Cuando tu niño interior mágico despierte, la prosperidad y la abundancia fluirán por tu vida de manera natural, para ello primero tienes que sanar al niño interno que esta en un rincón de tu subconsciente olvidado, por ello en este post te proponemos este ejercicio:

EJERCICIO

Somos muchos los que llevamos dentro un niño perdido y solitario que se siente tremendamente rechazado.

Quizás el único contacto que hayamos mantenido durante largo tiempo con nuestro niño interior haya consistido en reñirlo y criticarlo. ¡Y después no entendemos por qué somos desdichados! No podemos rechazar una parte de nosotros mismos y seguir manteniendo nuestra armonía interior.

El proceso de sanar incluye el hecho de volver a unir todas las partes de nosotros mismos para poder alcanzar la plenitud. Hagamos algunos trabajos que nos permitan conectar con esas partes nuestras que hemos descuidado.
Busca una foto

Busca una foto de ti mismo cuando eras niño.

Sí no tienes ninguna, pídesela a tus padres. Estudia cuidadosamente esa imagen. ¿Qué ves? Puede ser alegría, dolor, sufrimiento, enojo o miedo.

¿Amas a ese niño? ¿Puedes relacionarte con él? Yo busqué una foto de cuando tenía cinco años y la hice ampliar a un tamaño de 12 por 15, para poder ver de verdad a mi niña.

Escribe algunas palabras sobre tu niño interior.

Dibújalo

Utiliza lápices al pastel, rotuladores o simples lápices de colores. Puedes usar el espacio en blanco del manual de trabajo o buscar una hoja de papel más grande.

Usa tu mano no dominante (la que no utilizas para escribir) y haz un dibujo de tí cuando eras niño.

¿Qué te dice esa imagen? ¿Qué colores has utilizado? ¿Qué está haciendo el niño? Describe la imagen.

Habla con tu niño interior
Ahora, tómate algún tiempo para hablar con tu niño interior. Descubre más cosas de él.

Hazle preguntas.

1. ¿Qué es lo que te gusta?
2. ¿Qué es lo que no te gusta?
3. ¿Qué es lo que te asusta?
4. ¿Cómo te sientes?
5. ¿Qué necesitas?
6. ¿Qué puedo hacer para que te sientas seguro?
7. ¿Cómo puedo hacerte feliz?

Mantén una conversación con tu niño interior. Ocúpate de esa criatura. Abrázala, quiérela y haz lo que puedas por satisfacer sus necesidades.

Asegúrate de hacerle saber que, sea lo que fuere lo que pase, tú estarás allí, siempre. Puedes empezar a crearte una niñez feliz. Es mejor hacer este ejercicio con los ojos cerrados.

Cuando tu niño interior sea feliz, recuperaras la prosperidad al 100% de nuevo y tu vida florecerá. Acuérdate de cuidarle siempre.

Fuente:
El niño interior ( LIBRO) Louise L. Hay
Ámate a tí mismo: Cambiarás tu vida