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Paz y Ciencia

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Metamorfosis




Nació en en 1926 en Zurich (Suiza) y en 1957 se graduó en Medicina en la universidad de Zurich. Siendo estudiante de medicina visitó algunos de los campos de exterminio nazi tras la guerra. Elisabeth se sorprendió de que en las paredes de los barracones donde los judíos esperaban su muerte inminente, los más pequeños, tan jóvenes que ni tan siquiera poseían creencias religiosas, habían dejado plasmados sus sentimientos con respecto a los que les aguardaba.
Y lo que más impactó a la joven psiquiatra es que, de una manera natural e instintiva, aquellos niños consideraban la muerte no como un final, sino como un proceso de cambio, una mutación de estado. Como carecían de conceptos para expresar tales sentimientos, aquellos niños lo plasmaron en dibujos de orugas que se transformaban en mariposas. Esos dibujos infantiles tocaron profundamente a Kübler-Ross, quien a partir de entonces se dedicó en cuerpo y alma a crear una nueva cultura sobre la muerte.

Se crece si no se esconde la cabeza en la arena sino que se acepta el sufrimiento intentando comprenderlo, no como una maldición o un castigo, sino como un regalo hecho con un fin determinado.

La muerte no es más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda.

La muerte es el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo, oyendo, comprendiendo, riendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar creciendo.

En el momento de la transformación, nuestros guías espirituales, nuestros ángeles dela guarda y los seres queridos que se fueron antes que nosotros, estarán cerca y nos ayudarán.

Somos culpables de haber destruido muchos dones de la naturaleza y de haber perdido toda espiritualidad. El único modo de aportar un cambio para el advenimiento del tiempo nuevo, consiste en que la tierra comience a temblar a fin de conmovernos y tomar conciencia.

Solo abriéndose a la espiritualidad y perdiendo el miedo llegaréis a la comprensión y a revelaciones superiores.

En el momento del nacimiento cada uno de nosotros ha recibido la chispa divina que procede de la fuente divina.

El cuerpo físico no es más que una casa, un templo, el capullo de seda en que vivimos durante un cierto tiempo hasta la transición que llamamos muerte. Cuando llega la muerte, abandonamos el capullo de seda y somos libres como una mariposa.

Es importante saber que cada ser humano, desde el primer soplo hasta la transición que pone fin a su existencia terrestre, está rodeado de guían espirituales y de ángeles de la guarda que le esperan y le ayudan en el momento del paso más allá.

La energía espiritual no puede ser usada ni manipulada por el hombre. Existe en una esfera en la que la negatividad es imposible.

En mi opinión, el sentido del sufrimiento es: todo sufrimiento genera crecimiento.

Si alguien dudara de la grandeza de nuestro Creador, no tiene más que reflexionar en el genio que hace falta ser para crear millones de estructuras energéticas sin una sola repetición.

En la medida en que nos acercamos a nuestra entidad interior, a nuestro yo espiritual, nos damos cuenta de cómo somos guiados por esta, que es la nuestra y que representa nuestro yo omnisciente, esta parte inmortal que llamamos mariposa.

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