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Paz y Ciencia
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viernes, 22 de enero de 2016

Citas e Imágenes de aspectos de la superación y el amor.

Citas e Imágenes de aspectos de la superación y el amor.
Reflexiones y pensamientos.











sábado, 10 de noviembre de 2012

Gandhi, pequeño gran hombre


Ghandi renunció a la violencia con el imperio británico. Al mismo tiempo él, prácticamente como Siddharta, recorrió un camino de ascesis biológica y espiritual.
El hecho es que, después de su asesinato, él sigue vivo entre todos aquellos que tienen fe en el hombre y quieren un mundo más justo. Rodrigo Córdoba Sanz

Gandhi, pequeño gran hombre http://t.co/UgNnmgCj -- Espiritualidad

lunes, 20 de agosto de 2012

Cuatro Formas de Excepcionalidad: Howard Gardner




[...] Las personas difieren entre sí según el grado en que resalten una o más de dichas relaciones; y las personas extraordinarias se diferencian entre sí, y también de las personas ordinarias, según el grado en que acentúen una relación concreta.

... podemos abordar las cuatro personalidades que hemos decidido investigar. Cada una de ellas ejemplifica una de las cuatro posibles relaciones de las que todos somos capaces.

 Mozart ejemplifica al Maestro. Un Maestro es una persona que adquiere una maestría total sobre uno o más ámbitos de realización; su innovación se produce dentro de una práctica establecida. En el caso de Mozart, su maestría de la composición musical de su época fue tan completa como pueda imaginarse; podria citarse a Bach, de un período algo anterior, o a Brahms, de un período algo posterior, así como a otros Maestros de de la música.

Freud ejemplifica el Creador. Un Creador puede haber dominado los ámbitos existentes, pero dedica sus energías a la creación de un nuevo ámbito. Freud creó el psicoanálisis. Podemos pensar en Jackson Pollock como inventor del ámbito de la "pintura de la acción" abstracta y Charles Darwin como creador del ámbito del estudio evolutivo de la biología. De la cultura popular, personas como Charlie Chaplin y John Lennon emergen como Creadores...

Virginia Woolf ejemplifica el Introspectivo. El principal interés de este tipo de personas es la exploración de su propia vida interna: las experiencias diarias, las necesidades potenciales y los miedos, la acción de la conciencia, tanto de la persona concreta como de las personas en general. Virginia Woolf dejó abundantes huellas de sus introspecciones en sus novelas, ensayos, diarios y cartas. Otros Introspectivos de la época contemporánea son los novelistas Marcel Proust y James Joyce, y escritores de diarios como Anaïs Nin y Witold Gombrowicz.

Ghandi ejemplifica el Influenciador. Una persona de estas carcaterísticas tiene como principal objetivo influenciar a los demás. Ghandi ejerció su influencia a través de su liderazgo, de diversos movimientos políticos y sociales, mediante su poderoso ejemplo personal y, menos directamente, por medio de sus escritos autobiográficos y exhortativos. Los dirigentes políticos y militares ejercen su influencia directamente. Otros influyen en los demás de forma indirecta, a través de sus escritos (Karl Marx) o covenciendo a líderes de que emprendan una determinada línea de acción (Maquiavelo).

Existen otras formas de excepcionalidad, como, por ejemplo, el gurú espiritual o el modelo moral. En segundo lugar, las personas en sí mismas pueden constituir ejemplos de más de uno de estos tipos. Sin duda alguna, una persona excepcional, como Freud, dominó el campo de la neurología, creó el ámbito del psicoanálisis, realizo con finura una introspección de las experiencias de su propia vida y ejerció una notable influencia sobre docenas de seguidores directos y, posteriormente, sobre millones de pacientes y lectores. En tercer lugar, esta forma de clasificar a las personas no excluye otras posibles. Los cuatro roles inciden en diversos tipos de comportamiento creativo y en diferentes inteligencias o talentos humanos.

Puede ser útil pensar en estos cuatro ejemplos en una configuración circular, en la que cada uno de ellos se relaciona con otras posibles relaciones.

