sábado, 18 de septiembre de 2010
Sobre la Ansiedad
El reservorio del ego para hacer frente a las circunstancias del medio ambiente es limitado, si sobrepasa el nivel de tolerancia del sujeto entrará en un estado de desbordamiento, en un estado de ansiedad. El bagaje previo del sujeto, su biografía y trayectoria se depositan en el ello, en lo inconsciente y se reprime, se olvida, aunque alguna vez se haya recordado.
El tratamiento de la psicoterapia psicoanalítica procura intervenir en los conflictos del ello para poder drenar la angustia, historia vivida que deja una huella mnémica, a la que algunos autores proponen también una señal bioquímica en el sistema nervioso.
Desbrozar esos fragmentos de vida reprimidos y olvidados supone como abrir una ventana en un ambiente cargado, el oxígeno entra y la vida se palpa a través de los rayos de Sol.
Muchos pacientes realizan una mejoría a nivel superficial, reforzando sus defensas y adaptándose a la realidad, conociéndose, lo que no es poco y en algunos casos aceptándose. El requisito de conocer, explorar y asimilar los elementos de nuestro ello, donde no existen las variables de tiempo y espacio y donde la energía fluye es fértil en cuanto a la elaboración (working through) del conflicto.
Cuando la persona ha llegado a un límite de ansiedad, su capacidad de lógica se reduce, su capacidad para pensar también y su sistema nervioso y autónomo muestra signos y síntomas de ansiedad que le alertan de que hay algo que "no funciona".
Transitar ese camino con un "asistente", terapeuta, psicoanalista, psicoterapeuta es esclarecer las raíces del conflicto, es integrar las dimensiones del sujeto y fortalecer su identidad. Se trata de un recorrido vivencial donde las intervenciones del terapeuta ayudan a la reflexión y a poner orden, ayudando a pensar a la persona que sufre. El primer paso es el más importante, y supone un acto de fortaleza, honradez y honestidad, con un compromiso que se vaya fraguando y una conducción de la cura correcta el camino a la salud puede ser bello y hermoso, como descubrir paisajes de un país. El inconsciente y la represión son dos conceptos que van relacionados desde el nacimiento del psicoanálisis y son indisolubles.
Un caso:
Una persona con un superyo severo, esto significa que su conciencia moral es exigente, dura, autocrítica y punitiva. Se trata y concibe con severidad. Se cuestiona y se critica. Aquí deviene una ansiedad depresiva con culpa debido a creer de manera inconsciente, por los caminos del superego, que esa persona merece sufrir.
Tengo la experiencia de haber atendido a delicuentes por culpa, cuestión que se imbrica con un trabajo de Freud, estos adolescentes recurrían a los actos antisociales para tener un castigo por creer merecerlo y también, cuestión que no atendió Freud, por ofrecerle un espacio de contención y apoyo que nunca habían tenido.
La ansiedad, dicen algunos pacientes, es como un "monstruo" que devora por dentro, lo describen como algo que está en ellos y que les va minando, produciendo desasosiego, problemas del sueño, problemas de concentración, infelicidad y un largo etcétera.
La depresión suele ir acompañada de ansiedad y es que la pérdida de una persona amada, remite a la profunda soledad que la persona vive, despertando ferozmente los fantasmas que había tapado en el pasado.
Algunos pacientes prefieren medicarse exclusivamente para no pasar por este tránsito de exploración donde ellos son agentes activos de cambio, en otras ocasiones el tratamiento debe ser combinado para facilitar la psicoterapia y ayudar a aliviar el sufrimiento a nivel sintomático del sujeto. Lo que los fármacos no curan es la culpa, la infelicidad, el estilo de vida depresivo, el superyo estricto y severo, el trauma que produce una escisión en el ego o disociación estructural y otros problemas de la clínica, problemas humanos que tienen que encontrar un sentido y un significado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Cuando se ha superado la angustia, cuando se ha comprendido y aceptado, el bienestar es inmenso. A veces hago pruebas, observo mi interior, me paro a difrutar con mi sentir, abro la puerta y me introduzco dentro. Lo que encuentro me maravilla. El camino a la salud es a veces muy duro durante la búsqueda. Lo que se obtiene no tiene precio, la paz,el sosiego, el bienestar, la felicidad, y de todo ello se benefician también los que rodean. Gracias Rodrigo, mereció penar.
Publicar un comentario