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Paz y Ciencia

jueves, 26 de abril de 2018

Memoria Traumática



La memoria es el escribano del alma. Aristóteles

:: El estudio de la memoria traumática cuenta con una larga y venerable historia en el campo de la psicología. Se remonta como poco a París, alrededor de 1870, cuando Jean-Martin Charcot, padre de la neurología, quedó fascinado con la cuestión de qué provocaba las parálisis, los movimientos erráticos, los desmayos, los colapsos repentinos, las risas delirantes y los llantos dramáticos en los pacientes de histeria en los pabellones del hospital de La Salpêtrière. Charcot y sus alumnos gradualmente llegaron a entender que esos extraños movimientos y posturas corporales eran las huellas físicas del trauma.
:: En 1889, un alumno de Charcot, Pierre Janet, escribió el primer libro sobre lo que ahora llamaríamos Trastorno de Estrés Postraumático, en el que argumentaba que el trauma tiene lugar en la memoria procedimental, con gestos y reacciones automáticas, sensaciones y actitudes, y se reproduce y representa una y otra vez en forma de sensaciones viscerales (ansiedad y pánico), movimientos corporales o imágenes visuales (pesadillas y recuerdos recurrentes). Janet destacó la importancia de la memoria en relación con el trauma: un acontecimiento sólo se convierte en trauma cuando las emociones abrumadoras interfieren con el correcto procesamiento de la memoria. Pasado un tiempo, los pacientes traumatizados reaccionan a recuerdos del trauma con respuestas de emergencia que corresponden a la amenaza original, pero que entonces quedan  completamente fuera de lugar, como correr a refugiarse debajo de la mesa cuando cae un vaso al suelo o montar en cólera cuando un niño empieza a llorar.
:: Durante más de un siglo, hemos considerado que las huellas del trauma quedan almacenadas no como relatos de las cosas malas que nos han sucedido en algún momento del pasado, sino como sensaciones físicas que se experimentan como amenazas inminentes a nuestra vida: ahora mismo. Gradualmente, en ese tiempo, hemos llegado a entender que la diferencia entre los recuerdos ordinarios (historias que se cambian y disipan) y los recuerdos traumáticos (sensaciones y movimientos recurrentes que van acompañados de emociones negativas intensas de miedo, vergüenza, ira y colapso) son resultado de un fallo en los sistemas cerebrales responsables de crear "recuerdos autobiográficos".
* Janet también advirtió que las personas traumatizadas se quedan atascadas en el pasado: se obsesionan con el horror que conscientemente quieren dejar atrás, pero se siguen comportando y sintiendo como si éste todavía continuara. Incapaces de olvidar el trauma, gastan toda su energía en controlar sus emociones en detrimento de la atención a las exigencias del presente. Janet comprobó que la amarga experiencia de esas mujeres traumatizadas no se "resolvían" con cuidados, razonamiento o modificación de conducta.
*La hipnosis, al recrear en la mente de forma segura los viejos sucesos y construir después un final imaginario satisfactorio -algo que no lograron realizar durante el suceso original porque se vieron anuladas por la impotencia y el horror- podían empezar realmente a darse cuenta de que, habían sobrevivido al trauma y podían reanudar sus vidas.

:: Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo
Zaragoza (Zona Centro)
Teléfono: 653 379 269
email: rcordobasanz@gmail.com
web: www.rcordobasanz.es

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