Howard Gardner: "Mentes Excepcionales. Cuatro retratos para descubrir nuestra propia excepcionalidad". Kairós, 2011, Barcelona. Pp.: 22-25

viernes, 20 de julio de 2012

Los Elementos de Construcción de la Excepcionalidad



Ahora que he introducido las tradiciones en las que se basa el estudio, señalo una cuestión preliminar: la identificación de una serie de unidades, o elementos formativos, en los que se puede basar el análisis de la execpcionalidad. Para empezar, me gustaría enumerar tres unidades principales o elementos formativos y una serie de procesos. No es nada misterioso; las unidades iniciales son personas, objetos físicos no humanos y entidades simbólicas; y los procesos son los del desarrollo humano. Desde este simple fundamento, me propongo construir un edificio que sea suficiente para explicar lo ordinario, lo extraordinario y los diversos estadios intermedios.
En primer lugar, las personas. Todos nosotros somos personas: entidades que existimos en el mundo natural, poseemos una determinada apariencia y experiencia, sentimientos, deseos y necesidades concretas. Las personas mantienen toda clase de relaciones entre sí -se desean unas a otras, se temen, buscan comunicarse entre sí- y se frustran cuando esta comunicación no es efectiva.
En segundo lugar, los objetos físicos no humanos (en adelante, objetos). Las personas estamos rodeadas por un sinfín de entidades: objetos simples de guardería como biberones y muñecas; objetos naturales complejos como elefantes, abejorros y árboles de hoja perenne; y también objetos artificiales e intrincados, como caballitos de madera y CD-ROM. A pesar de sus diferentes orígenes y apariencias, todos estos objetos funcionan conforme a las mismas leyes metafísicas. Técnicamente, los seres humanos son también objetos físicos, pero es muy útil -y científicamente justificable- disntiguir entre objetos humanos y los demás objetos físicos del mundo.
En tercer lugar, las entidades simbólicas. Los seres humanos tenemos la cualidad peculiar de que nos gusta crear símbolos y darles sentido: palabras, gestos, imágenes, números y otros muchos signos que se refieren a objetos físicos y naturales. (Es en esta peculiaridad más que en ninguna otra por al que nos diferenciamos de los animales no humanos. A veces, estos símbolos son materiales, como en el caso de los mapas. En otras ocasiones, se trata de algo más etéreo, como en el caso del lenguaje hablado o de las operaciones matemáticas que se llevan a cabo dentro de la cabeza. A veces, los símbolos están solos -como una pieza de escultura de Henry Moore-. Mientras que en otros casos forman parte de un elaborado sistema -como ocurre en el caso del lenguaje informático-.
En última instancia, los símbolos están asociados a determinadas prácticas adultas o de "ámbitos" -artes o disciplinas que se valoran por la cultura y que pueden ser dominadas por medio de aprendizajes establecidos-. Así pues, el dominio de la ley depende de los signos lingüísticos; las matemáticas se basan en símbolos numéricos y abstractos; los músicos se relacionan con notaciones que incluyen instrucciones sobre la expresividad y la dinámica de la obra musical.
Por último, los procesos evolutivos. Podría darse el caso, como sucede con muchos animales, de que los seres humanos hubieran nacido más o menos formados. También podría haber ocurrido que, aunque no estuvieran totalmente formados. También podría haber ocurrido que, aunque no estuvieran totalmente formados, los seres humanos se desarrollasen conforme a un programa fijo que no es alterado por los altibajos de la experiencia.
Pero resulta que este no es el caso. Desde el momento de la concepción, el embrión se ve afectado por las condiciones fisiológicas del útero y, en adelante, los hechos particulares de un entorno concreto ejercen un efecto profundo en lo que el organismo deviene. De igual modo, sin embargo, el organismo -la persona- no es una hoja en blanco; los seres humanos venimos equipados no solo con finos sistemas sensoriales y capacidades para percibir a través de los sentidos, sino también con fuertes inclinaciones para centrarnos en determinadas experiencias, extraer determinadas inferencias y atravesar determinadas fases cognitivas, afectivas y fisiológicas.
Al utililizar el término evolutivo, acentúo el hecho de qu eel crecimiento de toda persona refleja una interacción constante y dinámica entre un organismo, con sus programas internos, y el entorno, cuyas propiedades constituyentes nunca son totalmente predecibles. Además, resalto que estas interacciones dinámicas continúan a lo largo de la vida activa, dando forma y significado a la existencia del individuo y a sus logros definitivos.
En los capítulos siguientes, trazo el desarrollo de este conjunto persona-objeto-símbolos, tanto en la persona ordinaria como en la persona extraordinaria.

