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Paz y Ciencia

martes, 3 de agosto de 2010

Conceptos winnicottianos IV

Cuando el infans no ha tenido un adecuado sostén, manejo y presentación de objetos es cuando surge problemas en el bebé, es lo que Winnicott llama "madre caótica". Es una madre angustiada, preocupada de otras cosas distintas a su hijo, interfiriendo en un maternaje apropiado.
Si existen fallas excesivas en esta fase es cuando se produce la desintegración psicótica en el infante.
Cuando más adelante, después de que se haya superado la fase de "dependencia absoluta", en una dependencia relativa aparecen problemas, son de tipo antisocial, lo que Winnicott llama tendencia antisocial. Se refiere a pequeños hurtos hechos abiertamente de forma que los padres se enteran, para denunciar una situación de deprivación emocional y para tomar lo que es suyo, lo que le falta, la carencia y falta. Los problemas en esta fase están relacionados con la delincuencia en adolescentes.
Winnicott considera que esos hurtos son una señal de esperanza, un pedido de auxilio más allá de la llamada de atención, es un tomar simbólicamente lo que es suyo.
Dice el libro Winnicott para principiantes (un excelente libro de Winnicott ilustrado y escrito por dos maravillosos conocedores del autor como Smalinsky y Ripesi):
No necesariamente la conducta antisocial implica una conducta delictiva. El niño busca con el acto antisocial recuperar una estabilidad y confianza en el marco hogareño a partir de episodios como enuresis, pequeños robos o mentiras, romper cosas, etc. La reacción del medio ambiente, que sólo busca sancionar "moralmente" al desafío planteado por la tendencia antisocial, no permite averiguar cuál es la verdadera "respuesta" que la conducta está forzando. [Ponen en boca de Winnicott lo siguiente; Esa niña (que está robando en el bolso de su madre), de manera inconsciente, está intentando hacer "justicia"; está tomando por sus propios medios lo que siente que debería dársele. Al mismo tiempo lo hace de una manera lo suficientemente descuidada como para que su madre pueda darse cuenta de que algo está sucediendo prestando una mínima atención].
Por supuesto, una respuesta contemplativa o meramente "comprensiva" también es ineficaz y con frecuencia empeora las cosas obligando al niño a redoblar sus impulsos antisociales. Si la provocación del niño es desatendida por el entorno, a la larga, la conducta antisocial sí se convierte en una actividad compulsiva que pierde su motivación inicial y que empieza a buscar beneficios secundarios de estricto orden delictivo (ventajas y beneficios que anulan por completo la original búsqueda de una respuesta de contención firme que brinde seguridad al niño antisocial). Llegados a este punto se hace inútil emprender una psicoterapia, y es la sociedad, con sus recursos asistenciales, legales, etc., quien debe hacerse cargo de la situación.

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