lunes, 21 de noviembre de 2011
Más que un lunes
Hemos hablado alguna vez del oscurantismo referente a la palabra lunes, una expresión casi demoníaca que altera el equilibrio de algunas personas asentadas en el fin de semana y el placer. La continuidad de la vida nos propone integrar facetas del fin de semana entre la semana, salvando los horarios de trabajo, claro está. Por ejemplo, podemos leer un libro antes de echarnos a la cama, o en el tranvía, o en el autobús, o en el metro, o viajando en tren, o en avión. Podemos escribir en nuestros ordenadores, cada vez más sofisticados, recuerdo una película nueva española en la que un joven le enseñaba a una niña las piezas suspendidas en el aire del robot y le decía "Esto es el orgullo", la niña le contestaba: "Es demasiado pequeño para ser el orgullo". Bellísimo.
La "naurosis de hastío" de la que hablan existencialistas como Frankl tiene conexión con esa falta de contacto vivo con la vida, una asepsia en relación a las actividades cotidianas, una vida mecánica, rutinaria y sin espacio para la creatividad o con la creatividad ya constreñida por los límites impuestos por la institución, no siempre es por responsabilidad de la persona...
En todo caso, enfocar una semana con interés y vocación de transformar ese tedio vital, popularmente llamado depresión, que lleva a estar en la cama, no tener ganas de hacer cosas, no disfrutar con actividades con las que antes disfrutaba la persona, desgana, cansancio, pereza, etc. Son un corolario de un síndrome de desvitalización que trasciende la psico(pato)logía y que remite a la existencia del ser humano.
Victor Frankl, un terapeuta existencialista junto a Binswanger estudió casos desde su propia experiencia personas en Auschwitz y Dachau, allí perdió muchos camaradas. Ambos psicoanalistas (al menos en origen, luego Frakl creo su propia escuela) se centraron en el sentido y significado último del ser humano, en su propósito, sus intereres, su libertad, su responsabilidad. Con dos enfoques distintos abarcaron una obra magnífica y les invito a que lean libros como "El hombre en busca de sentido" o "Psicoanálisis y Existencia" [http://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=QgeZKiOTT7wC&oi=fnd&pg=PP1&dq=psicoanalisis+y+existencialismo&ots=MDB01g4qcb&sig=piPgcNtdOZHk_goiNp7i0nvxQ94#v=onepage&q=psicoanalisis%20y%20existencialismo&f=false], entre otros. Binswanger es más popular, al menos para mí, aunque tengo su biografía por la minuciosa y didáctica explicación del "mundo esquizofrénico"[http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/binswanger.htm], una forma muy especial de acercarse a aquellas personas que habían sido entendidas hasta Kraepelin como signos y síntomas. Un revolucionario también. Disfruten con sus lecturas y propónganse realizar una pequeña revolución en su puesto de trabajo, no hace falta que hagan como en el anuncio de Coca-Cola, irse engominado con tupé al jefe y cantarle una canción de desprecio. Solo disfruten del momento, el pasado no se puede cambiar, se puede reinterpretar, el presente hay que degustarlo y el futuro está por construir y depende de usted. Eso que llamamos proyecto vital o proyecto existencial. Para muchos pasa por tener un BMV, una TV que no quepa en el mueble y otros objetos materiales, pero en esta sociedad y cultura estamos olvidando los valores humanos. Afortunadamente con frecuencia me lo recuerdan los pacientes y mis colegas.
PD.: mi tele es una birria, no tengo aparato de música y mi coche es un utilitario para ir por ciudad que se pone a mil cuando salimos a carretera.
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