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martes, 15 de noviembre de 2016

Winnicott: Papel del Entorno



Con su experiencia pediátrica ligada al psicoanálisis fue pergeñando un modelo singular de psicoterapia.
Su famosa expresión:

"La psicoterapia se sitúa en ese lugar donde dos áreas de juego se imbrican, la del paciente y la del terapeuta. Dos personas jugando juntas. De manera que el corolario será: allí donde el juego no es posible, el trabajo del terapeuta es llevar al paciente de un estado en el que es incapaz de jugar a otro en el que pueda hacerlo".

Esto es verdad para niños y adultos, donde esta dimensión lúdica está presente a través de la elección de las palabras, las inflexiones de la voz, el uso del humor. Tal reflexión, con el acento en el playing es un gran aporte para la teoría psicoanalítica.

Winnicott, por temperamento, era incapaz de aceptar un dogma. En Inglaterra existían dos corrientes, Melanie Klein y Anna Freud. Él no aceptaba la ortodoxia.
Para él, la investigación psicoanalítica implicó siempre, por parte del analista, un esfuerzo por ir más allá en el análisis personal que su propio terapeuta. 

Su independencia se afirma claramente en esta reflexión:
"Nunca he podido seguir a nadie, ni siquiera a Freud. Pero es fácil criticar a Freud, ya que él estuvo siempre dispuesto a criticarse a sí mismo".

Piedra lanzada de pasada a Melanie Klein y crítica de las querellas dogmáticas que desalentaban al "pensamiento libre".

Para él era fundamental el enviroment, esto es, el papel del entorno, del mundo que rodea al paciente. Pensaba y creo que de forma muy atinada, que no se puede desvincular el mundo externo (empírico), del mundo interno, lugar donde queda atravesado lo cultural, lo social y lo familiar. 

Existe una anécdota que como caricatura lo muestra. Cuando estaban reunidos en una discusión acalorada los partidarios de Klein y Anna Freud, él intervino e hizo saber: "están bombardeando". Eso era lo verdaderamente importante.

La relación con Melanie Klein tuvo dos etapas. Idealización y, posteriormente disidencia.
Decía Winnicott: "En lo sucesivo, escribe, fue de Melanie Klein de quien aprendí el psicoanálisis y, en comparación encontraba rígidos a los demás profesores".
Su relación con Melanie Klein, sin embargo, nunca fue la de un discípulo. Winnicott definió con humor su relación con el pensamiento ajeno:

"En realidad, yo saco de aquí y de allá, me inclino sobre la experiencia clínica, elaboro mis propias teorías y luego, al fin, procuro ver qué es lo que robé y de dónde lo hice".

Su crítica a Melanie Klein se apoya en la ausencia del interés por el factor externo en su estudio del niño. Winnicott expuso una paradójica: "eso que llaman lactante, ¡no existe! ".
Por tanto, para él, el bebé es una abstracción si se le considera fuera de los cuidados de la madre.

"Donde hay un lactante, se encuentran cuidados maternales y sin ellos no habría lactantes".
Afirmación que un pediatra debía recordar a los psicoanalistas.
Un ambiente deficiente nunca causa la enfermedad, como tampoco un ambiente correctivo basta para sanarla.

Winnicott subrayó siempre la estrecha psicogénesis "maternal" del entorno primario.
"Una descripción del desarrollo emocional del individuo nunca debería realizarse refiriéndonos a él únicamente, ya que en ciertas áreas (...) el entorno es la parte que percibe el desarrollo personal del individuo y, en consecuencia, debe ser tomados en consideración".

