PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

viernes, 17 de septiembre de 2010

Winnicott y Bowlby

Leer a Bowlby es leer otra forma de psicoanálisis, es leer una forma de ciencia que se apoya en la bioogía, como Freud recomendó hacer. Es aproximarse a los experimentos de la psicología experimental y a la etología de Konrad Lorez y Tinbergen, entre otros.
Su foco de trabajo es el vínculo y la separación, el apego. Él estudia como el apego con la madre y describe varios tipos de apego, básicamente el seguro y el ansioso, son decisivos en la calidad del crecimiento del sujeto.
Por tanto fundamenta su tesis en experimentos, cuestión un poco extraña en aquellos años 50, 60 donde predominaba el psicoanálisis de Klein, Anna Freud y asomaba Lacan.
Su obra está cerca de Winnicott, ambos prestan atención al medio ambiente, a la función maternante y al papel que puede ejercer el sustituto de ésta.
Refleja algún estudio en el que las separaciones prolongadas producían en años de seguimiento problemas caracteriales y psicosis. Winnicott elaboró gran parte de su obra en dar sentido a esta experiencia estadística y clinica a través de su triple trabajo como médico, pediatra y psicoanalista, una formación global que le permitió trabajar con la parte adulta del niño y con la parte niña del adulto.
Bowlby explica a través de ciertos experimentos de gran interés como reacciona el bebé que se ve separado de su madre durante un cierto tiempo, recordemos las palabras de Winnicott, cuando él dice que llegado un momento el bebé no puede recrear la imagen de seguridad de su madre y se produce un trauma, sobre ese trauma trabaja en su obra Bowlby. Esto tiene sentido dado que son dos autores del Grupo Intermedio, alimentados de la obra de Freud, Klein y Anna Freud pero con un pensamiento original, innovador y basado en su experiencia clínica según la cual se entendía que los primeros años de crecimiento eran vitales para la maduración emocional del sujeto y la profilaxis de enfermedades mentales.
Bowlby tiene mucho que decir, quizá ha calado más hondo en circuitos académicos por sustanciar su obra en base, muchas veces, a estudios experimentales. Esto le aproximó al auge del conductismo de aquella época y se le entendió como un profesional transicional entre el psicoanálisis ortodoxo y la psicología experimental.
Winnicott basó su trabajo en su dilatada experiencia clínica y en una originalidad y genio inagotables, con un carácter muy especial, lleno de viveza y frescura que le hizo adaptar la teoría a la demanda del paciente así como a las circunstancias familiares y geográficas de sus pacientes.
Ambos fueron psiquiatras de niños y adultos, ambos estudiaron el efecto del trauma en el bebé pero también los dos cambiaron cierta jerga psicoanalítica por una letra viva, por su propia voz, a través de un lenguaje más cercano y rico, distanciándose de lo que era dominante en la British Psychoanalytical Association.
Por citar un ejemplo, Bowlby habla de persona amada o persona querida para referirse al objeto bueno del que se separa el bebé, él consideraba que "objeto" evocaba lo inerte. Winnicott destronó la pulsión de muerte y otros conceptos como la posición depresiva acuñándola como preocupación (concern).
En ciencia, solemos encontrar este tipo de similitudes en campos cercanos cuando se arranca de una teoría firme y cuando, sobre todo, la observación clínica invita a reflexionar de un modo determinado. Estos dos genios de la psicología infantil construyeron y crearon un modo de acercarse al sufrimiento que ha quedado viva, para seguir pensando sobre ellos como un lenguaje abierto, dispuesto a seguir siendo modificado por la clínica de los nuevos tiempos.

No hay comentarios: