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Paz y Ciencia

domingo, 6 de noviembre de 2011

La cara amable del narcisismo

El narcisismo es una pasión cuya intensidad en muchos individuos sólo puede compararse con el deseo sexual y el deseo de seguir viviendo. En realidad, muchas veces resulta más fuerte que uno y otro. Aun en el individuo corriente en quien no alcanza tal intensidad, hay un núcleo narcisista que parece casi indestructible. Siendo así, podríamos sospechar que, como el sexo y la supervivencia, la pasión narcisista tiene también una función biológica importante. Una vez que hemos planteado esta cuestión, la solución viene fácilmente. ¿Cómo podría sobrevivir el individuo si sus necesidades corporales, sus intereses, sus deseos, no estuvieran cargados de gran energía?
Biológicamente, desde el punto de vista de la supervivencia, el hombre tiene que atribuirse a sí mismo una importancia muy por encima dónde sacaría la energía y el interés para defenderse luchar por sus supervivencia, para sustentar sus derechos contra los de los demás? Sin narcisismo, podría ser un santo, ¿pero tienen los santos un índice elevado de supervivencia? Lo que desde un punto de vista espiritual sería sumamente peligroso desde el punto de vista mundano de la supervivencia. Hablando teleológicamente, podemos decir que la naturaleza dotó al hombre de una gran cantidad de narcisismo a fin de permitirle hacer lo que es necesario para sobrevivir. Esto es cierto especialmente porque la naturaleza no dotó al hombre de instintos bien desarrollados, como los que tiene el animal. El animal no tiene "problemas" de supervivencia en el sentido de que su naturaleza intrínsecamente instintiva se cuida de la supervivencia, de tal manera que el animal no tiene que pensar ni decidir si no necesita o no hacer un esfuerzo. En el hombre el aparato instintivo ha perdido la mayor parte de su eficacia, y en consecuencia el narcisismo asume una función biológica muy necesaria.
Erich Fromm: "El corazón del hombre"

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