Winnicott. Pediatra y Psicoanalista
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta

viernes, 8 de julio de 2016

Winnicott y la psico(pato)logía



El modelo terapéutico privilegia el valor del sostén (holding) terapéutico sobre la interpretación,ypromueve –en las patologías graves, como las psicosis o las patologías borderline– la regresión a la dependencia, a la etapa precoz de la dependencia absoluta, para que el paciente pueda encarar las experiencias traumáticas originarias. En su clínica considera que el paciente es quien enseña constantemente al analista; se interesa por la salud para evaluar la enfermedad del paciente; y valora el proceso terapéutico como una experiencia de autoconocimiento. La idea del juego como espacio fundante de la cura lo aplica a todas las modalidades terapéuticas: al psicoanálisis ortodoxo, al psicoanálisis a demanda y a la consulta terapéutica, donde a través del juego del garabato (squiggle) favorece la capacidad de jugar del paciente y su capacidad para usar al terapeuta.
Winnicott plantea que «si el filósofo abandona el sillón de su gabinete y se sienta en el suelo con su paciente, encontrará que hay una posición intermedia». Ese espacio transicional, ese entre (ni tuyo ni mío), es fundante: de todo su pensamiento y una nueva forma de decir en la clínica y en lo social. Y desde él formula un dictum primordial: «Lo natural es el juego, y el fenómeno altamente refinado del siglo XX es el Psicoanálisis». Pero concluye que el psicoanálisis no es un modo de vida. Implica aceptar la tradición y asumir lo establecido, para cuestionarlo con una nueva forma de crear el mundo…Y añade: «Todos abrigamos la esperanza de que nuestros pacientes terminen con nosotros y nos olviden, y de que descubran que el vivir mismo es la terapia que tiene sentido». En su modelo teórico, la capacidad de jugar remite a la capacidad de vivir la propia vida, lo que implica inscribir en el marco de referencia de la salud nuestro propio gesto espontáneo. De ahí que, si el hecho fundamental de nuestra existencia no es otro que el de jugar la partida de la propia vida, cabe pensar que la vida equivale a un juego y que la capacidad de jugar responde a la forma de jugar de cada individuo. Una capacidad de jugar que remite a nuestro proyecto de vida.
La experiencia cultural es una extensión directa del juego. Surge en el espacio potencial entre la realidad externa o realidad compartida y la realidad interna. La experiencia cultural implica aceptar la tradición y asumir lo establecido, para cuestionarlo con una nueva forma de crear el mundo: «Para dibujar como Picasso uno tiene que ser Picasso», recuerda Winnicott… Varios son los autores que han usado a Winnicott en diversos campos del conocimiento, que se han impregnado de su pensamiento a la luz de su corpus teórico-clínico. A modo de señalador de direcciones, en el universo estadounidense destacan varios autores: la filosofa Martha Nussbaum, que trabaja en áreas compartidas de derecho, economía, ética, libertades sociales y derechos de la mujer; el crítico de arte Donald Kuspit, cuya idea del Buen Artista la asocia a la dupla de verdadero y falso self winnicottiano; o la obra del psicoanalista Christopher Bollas, con su concepción de las afecciones normóticas, «que carecen de contacto con el mundo subjetivo y con el abordaje de lo fáctico que se caracteriza por la creatividad». La misma que cabe pensar en relación a este texto, donde tan solo queda que usted, lector, lo use, que lo haga suyo. 

Les dejo un enlace en el que mi compañero, Lacruz Navas escribió junto a "unos amigos", entre los que estoy yo, el "Vocabulario Esencial de Winnicott". Una gran obra.

domingo, 7 de junio de 2015

Jugando

El juego lo es todo. La vida se disfruta jugando. El trabajo se goza jugando. Sin gravedad.
El trabajo puede ser la fuente de energía y creatividad. El trabajo puede ser reparador. Una terapia ocupacional.
Hay que cambiar estructuras y creencias, para conceder al trabajo su sacro componente

