He visto en las noticias de una cadena privada española que "los psicólogos hablan del síndrome postvacacional".
Ya traté someramente el tema hace poco.
No obstante me gustaría hacer unas puntualizaciones.
Lo que sucede, por mi experiencia es que la persona regresa a la rutina, a la monotonía, al hastío y el tedio de una vida sin rumbo, sin sentido y sin motivación.
Hoy me comentaba un paciente que había estado en Senegal trabajando que sería gracioso el contemplar el contraste de "que occidente pudre el mundo" por la proloferación de los celulares en estos países. También hablábamos que sería curioso, él es una persona muy inteligente y de agudo ingenio, el estar leyendo a Jorge Bucay en medio de esos niños juguetones y esa despreocupación aparente.
La occidentalización es la cultura capitalista de la urgencia, la falta en los contactos interpersonales, los descuidos en relaciones humanas y la tecnocracia que gobierna el mundo rumbo a la empresa y los bancos.
Aunque estos son fenómenos sociales que envuelven la arquitectura sentimental del sujeto, influye en el "modus vivendi" inevitablemente. Ha calado profundamente ese estilo de vida de forma que cada vez es menos frecuente el cuajar una relación de pareja en una cafetería, o en la universidad, o en el trabajo, ahora prima la red de de redes donde las identidades se mistifican.
Hay que reflexionar para alcanzar las huellas mnémicas que han grabado nuestra identidad y verbalizar la sangre de nuestra experiencia para poder sanar y poder llevar una vida creativa. Los abuelos están solos, los jóvenes alcoholizados y los padres sin norte. Hemos caído en la sociedad narcisista, caprichosa y sin límites. Muchos pacientes quieren un cambio y una búsquedam un cambio en su estilo de vida y una búsqueda existencial para lograr dar rumbo y sentido a quienes son y que quieren hacer.
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