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Paz y Ciencia

lunes, 30 de septiembre de 2013

Distintas acepciones del término disociación



Etzel Cardeña (1994) propone la siguiente síntesis de las diversas aplicaciones del término disociación en la literatura:

1) Disociación como módulos o sistemas mentales no conscientes o no integrados. No hay una mente unitaria, sino que en algún nivel falta la necesaria integración para que esto suceda. Dentro de esta concepción de disociación pueden encontrarse tres disociaciones:

a) Disociación como la ausencia de percepción consciente de estímulos entrantes o conductas salientes. Estamos escuchando, viendo o sintiendo algo, pero en ese momento no nos damos cuenta. O realizamos una conducta bien aprendida sin mantener un control continuo y consciente de la misma. Una disociación operativa sería conducir en coche, una patológica, la fuga disociativa.
b) Disociación como la coexistencia de sistemas mentales separados que deben ser integrados en la conciencia de la persona, su memoria o identidad. Esto es lo que algunos autores definen como estados mentales o estados del ego. El caso extremo sería el TID, en el cual estos estados mentales llegan a controlar la conducta del individuo, existiendo barreras amnésicas entre un estado y otro más o menos rígidas. Es este concepto el más difícil de asimilar por los profesionales y será en el que más se insistirá. Si no partimos de este mapa conceptual, será imposible entender correctamente los trastornos disociativos más graves y la planificación del tratamiento.
c) Disociación entre la conducta saliente o percepción inconsciente con la introspección verbal que el paciente refiere. El individuo tiene acceso a la conducta o percepción, pero existe una contradicción o inconsciencia.

2) Disociación como una alteración en la conciencia normal, que se experimenta como una desconexión del yo o del entorno. En la desrealización y despersonalización, esta desconexión es cualitativamente distinta de la experiencia ordinaria. Es decir, no se trata de una simple disminución del nivel de conciencia, sino de un cambio en la forma de percibirse a sí mismo o a la realidad circundante.

3) Disociación como un mecanismo de defensa. Sería un rechazo intencional aunque no necesariamente consciente, de información. Esta acepción forma parte del psicoanálisis

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