Rodrigo Córdoba Sanz
Tel: 653 379 269

viernes, 1 de agosto de 2014

Espacios Transicionales


La construcción subjetiva según Winnicott
Autora: Silvia Tarrío
            Winnicott, nos habla de fenómenos transicionales con los que intenta demostrar la existencia de un área que no es parte de la realidad a la que exige de nuestro esfuerzo de adaptación, pero tampoco es parte de nuestro mundo interior, una tercer área que asegura la transición entre el Yo y el No – Yoperdida/presencia, niño/madre.
            El movimiento que permite el paso del No Yo al  Yo, se da en el jugar, Cuando el bebé succiona sus dedos siente placer, pero pocos meses después encontrará placer en jugar sobre todo con algún objeto que la madre le ofrece preferencialmente; convirtiéndose en Objeto Transicional.La aceptación por parte del niño de este objeto, tiene que ver con su naturaleza (por ej porque es blando y cálido como un osito de peluche), pero también porque el niño ya ha logrado reconocer un objeto como un No Yo (el bebé lo reconoce como exterior a sí-mismo, este objeto es la primer posesión no yo), esto implica que el bebé comienza a ubicar la frontera dentro/fuera a organizar este límite; la relación con este objeto no es adaptativa sino afectiva y le permite al bebé crear, imaginar, idear producir ese objeto.
            Para Winnicott este objeto se sitúa en una Zona Intermedia de la experiencia (no es interna ni externa) entre el autoerotismo oral (pulgar) y la relación de Objeto (en tanto primera posesión). A diferencia de las experiencias que se dan en el mundo externo, las experiencias en esta zona intermedia no presentan mayores exigencias, por el contrario, es una zona de descanso, el niño en ella al jugar, puede transformar la realidad según sus deseos.
            Esta Zona intermediasurge de la capacidad que tenga la madre para ilusionar al bebé, estando allí donde él la busca. Para esto, es necesario, una Madre Suficientemente Buena capaz de decodificar las necesidades y deseos de su bebé y satisfacerlas; pero también, capaz de ir retirándose paulatinamente de ese lugar, permitiendo la actividad cada vez mayor de su bebé. Es decir capaz de destetarlo de forma no traumática.
            En este punto, se hace central el concepto winnicottiano de Objeto Transicional, pues sobre este objeto el bebé adquiere derechos  que los adultos aceptan, y aunque solo acepte los cambios que él mismo realiza sobre este objeto, su existencia implica el progreso de pasar de la subjetividad pura al inicio de cierta objetividad. A través de él pasa del Dominio omnipotente mágico (producto de la Madre Suficientemente Buena al generar la zona de ilusión) al Dominio de la Manipulación (erotismo muscular y placer de la coordinación).
            El Objeto Transicional, no es un Objeto Interno sino una Posesión, pero su especificidad, lo diferencia de los otros objetos del mundo exterior. El bebé, puede emplear este objeto, siempre que el Objeto Interno a quien simboliza esté vivo y sea lo suficientemente bueno, lo cual depende de la conducta del objeto exterior (madre).
            Los Fenómenos Transicionales que se dan en la Zona Intermedia a la que Winnicott denomina Espacio Transicional implican las primeras etapas del uso de la ilusión, pues se funciona a mitad de camino entre la creatividad primaria y la adaptación. La existencia delObjeto Transicional le permite al bebé calmar la angustia que le genera la ausencia de su madre, pero si esta ausencia supera el tiempo en que el bebé logra mantener la representación de su madre, los fenómenos transicionales se vuelven carentes de sentido al igual que el objeto.

            Cuando el niño ha construido su  Yo y pasa del Principio del Placer (forma de funcionamiento propia del Ello) al   Principio de Realidad (forma de funcionamiento del YO) y consolida la representación mental de la madre; puede jugar con otros en la intersección de ambas zonas o Espacios Transicionales de juego, momento en que  el Objeto Transicional suele ser abandonado.


BIBLIOGRAFIA:

Winnicott, Donald (1972)              “Realidad y juego”. Ed. Gedisa.

sábado, 26 de abril de 2014

Realidad y juego: exégesis



“Realidad y Juego” Capitulo nº 3, Winnicott.


