a los padres
de alumnos.
Entrevista realizada por
Laura Mascaró Rotger,
abogada, autora del libro
Educación y Libertad,
y del blog
Tarkus Kids.
Extraído de:
http://www.tenemostetas.com/2010/05/entrevista-con-rosa-jove.html