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Paz y Ciencia

martes, 4 de diciembre de 2012

Sobre las corazas


 
Básicamente la identidad de ser se estructura sanamente sobre el desarrollo y arraigamiento sano del subimpulso tierno.
 
La coraza caracterológica está estructurada por la relación dinámica entre estas gestalts inconclusas y mantenidas por los bloqueos energéticos y los mecanismos de defensa psicoemocionales. Estas estasis energéticas necesariamente tienen que tener un soporte orgánico, en algún lugar tienen que ser contenidas, no somos seres incorpóreos sino sensoriales y motores. El lugar físico donde se ubican, obviamente, es el cuerpo, sobre todo en los músculos estriados, los músculos de la acción. Esta ubicación estructura la coraza muscular.

Originalmente ambas corazas son la consecuencia, no la causa, de las disfunciones organísmicas acontecidas y mantenidas crónicamente en el devenir evolutivo de cada persona; y a su vez, son la causa de que estas disfunciones se mantengan porque son el contenedor (o el andamiaje) de las resistencias y de sus defensas correspondientes. Las corazas cumplen la función de adecuar la adaptación del individuo al medio y viceversa.

El problema aparece cuando se estructuran rígidamente y pierden su capacidad de movilización y adecuación para la satisfacción de las necesidades. La rigidez de las corazas, bloquea y distorsiona la percepción que el individuo tiene tanto de sí mism como del entorno, dificultando, por tanto, la relación del individuo consigo mismo y con el ambiente. Así se origina un tipo de relación mecánica y compulsiva, que resulta disfuncional en el presente por ser origen de frustraciones que, por no poder asumir, originan displacer y sufrimiento, dificultando, además, que la persona desarrolle su potencial evolutivo. A mayor rigidez de las corazas, mayor disfunción y, por tanto, mayor dificultad para la adecuación, la satisfacción y el autoapoyo.

"Además de la calidad de la coraza caracterológica, debemos considerar también su intensidad o grado. Si el acorazamiento contra el mundo exterior y el mundo biológico interno (es decir, a las excitaciones vegetativas ligadas a la necesidad de satisfacción) ha alcanzado un grado correspondiente al desarrollo libidinal en un momento determinado, subsisten en la coraza brechas que brindan los medios de contacto con el mundo exterior. A través de estas brechas se envía la libido disponible al mundo exterior, y se la vuelve a retraer. Ahora bien, la coraza puede alcanzar tal intensidad que estas brechas sean demasiado angostas, de modo que la comunicación con el mundo exterior resulta demasiado pequeña para garantizar una economía normal de la libido y una normal adaptación social... Debemos suponer que toda conversión duradera de libido objetal en libido narcisista da como resultado una intensificación y un endurecimiento de la coraza."

No son, pues, "una idea paranoidea" ni una "camisa de fuerza" como mantiene Perls; estas concepciones son una interpretación excesivamente literal de la palabra "coraza". Literalidad que ocasiona una distorsión y una deficiente comprensión del punto de vista de Reich. Así mismo las otras dos objeciones que expone más adelante en el mismo tenxot, también indican no haber integrado bien el trabajo sobre las resistencias en la técnica de análisis de carácter. Partiendo de una concepción similar del ser humano. Perls ofrece una actitud desde la que trabajar sobre el carácter (neurosis), dando con ello un paso adelante, una aportación de un valor indudable; pero ello no debería implicar ignorar, y algunas veces descalificar, otros puntos de vista complementarios e igualmente valiosos. No es saludable negar a uno de los progenitores y privar de él a la propia descendencia. De este modo se apoya la tesis de Freud sobre la necesidad de tener que devorar al padre para tomar la autoridad; tal vez haya que devorarlo si se introyecta, pero se aprovecharía más dirigiéndolo y asimilándolo, como bien señala Perls al hablar sobre introyección en Testimonios de Terapia.

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