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Paz y Ciencia

martes, 5 de mayo de 2009

Pierre Janet: Psicología de los Sentimientos

EL SENTIMIENTO DE VACÍO
La enseñanza que nos viene de lo referido es que según se presenta la percepción social, así orientamos nuestra conducta. Ésta nunca es la misma, sino que varía según
nuestras apreciaciones particulares. El valor que se da a las cosas provoca actividades especiales en consonancia con el aquilatamiento que se ha hecho. Las pérdidas que va teniendo la persona pueden ir aumentando. Así, si se ha perdido
Ernestina hay que encontrar a Ernestina y hay que buscarla, en el supuesto de que exista. Puede suceder que no solamente sea ella la que se perdió, sino que también se han perdido los amigos, la confianza de la gente, los sentimientos religiosos y hasta Dios mismo. Entonces el hombre está vacío y por el hecho de la supresión de su conducta social se puede considerar como un hombre muerto.
Un abogado portador del sentimiento de vacío, decía: "Yo no puedo trabajar. ¿Existo o no existo? ¿Soy vivo o muerto? Sólo he encontrado hombres y perros muertos. Todo lo que está vivo, está muerto". Como se notará aquí, hay el sentimiento completo de irrealidad aplicado hasta a sí mismo, constituyéndose la ilusión de morir y todo un conjunto de fenómenos hipocondriacos. La negación es absoluta cuando el mismo enfermo hace esta pregunta: "¿Para qué queréis que me ocupe de la familia si he llegado a ser invisible?" El paciente no cree en su familia porque la función de lo real se ha perdido.
Nosotros percibimos los objetos porque los vemos, los tocamos, etc., y de aquí la creencia de que no es sino el resultado de varias operaciones psicológicas.
El sentimiento de vacío está en oposición con el último periodo que hemos analizado en Magdalena y que hemos llamado estado de consuelo. Durante él, Magdalena en éxtasis
tiene un sentimiento intelectivo en que, como su nombre lo indica, comprende todo: comprende las matemáticas, la astronomía, etc. El momento es opuesto a aquel de sequedad en que expresa: "Soy una tonta y no entiendo nada". A este particular no hay que dejar pasar por alto que los verdaderos locos son los que dicen "que no lo son". Los que no lo son completamente se quejan de ello.
3
a) Su subjetividad
En el sentimiento de vacío la parte subjetiva que acompaña a las sensaciones es más importante que las sensaciones mismas, al grado de, en tremenda antinomia, negar éstas, y así: un sujeto se quejaba a los 30 años de ser ciego (¡gran desgracia!) pero si se le ponían dos dedos de la mano delante de sus ojos, los veía, y si se medía su agudeza visual, ésta era normal. Lo mismo acontecía con su supuesta sordera:
todo lo que oía era falso para él; manifestaba que el silencio lo rodeaba por todas partes, pero contestaba a lo que se le preguntaba. Del mismo modo decía: "Soy insensible", aun cuando a la exploración pudiera demostrarse el dolor, pero es
que éste es uno y la supresión mental del sufrimiento es otra cosa.
El sentimiento de vacío altera fundamentalmente la memoria y para corroborar este acerto vamos a pasar revista a cuatro ejemplos demasiado significativos.
b) Ejemplos
Primer ejemplo. Una mujer, de fondo nervioso exagerado efectúa un casamiento, aun cuando tardío. Ella confiesa que tal matrimonio la ha transformado y modificado su carácter. A los tres, años se le desarrolla a su esposo un tumor cerebral, por el cual es trepanando y después muere. La viuda se queja, pero lo hace por la salud que ella conserva: "Yo sería feliz —dice— si pudiera estar mala o enfermarme. Muerto mi
marido yo soy la criminal por no haberlo sentido ni a la fecha sentirlo. En efecto, mi recuerdo es sin emociones y sin tristeza". En los sujetos de memoria normal siempre hay un fondo de afectividad, que en el caso relatado se ha perdido:
hay el vacío completo.
Segundo ejemplo. Se trata de una mujer casada y agotada por una astenia psicológica intensa. Ella niega todo. Dice: "Yo no soy la esposa de mi marido. Yo no tengo niños". (Para ella sus hijos son como si no existieran.) "Yo no poseo nada, es
decir, no soy propietaria. Nada me pertenece. Por lo mismo, nada me importa." En este segundo ejemplo, fundamentalmente lo que se destaca es la pérdida del interés;
ella aparece como viviendo en medio de un desierto.

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