Freud, estudiando su teoría de la agresión en su obra Introducción al Psicoanálisis, publicada en 1940, poco después de su muerte, dijo:
"Así, se puede sospechar en general que el individuo muere debido a sus conflictos internos, pero que la especie muere a causa de su lucha fracasada contra el mundo exterior, si éste cambia de tal manera que no hay forma de tratar con él adecuadamente por medio de las adaptaciones que la especie ha adquirido."
Freud en su obra La civilización y sus descontentos, refiriéndose a su teoría de las dos fuerzas que dominan la conducta humana, el instinto del amor y el instinto de la muerte, escribió:
"La cuestión crucial para la especie humana estriba, en mi opinión, en si su desarrollo cultural logrará, y en qué proporción lo hará, dominar la perturbación de su vida colectiva por el instinto humano de agresión y autodestrucción. Puede ser que a este respecto precisamente el tiempo presente merezca un interés especial. Los hombres han logrado controlar las fuerzas de la Naturaleza en tan grande proporción, que con su ayuda no tendrían la menor dificultad en exterminarse entre sí, hasta que no quedase ni un solo hombre. Ellos lo saben y de ahí procede gran parte de su actual inquietud, su infelicidad y su estado de ansiedad. Y ahora es de esperar que el otro de los dos "poderes celestiales", el eterno Eros, hará un esfuerzo para triunfar en la lucha con su igualmente inmortal adversario. Pero ¿quién puede prever con que éxito y con qué resultado?
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