La psicoterapia se da en la superposición de dos zonas de juego: la del paciente y la del terapeuta, esta relacionada con dos personas que juegan juntas. Cuando el juego no es posible, la labor del terapeuta es llevar al paciente de un estado en que no puede jugar a uno en que le es posible hacerlo.
Winnicott sostiene que el tema del juego ha sido vinculado en forma estrecha con la masturbación, que es cierto que cuando presenciamos un juego tenemos la tendencia a preguntarnos por la excitación física relacionada con el tipo de juego que vemos, pero afirma que el juego debe ser estudiado como un tema por si mismo, complementario del concepto del sublimación del instinto. Cuando un niño juega falta en esencia el elemento masturbatorio, es decir que cuando el compromiso instintivo se hace evidente, el juego se detiene.
El análisis infantil se centra en el juego del niño, Melanie Klein cuando se ocupa del juego en sus escritos se refiere casi siempre al uso de éste, el terapeuta busca la comunicación del niño y sabe que por lo general no posee un dominio tal del lenguaje que le permita transmitir las sutilezas que pueden hallar en el juego.
Según Winnicott todo lo que siga sobre el juego de los niños, rige también para los adultos, se manifiesta por ejemplo en la elección de palabras, en las inflexiones de la voz y en el sentido del humor.
Los fenómenos transicionales son universales y se trata de llamar la atención hacia el potencial que encierran en lo referente a la construcción de la teoría, Wulff ya había escrito sobre los objetos fetiches empleados por los niños.
El jugar tiene un lugar y un tiempo, no se encuentra adentro, pero tampoco afuera, es decir no forma parte del mundo repudiado, el no-yo, lo que el individuo ha decidido reconocer como verdaderamente exterior, fuera del alcance del dominio mágico, para dominar lo que esta afuera es preciso hacer cosas, no solo pensar o desear, y hacer cosas lleva tiempo, jugar es hacer.
Para asignar un lugar al juego Winnicott postula la existencia de un espacio potencial entre el bebé y la mama. Varía en gran medida según las experiencias vitales de aquel en relación con ésta o la figura materna, lo enfrenta al mundo interior y a la realidad exterior.
Lo universal es el juego y corresponde a la salud: facilita el crecimiento y por lo tanto esto conduce a relaciones de grupo, puede ser una forma de comunicación en psicoterapia, lo natural es el juego, y el fenómeno altamente refinado del siglo XX es el psicoanálisis.
Winnicott describe una secuencia de relaciones vinculadas con el proceso de desarrollo del juego:
• El niño y el objeto se encuentra fusionados, la visión que tiene primero tiene del objeto es subjetiva y la madre se orienta a hacer real lo que el niño está dispuesto a encontrar

• El objeto es repudiado, reaceptado y percibido en forma objetiva, esto depende de que exista una madre dispuesta a participar y devolver lo que se ofrece, es decir que se encuentra en un “ir y venir” que oscila entre ser lo que el niño tiene la capacidad de encontrar y ser ella misma, a la espera que la encuentren, si puede representar ese papel, el niño vivirá cierta experiencia de control mágico (omnipotencia). Así el niño puede gozar de experiencias basadas en un “matrimonio” de la omnipotencia de los procesos intrapsíquicos con su dominio de lo real, la confianza en la madre constituye un campo de juegos intermedio, en el que se origina la idea de lo mágico, pues el niño experimenta la omnipotencia, todo esto se relaciona con la formación de la identidad (Erikson) lo cual Winnicott denomina campo de juego, porque el juego empieza en él, es un espacio potencial que existe entre la madre y el hijo y los une. El juego es estimulante, no lo es principalmente porque los instintos estan involucrados en él.

• La etapa siguiente consiste en encontrarse solo en presencia de alguien, el niño juega sobre la base del supuesto de que la persona a quien ama y que por lo tanto es digna de confianza se encuentra cerca, y que sigue estándolo cuando se la recuerda, después de haberla olvidado.

