PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Emil Ciorán

 
 
"Todo es vano, salvo el pensamiento de la vanidad". Emil Ciorán
 
El pensador rumano no fue un inmoralista, como ha menudo se le ha presentado, sino un moralista que padeció insomnio, dolencias físicas y psíquicas, además de una soledad personal en medio de un mundo que consideraba inmundo. Asumió su tristeza radical como un destino, destilando pesimismo reconvertido en melancolía y una amargura reconvertida en nostalgia. Cioran padece una nostalgia del Paraíso perdido, el paraíso religioso de su niñez, un espacio exento del tiempo mortal del que pasa, en su juventud, al tiempo sin espacio que lo acaba atenazando y asfixiando: es la caída en la materia demónica del mundo, en la que el escritor se siente atrapado o abandonado por de la deriva de su vida a la deriva (emigrante en París).
 
Todo su afán cultural y filosófico consistiría en romper las redes mundanales que encadenan su libertad, tratando de recuperar el paraíso perdido, horadando el mundo de las cosas hasta liberar un hueco que denomina "alma".
 
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta
Filosofía Hoy

No hay comentarios: