Aprender a meditar: consejos del Dalai Lama
Aprender a meditar: consejos del Dalai Lama
Aprender a meditar es un reto que pocas personas se atreven a enfrentar, porque pensar es el trabajo más difícil del mundo. Es, en cierto sentido, como el resto de cosas que se aprenden en la vida. Al principio nos costará, y la única forma de mejorar es a través de la práctica constante y diaria. En otro sentido, no se parece a nada más que podamos aprender, porque no estamos acostumbrados a que nadie nos enseñe que la mente es una parte de nosotros mismos que se debe dominar para llegar a nuestra máxima plenitud.
Cuando alguien nos lo dice, ya es un poco tarde. No del todo, por supuesto, porque nunca lo es. Pero ya hemos perdido una grandísima oportunidad: la de aprender a meditar mientras nos formamos como personas, desde pequeños. De ahí que sea tan importante transmitir el Yoga a los niños. Así podrán ir asimilando conceptos desde pequeños, y dominarán su mente cuando es fácil hacerlo. Si esperas a que el caballo se haga salvaje, va a ser muy difícil que después te obedezca.
Para aprender a meditar tenemos que saber qué es meditar. En palabras del XIV Dalai Lama:
“La meditación es la disciplina en la que se cultiva la familiarización con el objeto de meditación escogido para poder obtener cierta estabilidad mental, que es necesaria para permanecer en un punto de la realidad. Gradualmente conseguiremos dominar nuestra mente”.
Vamos a proporcionar un poco de contexto para poder entenderlo. Lo que queremos hacer si buscamos aprender a meditar es tener la capacidad de conocer la realidad. Para ello tenemos que saber que hay ciertos patrones de funcionamiento en la mente, y usamos la meditación para descubrirlos, aprovechando un objeto que conocemos.
Traducido a palabras más claras: hay un objeto que nos resulta familiar, que conocemos, y profundizamos en nuestro conocimiento del mismo, a través de la meditación, dándonos cuenta de que cuando queramos profundizar en algo con lo que no estamos familiarizados seguiremos el mismo proceso mental. Ese proceso mental lo conocemos de sobra porque lo hemos usado con objetos que ya conocemos.
Por supuesto con la palabra “objetos” no nos referimos solo a cosas sin vida. También nos referimos a personas e ideas. Como son objetos que ya conocemos, no hay pérdida ni confusión en el proceso mental. Y luego aplicamos el mismo proceso mental a otro objeto que conocemos menos. Aprender a meditar empieza por poner a nuestra disposición las condiciones externas e internas para reflexionar sobre un objeto que conocemos.
Vamos a hacer una pequeña introducción a la meditación guiada, muy útil para saber cómo meditar.
– Silencio: para aprender a meditar es necesario estar en silencio por razones obvias. Controlar los pensamientos que pasan por tu mente es difícil al principio, y más todavía si oyes la televisión, hay una la radio encendida en la habitación de al lado, etc.
Lo recomendable es tener unos tapones para los oídos, que se pueden adquirir en cualquier farmacia, y así evitaremos oír cualquier cosa que nos aleje de la concentración. Cuando ya hayas superado este paso de aprender a meditar, tendrás un control mayor de tu mente y no te afectará tanto el ruido externo.
– Postura cómoda: Tener control de tu cuerpo y no estarte moviendo es el primer paso para aprender a meditar. Es una forma de controlar tus pensamientos porque no habría movimiento de ninguna parte del cuerpo si no fuese por una orden originada en el cerebro. Por lo tanto, controlar el cuerpo es controlar un tipo de pensamientos.
Si quieres permanecer quieto durante al menos 10 minutos (al principio, luego podrás muchos más) asegúrate de ponerte en una situación cómoda. De otra manera estarás luchando por mantener la posición, y probablemente cederás antes de llegar a los 10 minutos.
Puedes apoyar la espalda en la pared o realizar la Savasana (tumbado boca arriba sobre tu WideMat, con las extremidades algo separadas del cuerpo). Hay otras posturas más relacionadas con la meditación, como la del Loto o la del Zapatero, por lo menos en la imaginación de la mayoría de nosotros. En cualquier caso, lo más práctico a la hora de aprender a meditar es adoptar la postura más cómoda.