http://youtu.be/k1-TrAvp_xs Lacrimosa -Mozart-
http://youtu.be/vIgX450Rd68 Requiem -Mozart-
http://youtu.be/rdT5LzSpWeM Don de Fluir -Jorge Drexler-





Howard Gardner: "Mentes Extraordinarias". Kairós, 2011. Autor de "Inteligencias Múltiples". Promueve una revolución a la hora de "medir" la inteligencia con el CI, que solo atiende a habilidades verbales y numéricas. Promueve que hay muchas inteligencias, por ejemplo: la creativa, la de disposición espacial, la matemática, la del lenguaje... Esto tiene evidentes implicaciones en la forma de enseñar y diseñar los curriculum. Basta ya de adoctrinar en cuestiones que los niños y adolescentes olvidan al día siguiente del examen. Por una educación creativa, de cooperación, de coparticipación, por una educación en valores humanos, en enseñar cuestiones emocionales, es decir, ayudar a que las criaturas puedan comprender qué pasa en su mundo y en su cuerpo, al margen de la clase de biología pertinente. Como dice Claudio Naranjo en uno de sus libros: "Cambiar la Educación para Cambiar el Mundo". Rodrigo Córdoba Sanz.




< >> Virginia Woolf: Las Olas, fantástica.

miércoles, 18 de julio de 2012

Howard Gardner: MENTES EXTRAORDINARIAS




"Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce" Pablo Neruda
“Cada secreto del alma de un escritor, cada experiencia de su vida, cada atributo de su mente, se hallan ampliamente escritos en sus obra" Virginia Woolf


Para aquellos filántropos extrordinarios que apoyan la investigación y la educación. Howard Gardner.

PREFACIO:
Debo explicar que empecé este proyecto principalmente por dos razones: en primer lugar, he llegado a la conclusión de que existen cuatro variedades distintas de mentes extraordinarias. En este libro intento explicar los orígenes evolutivos  y las prácticas desarrolladas por el Maestro, el Realizador, el Introspectivo y el Influenciador. en segundo lugar, estoy convencido de que todos nosotros albergamos en nuestro interior los ingredientes esenciales de estas cuatro tipos de mente. Al entender mejor la mente de Mozart, Freud, Woolf y Ghandi, no solo podemos llegar a una mayor realización como seres humanos, sino que también es muy probable que podamos contribuir más significativamente a nuestra sociedad.
Dada la naturaleza de esta obra, he reducido al mínimo las citas en el texto. Los lectores que deseen profundizar en sus diversos temas encontrarán amplias sugerencias en la sección de referencias bibliográficas.

"La música es el único camino hacia lo trascendente." W.A. Mozart
"He sido un hombre afortunado en la vida: nada me fue fácil." S. Freud
"Amor y verdad son las dos cosas de Dios. La verdad es el fin y el amor es el camino." M. Ghandi
"No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente." V- Woolf

INTRODUCCIÓN: HACIA UNA CIENCIA DE LA EXCEPCIONALIDAD
Fenómenos de mentes extraordinarias

