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Paz y Ciencia

viernes, 24 de septiembre de 2010

El Apego


El comportamiento de apego es concebido como toda forma de conducta que consiste en que un individuo consigue o mantiene la proximidad a otra persona diferenciada y preferentemente individual y que es considerada, en general, como más fuerte y/o más sabia. Especialmente evidente durante la temprana infancia, el comportamiento de apego se considera que es propio de los seres humanos desde la cuna, hasta la sepultura. Incluye el llanto y la llamada (que dan lugar a asistencia o cuidados), seguimiento y adhesión y también protesta si el niño se queda solo o con personas extrañas. Con la edad disminuye continuamente la intensidad con la que se manifiesta este comportamiento. No obstante, todas estas formas de conducta permiten como parte importante de la dotación de comportamientos del hombre. En adultos resultan especialmente evidentes cuando una persona está angustiada, enferma o asustada. Los patrones particulares de comportamiento de apego mostrados por un individuo dependen, en parte, de su edad, sexo y circunstancias presentes y, en parte también, de sus experiencias en etapas anteriores de su vida, con figuras a las que tenía apego.
En su concepción acerca del mantenimiento de proximidad, la teoría de apego, en contraste con la dependencia, destaca los rasgos siguientes:

a) Especificidad: El comportamiento de apego está dirigido hacia uno o algunos y determinados individuos, por lo general con un claro orden de preferencia.
b) Duración: Un apego persiste habitualmente en una gran parte del ciclo vital. Si bien durante la adolescencia los primitivos apegos pueden atenuarse y ser suplementados por otros nuevos, siendo en algunos casos sustituidos por ellos; dichos apegos primitivos no son abandonados fácilmente y, por lo general, persisten.
c) Intervención de emociones: Muchas de las más intensas emociones surgen durante la formación, el mantenimiento, la ruptura y la renovación de las relaciones de apego. La formación de un vínculo se describe como enamorarse, mantener un vínculo como amar a alguien y, perder una pareja como penar con alguien. De modo similar, la amenaza de pérdida despierta ansiedad y la pérdida efectiva ocasiona pena, tristeza; mientras que cada una de estas situaciones es posible que despirte ira, rabia. El mantenimiento imperturbable de un vínculo, como fuente de júbilo. Ya que tales emociones son habitualmente reflejo del estado de los vínculos afectivos de una persona, la psicología y la psicopatología de la emoción equivalen en gran medida a la psicología y la psicopatología de los vínculos afectivos.
d) Ontogenia: En gran parte de los lactantes humanos, el comportamiento de apego a una figura preferida se desarrolla durante los primeros nueve meses de vida. Cuanta más experiencia de interacción social tenga un lactante con una determinada persona, tanto más probable es que se apegue a ella. Por esta razón es, principalmente a través de los cuidados que imparte la madre, como un niño adquiere su principal figura de apego. Este comportamiento de apego permanece rápidamente activable hasta cerca del final del tercer año de vida; si el desarrollo es sano, se va haciendo poco a poco menos fácilmente activable.
e) Aprendizaje: Mientras que aprender a distinguir lo familiar, de lo extraño, constituya un proceso clave en el desarrollo de apego, los premios y castigos convencionales utilizados por los psicólogos experimentales desempeñan tan sólo un reducido papel. Desde luego, se puede desarrollar apego a pesar de repetidos castigos impartidos por la figura elegida.
f) Organización: El comportamiento de apego inicial se establece de un modo bastante sencillo a base de respuestas organizadas. A partir del final del primer año se va conformando a base de sistemas comportamentales cada vez más complejos, cibernéticamente organizados y que incorporan modelos representativos del medio ambiente y de sí mismo. Estos sistemas se activan por determinadas condiciones y se extinguen por otras. Entre las condiciones activantes se encuentran la extrañeza frente al medio, el hambre, la fatiga y cualquier acontecimiento que asuste. Las condiciones que ponen fin a comportamiento incluyen percepciones visuales o acústicas de la figura materna y, en especial, una interacción feliz con la misma. Cuando se ha activado intensamente el comportamiento de apego, la terminación puede requerir tocar o aferrarse a la figura materna y/o ser mecido por ella. En cambio, cuando la figura materna está presente o si cuando se ausenta, se sabe bien a dónde va, el niño cesa de mostrar el comportamiento de apego y en lugar de ello explora el medio ambiente.
g) Función biológica: El comportamiento de apego tiene lugar en las crías de casi todas las especies de mamíferos y en cierto número de ellos continúa durante la vida adulta. Aunque existen muchas diferencias de detalle entre las especies, la regla general es el mantenimiento de la proximidad, por parte de un animal inmaduro, a un adulto preferido, casi siempre la madre, lo cual indica que tal comportamiento posee un valor para la supervivencia. En otro lugar (Bowlby, 1969) he afirmadoque la función que con mayor probabilidad desempeña el comportamiento de apego es la de protección, sobre todo contra depredadores.

Así pues, el comportamiento de apego es concebido como una clase distinta del nutricio y del sexual y que posee, por lo menos, una importancia igual a las de éstos en la vida humana. En él no hay nada intrínsecamente pueril o patológico.

Págs.157-159 Capítulo: Formación y Pérdida de Vínculos afectivos. 1976.
Lo pueden encontrar en "Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida". Morata.

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