– Respiración: es otro aspecto muy importante porque la respiración ayuda a relajarnos y controlar nuestros pensamientos. Todos respiramos, claro, pero hay que saber respirar de la manera correcta para poder aprender a meditar.
Esta respiración adecuada es lenta y profunda. En WideMat Blog recomendamos realizar ciclos de respiración 5-10-10, que quiere decir 5 segundos de inhalación profunda, aguantar durante 10, y expulsarlo lentamente durante por espacio de otros 10.
Aprender a meditar: consejos del Dalai Lama
Aprender a meditar: consejos del Dalai Lama
Aprender a meditar es un reto que pocas personas se atreven a enfrentar, porque pensar es el trabajo más difícil del mundo. Es, en cierto sentido, como el resto de cosas que se aprenden en la vida. Al principio nos costará, y la única forma de mejorar es a través de la práctica constante y diaria. En otro sentido, no se parece a nada más que podamos aprender, porque no estamos acostumbrados a que nadie nos enseñe que la mente es una parte de nosotros mismos que se debe dominar para llegar a nuestra máxima plenitud.
Cuando alguien nos lo dice, ya es un poco tarde. No del todo, por supuesto, porque nunca lo es. Pero ya hemos perdido una grandísima oportunidad: la de aprender a meditar mientras nos formamos como personas, desde pequeños. De ahí que sea tan importante transmitir el Yoga a los niños. Así podrán ir asimilando conceptos desde pequeños, y dominarán su mente cuando es fácil hacerlo. Si esperas a que el caballo se haga salvaje, va a ser muy difícil que después te obedezca.
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Qué es meditar para el Dalai Lama
Para aprender a meditar tenemos que saber qué es meditar. En palabras del XIV Dalai Lama:
“La meditación es la disciplina en la que se cultiva la familiarización con el objeto de meditación escogido para poder obtener cierta estabilidad mental, que es necesaria para permanecer en un punto de la realidad. Gradualmente conseguiremos dominar nuestra mente”.
Vamos a proporcionar un poco de contexto para poder entenderlo. Lo que queremos hacer si buscamos aprender a meditar es tener la capacidad de conocer la realidad. Para ello tenemos que saber que hay ciertos patrones de funcionamiento en la mente, y usamos la meditación para descubrirlos, aprovechando un objeto que conocemos.
Traducido a palabras más claras: hay un objeto que nos resulta familiar, que conocemos, y profundizamos en nuestro conocimiento del mismo, a través de la meditación, dándonos cuenta de que cuando queramos profundizar en algo con lo que no estamos familiarizados seguiremos el mismo proceso mental. Ese proceso mental lo conocemos de sobra porque lo hemos usado con objetos que ya conocemos.
Por supuesto con la palabra “objetos” no nos referimos solo a cosas sin vida. También nos referimos a personas e ideas. Como son objetos que ya conocemos, no hay pérdida ni confusión en el proceso mental. Y luego aplicamos el mismo proceso mental a otro objeto que conocemos menos. Aprender a meditar empieza por poner a nuestra disposición las condiciones externas e internas para reflexionar sobre un objeto que conocemos.
Vamos a hacer una pequeña introducción a la meditación guiada, muy útil para saber cómo meditar.
Condiciones externas para aprender a meditar
– Silencio: para aprender a meditar es necesario estar en silencio por razones obvias. Controlar los pensamientos que pasan por tu mente es difícil al principio, y más todavía si oyes la televisión, hay una la radio encendida en la habitación de al lado, etc.
Lo recomendable es tener unos tapones para los oídos, que se pueden adquirir en cualquier farmacia, y así evitaremos oír cualquier cosa que nos aleje de la concentración. Cuando ya hayas superado este paso de aprender a meditar, tendrás un control mayor de tu mente y no te afectará tanto el ruido externo.
– Postura cómoda: Tener control de tu cuerpo y no estarte moviendo es el primer paso para aprender a meditar. Es una forma de controlar tus pensamientos porque no habría movimiento de ninguna parte del cuerpo si no fuese por una orden originada en el cerebro. Por lo tanto, controlar el cuerpo es controlar un tipo de pensamientos.
Si quieres permanecer quieto durante al menos 10 minutos (al principio, luego podrás muchos más) asegúrate de ponerte en una situación cómoda. De otra manera estarás luchando por mantener la posición, y probablemente cederás antes de llegar a los 10 minutos.