De los miles de millones de seres humamos que han vivido en nuestro planeta en los últimos cien años, comparativamente muy pocos han dejado huellas más allá de su círculo inmediato. Entre los que recordamos, algunos son conocidos por su valor excepcional (Juana de Arco), otros por su longevidad (Rose Kennedy), algunos por su generosidad (Andrew Carnegie) y algunos por su crueldad (Gegins Khan).
En todas las épocas, un minúsculo porcentaje de individuos sobresalen en virtud de sus logros creativos. Unos pocos se distinguen por el carácter prodigioso y la cualidad de sus realizaciones: aunque murió joven, Wofgang Amadeus Mozart creó docenas de piezas maestras, pertenecientes prácticamente a todos los géneros musicales existentes en la época. En otras ocasiones dichas individualidades sobresalen por el carácter innovador de su obra: desconocido cuando tenía cuarenta años, Sigmund Freud logró posteriormente crear un nuevo campo de conocimiento llamado psicoanálisis. A veces, se destacan por las profundas comprensiones de su propia mente: Virginia Woolf penetró profundamente en su propia psique, en las experiencias de mujeres y en la naturaleza de los procesos mentales conscientes. En algunos casos también se distinguen por su capacidad para influir sobre los demás: Mahatma Ghandi, abogado en una provincia oscura de la India colonial, elaboró y practicó una forma de desobediencia civil que aún hoy día continúa inspirando a millones de personas en todo el mundo.
Mozart, Freud, Woolf y Ghandi son casos muy especiales; tan especiales que constituyen los ejemplos principales de Mentes Extraordinarias. Pero no son en absoluto los únicos ejemplos de excepcionalidad. Observadores contemporáneos que han contemplado los dibujos de monos hechos por la niña china Wang Yani, los esbozos de caballos dibujados por la niñ autista Nadia y los dibujos de arquitectura del niño autista Stephen Wiltshire, por ejemplo, han queado estupefactos por estas evocadores creaciones. Nos quedamos boquiabiertos al enterarnos de que Lorenzo de Médicis estaba llevado a cabo una misión diplomática a los catorce años, que Thomas Jefferson escribió la Declaración de Independencia a los veintiséis años de edad y que Alejandro Magno había conquistado la mayor parte del mundo civilizado antes de morir, cuando solo contaba con treinta y tres años. Nos maravillamos ante el éxito, logrado a pesar de enormes desventajas, de la científica francopolonesa Marie Curie, de la pionera estadounidense de la danza moderna Martha Graham, y del líder político sudafricano Nelson Mandela. Y apenas podemos creer que Goethe acabara de escribir Fausto a los veintiocho años y que Verdi, Yeats y Miguel Ángel estuvieran produciendo sus mayores obras en los últimos años de vida.
A lo largo de la historia, la mayoría de nosotros hemos tenido una relación de amor-odio con las individualidades extraordinarias, que salen de nuestra propia fila. Por otra parte, hemos apreciado el habernos beneficiado de sus contribuciones: ponemos nombre a edificios e incluso a comunidades enteras, leemos -y a veces escribimos- libros sobre ellos y construimos nuestros cursos y disciplinas basándonos en sus palabras y obras.
Pero, al mismo tiempo, mantenemos enormes recelos respecto a aquellas personas que han sido dotadas de grandes dones y las que ejercen una profunda influencia en nuestra vida. Al principio, nos resistimos a reconocer sus logros y a veces las dejamos en el anonimato, rechazando en muchas ocasiones sus innovaciones. Posteriormente, cuando sus logros han sido reconocidos, a menudo buscamos signos de debilidad, sus pies de arcilla, sus puntos débiles, su talón de Aquiles, razones para degradarles, como si quisiéramos, de algún modo, rebajar los resultados logrados por ellos. A pesar de que estimamos a nuestros héroes, cuando somos seres mortales nos encanta igualmente denigrarles.
Una ambivalencia similar rodea nuestra política social. La mayoría de las sociedades han reconocido de un modo u otro a las personas de talento que surgen en medio de ellas y les han dado oportunidades de realizar su potencial, estableciendo programas especiales, ya sea para nutrirles o para permitir que sobrevivan los mejores. En las sociedades democráticas, no obstante, nos sentimos extramadamente incómodos con el concepto de la existencia de una élite, ya se base esta en el mérito o en el "nacimiento hereditario". Muy especialmente, penalizamos a los que poseen un talento intelectual, dedicando incomparablemente, por ejemplo, más recursos a los que tienen dotadas de talentos extraordinarios. Y sospechamos -con alguna justificación- de los que "rinden culto a las normas" y que se apartan de los demás, con el pretexto de que ellos son los únicos capaces de entender las grandes mentes del pasado.
Incluso dentro de las filas de los académicos e investigadores, pueden encontrarse perspectivas opuestas. Particularmente entre los investigadores orientados hacia las humanidades -biógrafos, historiadores, literatos y críticos de arte-, existe la aceptación del hecho de que ciertas personas son extraordinarias y que, por ello, merecen una atención mantenida. En el pasado, los estudios sobre personas extraordinarias, como Freud o Marx, Einstein o Darwin, Austen o Dickens, tendían a glorificarse y a acentuar sus cualidades de inspiración. Más recientemente, además de la incomodidad que produce el mismo concepto de que existan algunas personas que se hallan dentro de la norma, se ha puesto un énfasis correlativo en descubrir sus fragilidades, tendencia que a veces culmina en francas "patografías".
Las personas extraordinarias no han ocupado el interés de la investigación entre los científicos de las ciencias naturales y los científicos del comportamiento. Las diferencias entre individuos no son muy prominentes en otras especies; y la mayoría de los científicos que centran su investigación en los seres humanos se han interesado más en los patrones que pueden detectarse en la mayoría de nosotros que en las regularidades que pueden disntiguir a algunos individuos de otros. Además, dentro de las ciencias cognitivas -el nuevo ámbito de estudio que se centra particularmente en la mente- ha existido una fuerte inclinación a presuponer que todas las personas tienen los mismos procesos mentales básicos. Pongamos, por ejemplo, los casos de Abraham Lincoln, Marie Curie o John Doe: lo tres presumiblemente utilizaron los mismos tipos de proceso de memoria, aprendizaje y comportamiento; si existen diferencias entre ellos, se piensa que se trata de distinciones de grado, pero no de clase.

