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Paz y Ciencia

viernes, 13 de agosto de 2010

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Hola de nuevo. Estoy pasando unos días de descanso pero me acuerdo de ustedes y de Winnicott. El 12 y 13 de noviembre hay un encuentro organizado por el Grupo de Psicoterapia de Bilbao, unas jornadas internacionales donde se estudiará a Winnicott.
Espero ver alguna cara conocida y disfrutar de las lecturas de Winnicott por parte de otros analistas así como otras formas de praxis.
Esto significa que cada lector es un analizado cuando realiza un análisis de un texto. Cabe pensar siendo algo planos que quien gusta por Winnicott es un o una analista creativa, que gusta por generar una atmósfera analítica sin intrusiones interpretativas, una persona que reinventa el psicoanálisis y que transforma lo que lee a través del tamiz de su experiencia con cada uno de los analizados.
Winnicott nos dejó un legado, su lectura más importante nos invita a construir y deconstruir sobre lo que él alcanzó a conocer.
Estos días estoy leyendo autores franceses, Anzieu: "El yo-piel" y Pontalis: "Después de Freud". Son lecturas que acompañadas de la brisa marina de la playa y de los divertidos y ácratas juegos de los niños correteando por la toalla se hacen un poco extrañas. Como divulgación de la relativa opacidad de la intimidad de este espacio, que alguna vez ha sido denunciada por personas que me leen y que se han comunicado conmigo más o menos extensamente, debo decir que estoy disfrutando más con Pontalis, quien hace un análisis realizado en los años 50 de la obra postfreudiana, Anzieu, como decía una compañera analista que llamaré cariñosamente: Diana Hold "tiene un ritmo lento" pero ambos son de un saber enciclopédico maravilloso. Pontalis parece oponerse a toda forma de psicoterapia que no se rija por los principios freudianos, no hay mayor transformador en la forma de los principios freudianos que Lacan y Winnicott. Pontalis parece quedarse en algo que defendió la propia Melanie Klein, ella no considera que el niño crezca con un fondo psicótico, sin embargo Pontalis parece agarrarse a esta idea. Recordemos que Laplanche y Pontalis escribieron el Diccionario de Psicoanálisis, una de las piezas fundamentales de la literatura psicoanalítica.
La verdad que voy alternando el periódico, Anzieu, Pontalis y tengo para más adelante "Volviendo a Pensar" de Bion. Autor que disecciona Pontalis por su trabajo en grupos. Bion abarca mucha más clínica desde luego y creo que se inspiró en Klein, algo sabido y en otros autores de la SPB como Winnicott, es controvertido y fruto de un lapsus pro mi parte la idea de "terror sin nombre" que parece homóloga a la winnicottiana "angustia impensable", se trata del miedo o ansiedad derivada de un "dejar caer", de sentir el vacío, nadie que sostenga, nadie que ampare, proteja o de cobertura, se trata de la sensación de desamparo y miedo inefable que no se puede verbalizar, ora porque el infans no tiene desarrollado el lenguaje o porque, ya adulto, no puede organizar la representación mental de lo que está viviendo.
En las vacaciones se da una no-integración, como decía Winnicott, existen personas que no toleran el "caos" de las vacaciones porque necesitan tener un control de su mundo externo para no desbordar los poros del yo-piel, poros que han sido formados en tiempos pasados debido a un contacto inseguro con la madre y el padre, en el polo extremo estarían las "angustias impensables". Después de realizar esta sencilla síntesis de Anzieu y Winnicott, unión a la que se prestan con facilidad ambos autores, me despido con un fuerte abrazo.

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