Puedes apoyar la espalda en la pared o realizar la Savasana (tumbado boca arriba sobre tu WideMat, con las extremidades algo separadas del cuerpo). Hay otras posturas más relacionadas con la meditación, como la del Loto o la del Zapatero, por lo menos en la imaginación de la mayoría de nosotros. En cualquier caso, lo más práctico a la hora de aprender a meditar es adoptar la postura más cómoda.
– Respiración: es otro aspecto muy importante porque la respiración ayuda a relajarnos y controlar nuestros pensamientos. Todos respiramos, claro, pero hay que saber respirar de la manera correcta para poder aprender a meditar.
Esta respiración adecuada es lenta y profunda. En WideMat Blog recomendamos realizar ciclos de respiración 5-10-10, que quiere decir 5 segundos de inhalación profunda, aguantar durante 10, y expulsarlo lentamente durante por espacio de otros 10.
Antes hablábamos de enseñar Yoga a los niños desde bien pequeños. Pues bien, tan importante es la respiración correcta para aprender a meditar en el futuro que deberíamos hacer un esfuerzo por enseñarles a respirar bien. Esa es la razón por la que escribimos el artículo 5 Divertidos ejercicios de respiración para niños.
Condiciones internas para aprender a meditar
Podemos decir que las condiciones externas para aprender a meditar son las condiciones previas, y que las condiciones internas ya son meditación en sí. Tal vez no una meditación profunda, si todavía estamos empezando en el camino de la abstracción, pero al cumplir estos requisitos, ya se dan las características esenciales de la misma.
– Determinación: consiste en decir: “Quiero y puedo aprender a meditar. Voy a hacerlo, y durante el tiempo que establezca, no voy a perder el objeto”. Sin duda lo perderás en ocasiones. Y que no te extrañe que sean muchas al principio, pero tiene que haber una disposición interior a realizar la meditación de manera perfecta. Te dará fuerzas y evitará que caigas en el desánimo en las primeras fases del camino que supone aprender a meditar.
– Cuenta regresiva: Una vez que estás determinado a aprender a meditar y has preparado esas condiciones externas de las que hablábamos, tienes que empezar a relajarte. Hazlo con una cuenta regresiva, de 50 hasta 1, cuidando la respiración. Que sea lenta y recuerda los ciclos 5-10-10.
– Elegir como objeto de meditación algo que ya conocemos. Tenemos que ser capaces de aguantar 10 minutos pensando única y exclusivamente en ese objeto. Es más fácil hacerlo con algo que ya conocemos.
Para aprender a meditar es recomendable coger un objeto físico y traerlo con nosotros. Aguantar 10 minutos pensando en ello es más fácil porque lo tenemos delante. Sin embargo comprobarás que es difícil porque en algún momento nos desviaremos del objeto. De hecho, al principio seguro que piensas: “Lo estoy haciendo muy bien, no me estoy desviando…”, y de repente te das cuenta de que eso ya es dejar de pensar en el objeto en sí mismo.
– Descríbelo: Detalla interiormente, para ti, cómo es ese objeto. Formas, colores, olor, todo lo que se te ocurra. Pero tiene que tratarse todo del objeto. No pienses en dónde lo compraste o con quién estabas, porque tu objeto no es un lugar ni la persona que te acompañaba.
Por ejemplo: si estás delante del típico suvenir que te trajiste del Camino de Santiago, no pienses en los simpáticos japoneses que conociste. Enfócate en el objeto.
– Extrae la esencia del objeto: aprender a meditar es aprender a captar qué es la realidad, cuál es la esencia de aquello en lo que piensas. Con la práctica del punto anterior hemos repasado las partes del objeto. Ahora pregúntate cuál es la función de cada una de ellas, que inevitablemente tienen una razón de ser. Existen para formar una unidad con los demás elementos, y cada atiende a una finalidad. Hay una armonía entre ellas, hay una esencia.
– Si ves que te aburres y la mente se dispersa, haz el esfuerzo de mantener la atención en el objeto con mayor intensidad. Aprender a meditar cuesta, y será normal que el pensamiento se disperse.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Clínico.
Zaragoza. Gran Vía 32. 3° Izquierda
Teléfono: 653 379 269
Instagram: @psicoletrazaragoza
Página Web: Córdoba Sanz Rodrigo. Psicólogo
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