Howard Gardner: "Mentes Extraordinarias. Cuatro retratos para descubrir nuestra propia excepcionalidad". Kairós, 2011.



http://youtu.be/IBLscIOUN7I David Kellner (1670-1748) Chaconne - Miguel Yisrael, Baroque lute (CD Les Baricades Mistérieuses) -
http://youtu.be/e9RS4biqyAc Paco de Lucía - Concierto de Aranjuez (Adagio) -

jueves, 12 de julio de 2012

Definición del Poder: Jose Antonio Marina

"No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo" Albert Camus.
"Para ver el mundo en un grano de arena, y el paraíso en una flor silvestre, toma el infinito en la palma de la mano, y la eternidad en una hora" William Blake.
"Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cuál es la estrella que lo guía" Antoine de Saint-Exupéry




GENEALOGÍA DEL PODER. Definición del Poder


Carl von Linneo estaba convencido de que Dios le había encomendado la misión de poner orden en la naturaleza, y decidió inventariar y clasificar todos los seres vivos. No se me ocurre pensar que estoy llamado a tan altas misiones, pero voy a ejercer al menos de herborista del poder. Estamos en una tupida selva, y conviene comenzar clasificando las especies para que las lianas no acaben liándonos. Hasta aquí he utilizado alegremente la palabra poder como si no hubiera necesidad de aclarar su signifcado, cuando en realidad mucho especialistas se quejan de la dificultad de definirlo. Los editores de un reciente libro titulado The Use and Abuse of Power dicen en su introducción: "Es sorprendente que, a pesar de su enorme impacto, sepamos tan poco sobre él, y que le hayan dedicado tan pocos estudios científicos".
¿Qué entiendo por poder? En primer lugar, poder es la capacidad de realizar algo, la facultad de convertir en acto una posibilidad. Es, pues, acción realizadora. "La capacidad transformadora inherente a la acción humana" (Anthony Giddens). Aparece aquí una primera dificultad. El poder solo existe en acto y, sin embargo, hablamos normalmente de él como si fuera una cosa que se puede tomar o dejar. Es un infinitivo que ha olvidado su dinamismo originario al convertirse en sustantivo. Se ha cosificado. Leo en una biografía de Alejandro Magno: "Alejandro murió en Babilonia en un tórrido día de junio del año 323 a.C. Sus generales se lanzaron a una vertiginosa y caótica lucha por el poder".
¿Por qué poder? ¿Po el de Alejandro? No, era intransferible y había muerto. Lucharon por su puesto, que es una cosa muy distinta. Los monarcas absolutos heredaban el poder absoluto, pero unos sabían ejercerlo y otros no. Unos lo ampliaban y otros lo perdían. El poder formal se transmite jurídicamente, como la propiedad -y en ella se basaron fundamentalmente las teorías de la legitimidad-, pero conviene no olvidar que se ejerce siempre en contextos informales. Los poderes formales de don Juan Carlos I no eran muy grandes, pero en cambio sí lo fue su influencia política. La noción de autoridad pertenece al dominio informal. Los tratadistas politicos americanos saben que un candidato a la presidencia debe intentar aumentar todo lo que pueda su poder informal antes de acceder a los poderes formales.
La facultad de hacer y de actuar, el sistema de las fortalezas personales, es la figura más originaria del poder, el origen de todas las demás. Llamaré poder personal a esra capacidad de hacer. Es un poder íntimo, fundante, constituyente, que puede fijarse objetivos distintos y proponerse metas diferentes. Puede sentirse interesado solo en su propia obra, en la perfección de sus capacidades, en la superación personal (motivación de logro), o puede querer influir en los demás, atraerlos a su proyecto, utilizar su energía para ampliarlo o, simplemente, dominar (motivación de poder). El poder personal se bifurca por ello en un poder autorreferente, personal, dirigido a sí mismo, ensimismado, y en un poder social, transeúnte, dirigido a los demás. Para designarlos, los escolásticos acuñaron dos tecnicismos: "poder monástico" (solitario) y "poder político" (que domina a otros). No son sutilezas modernas. Cuenta Richard Lee que cuanddo preguntó a miembros de la tribu kung si tenían jefes, le respondieron: "¡Por supuesto que tenemos jefes!" De hecho, todos somos jefes, cada uno de nosotros es jefe de sí mismo" Este es el poder autorreferente, monástico, privado.
Conviene no olvidar que el "poder personal" está en el origen del "poder social" o del "poder político". Un dictador utiliza abusivamente los poderes del Estado, pero solo cuenta con sus capacidades personales para alcanzarlos con su astucia, su poder de engaño o de convicción, su habilidad para buscarse aliados o para debilitar a los enemigos, su crueldad [...]

