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Paz y Ciencia

viernes, 16 de julio de 2021

El Amor como Sentido

 


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Psicoterapeuta Psicoanalista. Online Y Presencial. Zaragoza. Gran Vía. Teléfono: +34 653 379 269.              Website: www.rcordobasanz.es.                      Instagram: @psicoletrazaragoza

Uno de los temas más comentados por la humanidad es el amor. Todos tienen algo que decir al respecto, desde nuestros abuelos y padres hasta el primo preadolescente que acaba de sufrir su primer decepción amorosa. Cualquiera podría escribir enciclopedias inmensas para describir el sentimiento, pero también podríamos resumirlo fácilmente en una frase. Así de común es que pensemos, desarrollemos y vivamos el amor.

Los grandes pensadores de la humanidad no están exentos de abordar esa palabra de cuatro letras que causa la mayor felicidad, pero también la más grande tristeza. Estas personas han examinado importantes aspectos de la vida y han tomado su tiempo para decir una o dos cosas acerca del amor. Claro, muchas veces no nos imaginamos a quienes han deconstruido la naturaleza humana como seres tangibles que amaron y sufrieron- quizá solo a Nietzsche cuya vida caótica es bien conocida- pero la realidad es que ellos sí amaron, sintieron ese vacío y esa felicidad que parece eterna, y tradujeron ese sentir en importantes lecciones de las que todos podemos aprender algo.

 

Michel Foucault (1926 – 1984)

 

El filósofo francés creía que el amor era producto de la pasión, de la que dice:

“¿Qué es la pasión? Es un estado, algo que nos ocurre, que se apropia de nosotros, que nos agarra de los hombros, que no tiene pausa ni origen. La pasión se atribuye todas las condiciones para continuar, y a la vez se destruye ella misma. En la pasión, uno no está ciego. Son situaciones en las que uno simplemente no es uno mismo”.

Foucault afirma que lo que muchos conocemos como amor en realidad es pasión, y que en realidad el momento en que llegamos a cuestionar y a sufrir es el verdadero amor:

“Se puede amar perfectamente sin que el otro ame. Es una cuestión de soledad. Por ese motivo es que en el amor siempre sobran las demandas de uno hacia el otro. Este es su gran defecto, pedirle siempre algo al otro, mientras que el estado de pasión entre dos o tres personas permite una comunicación intensa”. 

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Roland Barthes (1915 – 1980)

 

Tres años antes de su muerte el pensador francés escribió uno de los libros más lúcidos e importantes acerca del amor. Un estado, un sentimiento inclasificable que no es un nombre; es un adjetivo que existe en función del objeto amado. Según el académico David Arranz, Barthes consideraba el amor casi como una vanguardia:

“Porque para él, en las sociedades actuales y ultradesarrolladas, el amor está pasado de moda, desvalorizado a través de bromas y groserías al sujeto enamorado, asimilado a un lunático. El amor apasionado no está bien visto, se le considera una enfermedad de la que hay que curarse porque ya no se le atribuye, como en otras épocas, un poder de enriquecimiento”.

Una visión romántica pero real, el amor verdadero existe pero es frágil y realmente nos cambia, lo cual queda en la conciencia de cada uno decidir si eso es bueno o malo. El amor existe y muchas veces es correspondido, aunque aceptemos domesticarnos ante ese adjetivo.

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Jean-Paul Sartre (1905 – 1980)

 

Amar es poseer; es una pasión conflictiva. El amado quiere ser correspondido por el amante y se convierte en un objeto. Por su parte, el amante no quiere que el amado cambie de sentimientos y no quiere que ame a nadie más, pero la libertad nos dice otra cosa por lo que esa persona, ese objeto que tenemos y deseamos, puede cambiar de opinión en cualquier momento y huir a otro lado con otra persona. Es masoquismo o sadismo. Masoquismo cuando el amante se convierte en lo que cree que el amado quiere que sea y niega su libertad. Sadismo es cuando el amante trata al amado como un objeto y lo mantiene con él. La libertad queda comprometida y se convierte en un doloroso viaje. 

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Carl Jung (1875 – 1961)



El psicoanalista que ahondó en el concepto de la conciencia colectiva habla del amor como algo universal que toda la vida ocasiona problemas por enfocarse en muchas cosas a lo largo de los años. En la infancia, es el amor a los padres y al crecer, el amor cambia de cara, pero no de sentimiento. Jung dijo:

“El amor de la mujer no es un sentimiento –algo que sólo se produce en el hombre– sino una voluntad de vida a veces tremendamente poco sentimental y que puede incluso imponer el autosacrificio”.

“Más que nunca el hombre ama su comodidad, pues vivimos en la era de la neurastenia, de la impotencia y del 'butacón'. No le quedan ya energías para escalar balcones y batirse en duelo. Si ha de haber algo en la línea del adulterio, tiene que ser fácil.
A este respecto, el matrimonio gozaría de mayor seguridad que nunca, pero en realidad comienza a ser discutido. Es un mal síntoma que los médicos empiecen a escribir libros con consejos para conseguir un matrimonio “perfecto”.
 

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Sigmund Freud (1886 – 1939)

 

Por su parte el psicoanalista más famoso cree que el amor surge por amor a nuestra madre y que incluso esto nos hace desear matar a nuestro padre, todo esto oculto -o revelado- en el inconsciente. El complejo de Edipo nos acompaña toda la vida. Con las mujeres ocurre lo mismo y se le conoce como el complejo de Electra. Quienes crecen y maduran son quienes superan esos complejos, los que no son quienes siempre tienen relaciones fallidas, que no encuentran lo que está mal en ellos y no saben por qué no pueden amar realmente.

Erich Fromm (1900 – 1980)

 
El arte de amar es uno de los grandes libros sobre el amor. Su explicación, que toma el concepto abstracto y subjetivo del amor para hacer una tesis objetiva, demuestra que el amor es prácticamente la respuesta al problema de nuestra existencia. Este concepto eleva el espíritu y permite que conservemos nuestra individualidad. El libro aborda distintas formas de amar y aunque muchas veces podemos confundir sentimientos falsos con amor, podemos alcanzar un amor maduro que realmente se nos revelará como esa máxima del espíritu humano que es. 

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Sor Juana Inés de la Cruz (1651 – 1695)

 

Importantes personajes han expresado lo que es el amor, pero una de las mujeres que con mayor pasión lo hizo fue Sor Juana. Una mujer a la que siempre se le ha cuestionado sobre quién era esa persona que amó. Sor Juana reclamó al hombre la injusticia sobre la mujer y abandonó la oportunidad de amar a una persona por amar la sabiduría de los libros y se instauró en un convento. Quizá la única forma de entenderlo es en palabras de su poema "Amor empieza por desasosiego"

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