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Paz y Ciencia

domingo, 10 de febrero de 2008

Conceptos de Winnicott sobre delincuencia infantil

D.W. WINNICOTT.
ALGUNOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA DELINCUENCIA JUVENIL
(1946)
Conferencia pronunciada ante magistrados, por invitación.

En este texto, Winnicott, como nos tiene acostumbrados, expone de manera sencilla una manera revolucionaria pero nada amarga, de una manera profunda pero cercana, de una manera técnica pero sencilla, de aspectos que nos conciernen a todos pero con cariño.
Ha tenido gran impacto para mi después de mi breve paso por el antiguo centro de Reforma San Jorge, ahora Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial.
Apuntaré algunas de sus palabras a modo de aforismos para ir nutriendo el Vocabulario y acercando un texto hermano de Deprivación y Delincuencia y de Conozca a su niño.

DWW en escena, capítulo VIII del libro El Niño y su Mundo Externo [págs. 185-191], editado por Hormé S.A.E., 1993. Buenos Aires. Título Original: The Child and Outside World, editado por Tavistock Publications Ltd.

- Freud contribuyó con algo que resulta verdaderamente útil aquí. Demostró que si utilizamos el sentimiento en lugar de la reflexión, no podemos excluir el inconsciente sin cometer serios errores; de hecho, sin hacer el papel de tontos. El inconsciente puede ser un estorbo para quienes gustan de las cosas claras y simples, pero decididamente resulta imposible que quienes planean y meditan no lo tengan en cuenta.
- Todo magistrado tiene plena conciencia de que los ladrones tienen motivos inconscientes. En primer lugar, sin embargo, quiero manifestar y acentuar una aplicación muy distinta de este mismo principio. Quiero sugerir que se considere el inconsciente en su relación con la tarea judicial, que consiste en aplicar la ley.
- El delito provoca sentimientos públicos de venganza. La venganza pública podría significar algo muy peligroso si no fuera por la ley y por quienes la aplican. Particularmente cuando actúan en los tribunales, los jueces dan expresión a los sentimientos públicos de venganza, y sólo en esa forma es posible que se establezcan las bases para un tratamiento humanitario del delincuente.
- Ustedes saben que al examinar a los diversos alumnos de una escuela correccional, el diagnóstico puede oscilar desde niños normales (o sanos) hasta esquizofrénicos. Sin embargo, algo liga a todos los delincuentes. ¿Qué es?
- (…) El hecho es que las primeras etapas del desarrollo emocional están llenas de conflicto y desintegración potenciales. La relación con la realidad externa todavía no está firmemente arraigada; la personalidad aún no está del todo integrada; el amor primitivo tiene una finalidad destructiva, y el niño pequeño no ha aprendido todavía a tolerar y manejar los instintos. Puede llegar a manejar estas cosas, y muchas más, si lo que le rodea es estable y personal. Al comienzo, necesita indispensablemente vivir en un círculo de amor y fortaleza (con la consiguiente tolerancia) para que no experimente demasiado temor frente a sus propios sentimientos y sus fantasías y pueda progresar en su desarrollo emocional. (Las cursivas son de R. Hold).
- Ahora bien, ¿qué ocurre si el hogar no proporciona todo esto a un niño antes de que haya establecido la idea de un marco como parte de su propia naturaleza? La opinión corriente es que, al encontrarse “libre” procede a disfrutar de esa situación. Esto está muy lejos de la verdad. Al ver destruido el marco de su vida, ya no se siente libre. Se torna ansioso, y si tiene esperanzas, comienza a buscar un marco fuera del hogar. El niño cuyo hogar no logra darle un sentimiento de seguridad, busca las cuatro paredes fuera de su hogar; todavía abriga esperanzas, y apela a los abuelos, tíos y tías, amigos de la familia, la escuela. Busca una estabilidad externa sin la cual puede perder la razón. Si alguien se la proporciona en el momento adecuado, esa estabilidad puede crecer en el niño como los huesos de su cuerpo, de modo que gradualmente, en el curso de los primeros meses y años de su vida, pueda pasar de la dependencia y de la necesidad de ser manejado a la independencia. A menudo, el niño obtiene de sus parientes y de la escuela lo que no ha conseguido en su propio hogar.
- (El niño antisocial simplemente busca un poco más lejos, apela a la sociedad en lugar de recurrir a su propia familia o a la escuela, para que le proporcione la estabilidad que necesita a fin de superar las primeras y muy esenciales etapas de su crecimiento emocional).