• La próxima etapa consiste en permitir una superposición de dos zonas de juego y disfrutar de ella, primero es la madre quien juega con el bebé, tarde o temprano introduce su propio modo de jugar y descubre que los bebés varían según su capacidad para aceptar o rechazar la introducción de ideas que les pertenecen, así queda allanado el camino para jugar juntos en una relación.


El juego es por si mismo una terapia. Conseguir que los chicos jueguen es una psicoterapia de aplicación inmediata y universal, e incluye el establecimiento de una actitud social positiva respecto del juego, hay que considerar a los juegos como parte de un intento de precaverse contra los aspectos aterradores del jugar, cuando los niños juegan tiene que haber personas responsables cerca, pero ello no significa que deban intervenir en el juego. El juego es una experiencia siempre creadora, y es una experiencia en el continuo espacio – tiempo, una forma básica de vida La interpretación fuera de la madurez del material es adoctrinamiento, y produce acatamiento. El juego tiene que ser espontáneo, o de acatamiento o aquiescencia, si se desea avanzar en la psicoterapia.

Resumiendo:

• Para entender la idea del juego es útil pensar en la preocupación que caracteriza el jugar de un niño, el contenido no importa, lo que interesa es el estado de casi alejamiento, afín a la concentración de niños mayores y adultos.
• Esa zona de juego no es realidad psíquica interna, se encuentra fuera del individuo pero no es el mundo exterior.
• En ella el niño reúne objetos de la realidad exterior y los usa al servicio de una muestra derivada de la realidad interna.
• Al jugar manipula fenómenos exteriores al servicio de los sueños
• Hay un desarrollo que va de los fenómenos transicionales al juego
• El juego implica confianza y pertenece al espacio potencial entre el bebe y su mama
• El juego compromete al cuerpo
• La excitación corporal en las zonas erógenas amenaza a cada rato al juego
• El juego es satisfactorio
• El juego llega a su propio punto de saturación que corresponde a la capacidad para contener experiencias
• El juego es intrínsecamente excitante y precario

http://www.altillo.com/examenes/uba/psicologia/psicoing/psicoing2010analisisrealyjue3.asp