Jose Antonio Marina: "La Pasión del Poder. Teoría y Práctica de la Dominación". Anagrama, 2010, Barcelona. Pp.:27-29




http://youtu.be/Yq5cj1pxbJo Marthin Luther King -I Have a Dream- En Washington, junto a la estatua de Lincoln.
http://youtu.be/3cFTJ9q5ztk Charles Chaplin en "El Gran Dictador". Alegato contra la violencia.
http://youtu.be/A_bOn53LlYc Ghandi. Ginebra, 1931.
http://youtu.be/mnUkNmTFCGs The Beatles -Let it Be-

Interesantes los discursos, ejemplos de lucha contra el Poder establecido. Particularmente contra la opresión, la discriminación y el abuso de los derechos humanos. Personas que cambiaron el mundo. Dos de ellas: el reverendo Marthin Luther King y Ghandi fueron asesinados, no así los demás. Todos ellos fueron creativos, vieron otro modo de hacer, de pensar, de sentir de actuary de implementar modelos. Desde el arte de la oratoria a la creatividad de la genial película de Charles Chaplin. Hasta llegar, más adelante cronológicamente a The Beatles -Let it Be- No solo fueron unos grandísimos artistas que revolucionaron el mundo de la música y contribuyeron a la revolución cutural de la época.
Les invito a que se liberen de las cadenas de la familia, la sociedad, la cultura, la política y sean lo que quieran ser, lo que les salga del Alma, del corazón, un gesto espontáneo que quizá ha sido censurado por el pesado bagaje de los y prejuicios.
Rodrigo Córdoba Sanz.


martes, 10 de julio de 2012

Afectividad, Sentimientos, Intelecto




Es horrible vivir en una época donde a la palabra Sentimiento se responde sentimentalismo.
Hace falta que llegué un día en el que la Afectividad será reconocida como el Sentimiento más importante
y rechazará el intelecto dominante.

Romain GARY


El rechazo a uno mismo
es una distorsión del darse cuenta

porque, es una negación de quien uno es

Las personas son responsables (hábiles para responder);
es decir, son los principales agentes

para determinar su propia conducta.
Cuando confunden la responsabilidad con la culpa y los "debería",
presionan y se manipulan a sí mismas;
"tratan de" pero no están integradas y no son espontáneas.
En esas situaciones, ignoran sus verdaderos deseos,
necesidades, respuestas al ambiente y
alternativas a la situación,
siendo excesivamente condescendientes o,
revelándose contra los debería.
Las personas, son responsables de lo que eligen hacer.
Culpar a fuerzas externas por lo que uno elige,
es un autoengaño.
Asumir la responsabilidad por lo que uno no eligió,
- típica reacción de vergüenza-,
es también un autoengaño

Gary YONTEF

Vive como si fueras a morir mañana
                                                                                                         y aprende como si fueras a vivir siempre 
                                                                                                                                                 Mahatma GHANDI