{Winnicott con voz melosa}

- Cuando un niño roba fuera de su hogar, también busca a su madre, pero ahora con un mayor sentimiento de frustración, y con una necesidad cada vez mayor de encontrar, al mismo tiempo, la autoridad paterna que ponga un límite al efecto concreto de su conducta impulsiva, y a la actuación de las ideas que surgen en su mente cuando está excitado. En la delincuencia manifiesta nos resulta difícil, como observadores, porque lo que encontramos es la necesidad aguda que tiene el niño de un padre estricto, que proteja a la madre cuando aquél la encuentre. El padre estricto que el niño evoca también puede ser afectuoso, pero en primer lugar debe mostrarse estricto y fuerte. Sólo cuando la figura paterna estricta y fuerte se pone en evidencia, el niño puede recuperar sus impulsos primitivos de amor, su sentimiento de culpa y su deseo de reparar.

{En estos casos particulares vendríamos a ser imagos paternas en el sentido junguiano, somos lo que ellos nunca han podido vivir, y mostrarnos fuertes, firmes y proporcionar ese marco carente es suficientemente bueno para que creen sus propias interpretaciones e integraciones, se trata de resolver la falta básica (M. Balint)}

- (…) el sentimiento de seguridad no se estableció suficientemente en los primeros años de la vida del niño como para que éste lo incorpore a sus creencias. Un niño antisocial puede mejorar aparentemente bajo un manejo firme, pero si se le otorga libertad no tarda en sentir la amenaza de la locura. De modo que vuelve a atacar a la sociedad (sin saber qué está haciendo) a fin de reestablecer el control exterior.
- El niño normal (…) desarrolla lo que a veces se denomina “un ambiente interno” con una tendencia a encontrar buenos ambientes. El niño antisocial, enfermo, que no ha tenido la oportunidad de desarrollar un buen “ambiente interno” necesita absolutamente un control exterior para sentirse feliz, para poder jugar o trabajar.

{Winnicott, ahora, expone la historia de la guerra, donde se crearon albergues y centros para intervenir con niños enfermos, dice así, como resumen: Todos conocemos el excelente trabajo realizado en algunas escuelas correccionales, pero el hecho de que la mayoría de sus alumnos hayan sido condenados en un tribunal contribuye a crear dificultades. Por tanto propone que sean los cauces Sanitarios y no tanto lo Judicial lo que enmarque la conducta antisocial, cada cosa en su contexto}

- Volvamos ahora al tema de los niños carentes de vida hogareña. Aparte del descuido (en cuyo caso llegan a los tribunales de menores como delincuentes), es posible manejarlos en dos formas. Se les puede hacer psicoterapia personal, o bien proporcionarles un ambiente firme y estable con cuidado y amor personales, y aumentar gradualmente las dosis de libertad. En realidad, sin esto último, no es probable que la psicoterapia personal tenga éxito. Y con la provisión de un sustituto hogareño adecuado, la psicoterapia puede tornarse innecesaria, lo cual es afortunado porque prácticamente nunca se puede contar con ella. Pasarán años antes de que se disponga, incluso, de unos pocos psicoanalistas adecuadamente adiestrados para ofrecer los tratamientos personales que tan urgentemente se necesitan en muchos casos.
- (…) Cuanto más pensamos en estas cosas, más comprendemos por qué los bebés y los niños pequeños necesitan absolutamente el marco de su propia familia y, de ser posible, una estabilidad del ambiente físico también; y de tales consideraciones deducimos que a los niños carentes de vida hogareña hay que proporcionarles algo personal y estable cuando todavía son bastante pequeños como para utilizarlo en cierta medida, o bien nos obligarán más tarde a proporcionar estabilidad en la forma de un reformatorio o, como último recurso, de las cuatro paredes de una celda carcelaria.

{Winnicott sale de escena y entran un grupo de niños rumanos, marroquíes, gitanos y algún español de nacimiento. Detrás suyo una ordalía}

{Termina con un gran banquete entre Winnicott, unos educadores sociales y los propios niños y adolescentes comiendo juntos roscón}



Rodrigo Hold, 29 de Enero. 2008. Día de San Valero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

maravilloso me fue de mucah ayuda gracias!