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Paz y Ciencia

viernes, 4 de marzo de 2022

NIETZSCHE: NOSOTROS MATAMOS A DIOS

 


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Y Psicoterapeuta. Zaragoza Gran Vía Y Online. Teléfono: 653 379 269 Instagram:@psicoletrazaragoza.    Web: www.rcordobasanz.es


Un autor importante del siglo XIX, es Friedrich Nietzsche (1844-1900), quien despliega una filosofía práctica de corte ascético en varias de sus obras, especialmente en La genealogía de la moral.

En esta obra y entre otras ideas, Nietzsche desarrolla la teoría de la transmutación de los valores, a través de la metáfora de “la moral de señor y la moral del esclavo” pues en ella realiza una crítica a la moral cristiana, la cual reduce a la vida de los esclavos y el resentimiento de estos con respecto a la clase aristocrática; porque esta es creadora exitosa de su moral, pero la moral del esclavo es servil y de sumisión. Por esta razón es que, desde la opinión de este autor, solo es vista la perspectiva externa de la moral del dominado y es por estos valores obedientes a la aristocracia se encuentra basada la moral cristiana. En relación con esta cuestión expresa que incluso los individuos con almas bellas son personas resentidas, que solo ven la realidad que desean ver, Nietzsche dice que la existencia está hecha de odio y maldad, viéndose de esa forma un cierto pesimismo en su apreciación de la vida.

Siguiendo esta línea de razonamiento, este filósofo  expresa: “Dios ha muerto” (Nietzsche, 1997, págs. 137-138), esto no significa que Dios como ser espiritual, que constituye el centro de la religión, ya no exista, sino que la moral imperante en el siglo XIX, se encuentra en decadencia.

Acerca de este defecto que posee el mundo, elabora la propuesta de un nuevo tipo de moral. Hace este proyecto ético retomando los valores de la tragedia, perteneciente a la cultura occidental; pues en esta hay una afirmación de la vida y de lo que brota de ella: el deseo, el impulso y la creación, es decir la propuesta nietzscheana es la de creación e invención de nuevos valores que se encuentran en sintonía con el eterno retorno, la vida y la voluntad de poder, solo pudiendo ser producidos por alguien que sea capaz de romper con la tradición, la sumisión, sea un sujeto revolucionario, amante de los placeres de la vida y dueño de sí mismo, o sea, desde nuestro punto de vista, este personaje es el superhombre.

La ética nietzscheana, como es posible ver a través de sus obras, representa el pensamiento ético de la época. Nietzsche está expresando que es hora de que la sociedad olvide los viejos valores religiosos, de ahí su célebre frase “Dios ha muerto”. Cuando el hombre sea capaz de olvidar los principios y valores cristianos, deje de ser sumiso, de resignarse a obedecer las órdenes de la Iglesia y de ver la realidad que le es mostrada, solo entonces será posible que se observe un cambio en su comportamiento.

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