sábado, 7 de noviembre de 2009

Winnicott en relecturas: Realidad y Juego

Estoy releyendo "Realidad y Juego" de Winnicott. Está repleto de citas memorables.
Por ejemplo la de que "lo natural es el jugar y el Psicoanálisis es el juego más sofisticado del siglo XX". O aquella en la que dice que el tratamiento transcurre en una zona donde se solapan dos áreas de juego, la del paciente y la del terapeuta. Él habla como psicoterapeuta que tiene el bagaje de trabajar en el Paddington Green Children´s Hospital donde trataba la "hipocondría de las madres", suena provocador y así era Winnicott. Un señor inglés juguetón y muy inteligente que se salió de los márgenes del psicoanálisis y de la sombra de la gran Melanie Klein para cambiar "el jugar como verbo sustantivado", antes técnica de análisis y usarlo como método de psicoterapia e investigación. De ser una forma, véase "El Psicoanálisis de niños" de M. Klein, donde el juego es el medio para explorar la psique del niño, Winnicott lo emplea como una técnica (la llamaremos en homenaje a Ferenczi "activa"). Así da mayor contenido a la demanda de la madre que acude al hospital y en su consultorio puede inventar el "juego del garabato" y llegar a la siguiente conclusión: el psicoanálisis visto desde Winnicott es un espacio donde poder jugar y cuando el paciente no está preparado el análisis ha de centrarse en llevar al paciente al terreno del jugar. Klein hablaría de la posición esquizo-paranoide y de la posición depresiva, conceptos que incorpora Winnicott. Quizá el jugar tiene que ver con esa posición de reparación y creatividad que dirige hacia la salud al paciente, inexorablemente. Pero se trata de alcanzar esa "posición". Complejo trabajo del terapeuta que ha de brindar un medio ambiente suficientemente bueno.
Tampoco se queda en eso último Winnicott. También habla de aprovechar las fallas del analista en un contexto donde el analista era un ser infalible. Antes otros como Otto Rank y Ferenczi habían dudado de esto. Lacan habló del Sujeto Supuesto Saber pero él quiso reinventar el psicoanálisis y Winnicott lo hizo sin tanto ruido. Ahora, de manera diferida se descubre su obra, un autor poco estudiado en los programas curriculares. Solamente se estudia su contribución sobre los objetos transicionales y los fenómenos transicionales. Lo importante sobre ello es "el uso que hace del objeto" el niño, no el objeto, otra contribución de Winnicott.
Y como suele pasar con un buen libro, sus lecturas sucesivas aportan una mayor penetración en el texto y una mejor comprensión. Por ello invito a leer este texto ya que es una pieza que abre un hito en la historia de la psicoterapia. Digo psicoterapia por englobar a toda la psicoterapia porque como dice Echegoyen: "soy psicoterapeuta y en momentos de gran lucidez soy psicoanalista, ser psicoanalista todo el tiempo es muy difícil", cito de memoria.
Winnicott invitó a comprender el trabajo del análisis desde el disfrute, y esto acompaña la atmósfera de su obra y de su consultorio. También fue un terapeuta duro que a veces hacía interpretaciones demasiado largas. Recuerdo que durante un verano ingresó en un hospital psiquiátrico a una colega que luego escribiría un relato sobre su análisis con él, se trata de Margaret Little.
En definitiva, fue una persona y un profesional con muchos matices cuya riqueza psíquica se reflejó en su trabajo. Precioso el material que nos brinda aunque políticamente se situara en el Grupo Intermedio de la Sociedad Británica de Psicoanálisis, Grupo que en la práctica, según algunos no fue tan intermedio, Winnicott cita en el texto "Realidad y Juego" a Anna Freud y Melanie Klein, también a Wolff con el concepto de "objetos fetiche", aunque él no se caracterizara por el trabajo obsesivo enciclopédico de citar a otros, él inventaba y a veces coincidía, podría ser valorado como criptomnesia en según que pasajes pero la gran parte de su obra es tremendamente original, ofreciendo un nuevo psicoanálisis aunque en lo referente a los "pacientes neuróticos mantengo la técnica clásica de Sigmund Freud", dice Winnicott.
Estamos en la clínica del vacío, patologías fronterizas y una nueva modalidad asistencial, es prudente conocer a autores como Winnicott.

