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Paz y Ciencia

lunes, 23 de agosto de 2010

El espejo sonoro: Didier Anzieu


Lo que del otro es oído cuando envuelve el Self en la armonía y luego, cuando como retorno responde en eco a lo emitido y lo estimula, introduce al pequeño en el área de la ilusión. Winnicott (1951) señaló el parloteo entre los fenómenos transicionales, pero poniéndolo en el mismo plano que las demás conductas de este tipo. Ahora bien, el bebé sólo se autoestimula para emitir, oyéndose, si el entorno le ha preparado para ello por la calidad, la precocidad y el volumen del baño sonoro en el que está sumergido. Antes que la mirada y la sonrisa de la madre, que le nutre y le cuida, remitan al niño una imagen de sí que le sea visualmente perceptible y que interiorice para reforzar su self y bosquejar su Yo, el baño melódico (la voz de la madre, sus canciones, la música que ella le hace escuchar) pone a su disposición un primer espejo sonoro que utiliza primero con sus gritos (que la voz materna tranquiliza como respuesta) y luego con sus gorjeos y finalmente con sus juegos de articulación fonemática...
A menudo, ya se sabe, se reconoce a la madre de un esquizofrénico en el malestar que su voz causa al profesional que ha venido a consultar; voz monocorde (con mal ritmo), metálica (sin melodía), ronca (con predominio de los tonos graves, lo que favorece en que escucha la confusión de sonidos y el sentimiento de intrusión). Semejante voz perturba la constitución del self: el baño sonoro ya no es envolvente, se hace desagradable (en términos del Yo-Piel se llamaría rugoso), es agujereado y agujereante. Esto sin prejuzgar la continuación que es, durante la adquisición de la primera articulación del lenguaje, la interferencia de la madre en el pensamiento lógico del niño por la conminación paradójica y por la descalificación de los enunciados que el niño emite sobre sí mismo. (Anzieu D., 1975). Solamente a conjunción grave de las perturbaciones fonemática y semántica produciría la esquizofrenia. Si las dos perturbaciones han sido ligeras es que estasmos ante personalidades narcisistas. Si la primera ha tenido lugar sin la segunda, se constituye la predisposición a las reacciones psicosomáticas. Si la segunda se ha producido sin la primera, nos encontraríamos con una gran número de trastornos de la adaptación escolar, intelectual y social.

Los defectos del espejo sonoro patógeno son:

- Su discordancia: interviene a contratiempo de lo que siente, espera o expresa al bebé.
-Su brusquedad: tan pronto es insuficiente, tan pronto excesivo, pasando de un extremo a otro de forma arbitraria e incomprensible para el bebé; multiplica los microtraumatismos sobre el para-excitación naciente.
- Su impersonalidad: el espejo sonoro no informa al bebé ni de lo que siente sobre sí mismo ni sobre lo que si madre siente por él. El bebé estará inseguro de su self si es para ella una máquina a la que hay que mantener, en la que se introduce un programa. A menudo, también ella se habla a sí misma delante de él pero no de él, tanto en voz alta como en el mutismo de la palabra interior, y este baño de palabras o de silencio le hacen vivir que no significa nada para ella. El espejo sonoro y después visual, sólo es estructurante para el self, y luego para el Yo, a condición de que la madre exprese al niño algo de ella y de él a la vez, y algo que se refiera a las primeras cualidades psíquicas que el self mismo naciente del bebé experimenta.

Didier Anzieu expuso su trabajo sobre el yo-piel que tiene paralelismos con Esther Bick poco después de que ella postulara el término de "segunda piel". Anzieu trata de construir una teoría donde el yo-piel abarca los sentidos para constituir un yo en relación con la tópica freudiana y con los aportes posfreudianos. Resulta muy interesante su lectura que va ganando ritmo a lo largo de su obra.
Este fragmento está en el capítulo "La envoltura sonora", págs. 183-184. Biblioteca Nueva. 2007. Hay una interesante aportación de casos clínicos propios y de otros clínicos como la propia Esther Bick. En su obra se ve influencia clara de Winnicott a quien intenta ampliar con su concepto de yo-piel lleno de metáforas y referencias a la mitología para ilustrar los casos clínicos y ciertos aspectos que quiere explicar detalladamente.

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