jueves, 14 de mayo de 2009

Realidad Jugando


Este artículo es un abierto homenaje a Winnicott y aquellos que con su obra integran su lectura de la clínica y de la "Naturaleza Humana", pienso ahora en Nemirovsky, Painceira y otros más antiguos como Masud Khan o Margaret Little. Su trabajo más interesante tal vez sea el de los objetos y fenómenos transicionales, este momento es recogido en "Playing and Reality", traducido como Realidad y Juego, Gedisa.
Me gustaría rescatar el lado más genial, brillante y creativo de esta contribución sin igual de DW Winnicott. El "solapar dos áreas de juego". Es inevitable que su condición de pediatra se filtrara en su función de psicoterapeuta. Por tanto decidió que si los niños que acudían al Paddington Green o a su consultorio participaban y creaban nuevas construcciones con el "squiggle" o juego del garabato, podría darse el caso que, tal y como dice Freud en "El poeta y los sueños diurnos", el neurótico es un niño que juega. Esto significa que "los poetas", para eso Freud difundió las patografías por las que tanto gusta Castilla del Pino. Véase los ensayos de Freud sobre Psicoanálisis del Arte: "Dostoyevsky y el parricidio" (1928) o "El delirio y los sueños de la Grádiva de Jensen" (1907). En el primero se habla del sentimiento de culpa, del complejo paterno que decía Jung y en el segundo de que en todo delirio hay un "grano" de verdad. Comprenden gran suma de conocimientos cuyo lugar ahora no es este.
Hablar de DW Winnicott es de la actitud del juego, quien le conocía a él y a Clare Britton sabía que estaban todo el día jugando.
El Playing en psicoterapia es un buen indicador de salud del consultante y de la psicoterapia, se trata de llevar del Game al Playing. Podría decirse que si Klein invitó a considerar la posición esquizo-paranoide y la depresiva (concern para Winnicott). Winnicott trata de diferenciar el game del playing como el resultado de una posicion evidenciada en la clínica en la que en la primera hay ciertas analogías con la posición esquizo-paranoide. Por el repliegue, el sistema defensivo y la participación algo forzada, donde lo persecutorio tiene más presencia y todo parece acartonado.
El playing es la condición a construir entre dos, como recuerda Leon Grinberg en uno de sus trabajos. Se trata de crear una atmósfera, ese lugar de holding, ese continente de Bion, un lugar donde metabolizar elementos desde el propio encuadre, un encuadre que no es mudo como defendían los anteriores, se trata de un encuadre que se ajusta a las necesidades básicas del individuo, como una mano que mece a un bebé, se trata de revivir en la transferencia lo no vivido y sentir lo "suficientemente bueno", esto solamente, el abordaje ambiental (recordemos el gusto de Winnicott por "El Origen de las Especies") es suficiente para que el insight llegue vivido, se conecta el intelecto con lo emocional, recibiendo del ambiente proporcionado por el encuadre y de las interpretaciones tenues del analista pequeños objetos para ir metabolizando y crecer mentalmente, que es en definitiva como dice Bleichmar en "Avances en Psicoterapia Psicoanálitica", el objetivo del análisis. Ese propio crecimiento modifica la estructura de personalidad.

Se trata de jugar, para ello ese clima de distensión dista mucho del encuadre analítico de los Institutos, donde la interpretación tiene primacía y el encuadre es mudo. Lo que el analizando necesita es un marco suficientemente bueno para crecer, el aporte interpretativo tiene un carácter secundario. Lo podemos entender desde la perspectiva de la Teoría de la Comunicación. El encuadre es analógico, proporciona un componente relacional, mientras que la interpretación es digital, luego de contenido.
Y para la maduración biológica y emocional necesitamos, hasta donde alcanzamos un medio suficientemente adecuado para crecer, condiciones atmosféricas, de apoyo, de alimento, de sueño, sexuales, también lúdicos.
Y la psicoterapia de DW Winnicott plantea un interpretar jugando, un interpretar a través del juego, porque generalmente la interpretación evidenciada suele tener un papel innecesario. Es el propio analizando el que puede acceder a dicho aporte.
Así que podemos jugar, sin circunstancias estentóreas pero si en un clima ajeno a lo pastoso de un contacto médico estandar y ortodoxo. Aquí, con el tiempo que genera una confianza básica (Balint) podemos jugar con las palabras, construir un lenguaje para la relación, generar elementos que transformen los contenidos a través de la propia relación. Así los propios contenidos van cambiando la relación de una manera autopoiética. Es creatividad para el propio crecimiento humano, si los niños pintan o dibujan; a través del lenguaje, con la palabra como medio podemos construir un metalenguaje generador de metáforas que accedan a cambios tipo 2. Que ofrezcan un cambio cambiando la pauta de relación con uno mismo ya que el juego (lo relacional) ofrece un acceso al interior del self más fácil que la cruenta interpretación poco recomendada para la clínica winnicottiana. Sobre esto último véase "Sostén e Interpretación".
En definitiva se trata de crear una atmósfera de relación jugando donde el objeto de interés sea el mundo interno del analizando, su fantasía y que se desarrolla una trasferencia donde se revivirá lo ya vivido y que está por "recordar".


Wassily Kandinsky (1866-1944), Murnau Street with Women, 1908. Oil on cardboard, 71 x 97 cm. Private collection, Courtesy Neue Galerie New York.