Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta Zaragoza Gran Vía Y Online. Teléfono: 34 653 379 269. Website: www.rcordobasanz.es
La "Noble Verdad" budista
2El abordaje budista de la cognición resulta, dentro del lenguaje y forma de operación mental humana, en una actitud denominada en los textos sagrados budistas de la "Noble Verdad". Es de gran importancia este tema, una vez que la doctrina del vacío, punto esencial de la visión budista, elemento central de la comprensión budista unánimemente aceptada en todas las líneas, encuentra en la "Noble Verdad" su punto de contacto con la realidad contingente de todos los seres, objetos, propósitos, hechos materiales, hechos abstractos, psicológicos, biológicos, físicos, astronómicos, etc. O sea, es bajo una expresión de "Noble Verdad" que vamos a encontrar una armonización de la visión budista del vacío con la "realidad que nos rodea".
Las palabras nunca tendrán un significado mayor que el de las experiencias que las generan
3La doctrina budista del "vacío", que, en cierto sentido, se confunde en muchos puntos con la "Noble Verdad", no es una doctrina de que nada existe, como incorrectamente podríamos ser llevados a pensar. La noción de "vacío" se refiere a que la realidad última de cada ser u objeto está desprovista de características propias individuales y definidas. Los objetos existen apenas en cuanto realidades convencionales, limitadas, espacio-temporales, condicionadas y contextuales; no existen separada e independientemente del observador.
4La "Noble Verdad", a su vez, podría ser resumida como una actitud que resulta de la comprensión de que todo lo que es visto, es visto por la mente, y que todo lo que es visto por la mente es, en verdad, la mente viéndose a sí misma, viendo las imágenes y objetos generados por ella misma. Es como está expresado en el Lankavatara Sutra, cuando se dice que "una pintura no está en la tela ni en los colores ni en las tintas", o "los ignorantes no comprenden que lo que ven es la mente viéndose a sí misma".
5Esto no quiere decir, por ejemplo, que el mundo externo no existe efectivamente, que las cosas no existen, sino se busca entender con claridad lo que significa decir que un cierto objeto existe o lo que significa la afirmación general de que el mundo externo existe. En este contexto, entender el significado de esas afirmaciones es conocer sus límites de validez.
La filosofía budista es apenas una forma pasajera de sistematizar conocimientos
6La forma de trabajar los elementos de convicción que vienen a explicar y permitir la transmisión del sentido correcto de la expresión "Noble Verdad" es siempre la forma experimental, o sea, se busca a través de experiencias vividas en procesos de imaginación, la vivencia directa de cada uno de los aspectos de la "Noble Verdad". Aquí mencionamos este método didáctico como una característica del proceso de transmisión de la "Noble Verdad", pero, de hecho, este es un método general de abordar todas las cuestiones en el budismo, y el sentido real de todas las conclusiones a que se viene a llegar es siempre remitido a la experiencia mental o concreta que lo generó, su comprensión no es mayor ni menor. Las palabras, así como toda y cualquier forma de comunicación, nunca tendrán un valor y un significado mayor que el del valor y significado de las experiencias que las generaron.
7La "Noble Verdad" es un elemento esencial en la doctrina budista porque permite una transición existencial individual de una búsqueda externa, de un caminar externo en el "mundo", hacia una búsqueda interna. Al comprenderse la esencia de la Noble Verdad, se comprende que lo que es visto externamente es siempre una proyección mental de un cúmulo de tendencias y experiencias previas, lo que, en el budismo, es genéricamente entendido como el "karma". Es justamente este conjunto de tendencias lo que irá a dar sentido a las experiencias e irá asimismo a conformar la realidad, que de modo enteramente automático, es vista de forma nítida, palpable, vívida.
La práctica budista apunta a la depuración de todo condicionamiento inconsciente
8La experiencia de vivenciar la "realidad externa", cuando es encarada de ese modo, se torna una manifestación de todo un "mundo interno inconsciente", que es, a su vez, reconocido como el resultado de experiencias mentales concretas o abstractas anteriores (en la visión budista no hay diferencias entre estas dos opciones pues toda experiencia concreta es siempre mediada por la mente, siendo en suma, una experiencia mental abstracta también). Este enfoque permite que se pase a develar un vasto campo de estudio y trabajo donde el surgimiento de cada discriminación en la mente es visto como un resultado de la operación mental inconsciente. En este contexto la palabra "inconsciente" no tiene ningún significado esencial, o sea, la palabra inconsciente no se refiere a algo que, se imagina exista de modo efectivo y permanente, pero, en este contexto, esta palabra significa solamente la actividad mental que no es vista en su proceso, más es reconocida exclusivamente por sus resultados.
9Examinándose la "realidad externa" de esa forma, no se encontrará diferencia ninguna, entre esta "realidad externa" y la "realidad interna"; ambas se funden, tornándose indistinguibles.
Aunque un libro sea un libro, para una polilla es un manjar
10Es justamente este vasto campo de estudio y trabajo el que ofrece la mejor oportunidad de contacto entre el pensamiento religioso budista y la filosofía y psicología de todos los colores, matices y orígenes. Es también ahí un punto de florecimiento de la filosofía budista, aunque la filosofía budista no pueda ser considerada una forma de búsqueda de la verdad de la esencia última de las cosas, sino tan sólo una forma relativa, condicionada y pasajera de sistematizar conocimientos del mundo y del proceso de cognición, de modo que, en la existencia de las actuales formas de operación mental condicionada, sea posible el reconocimiento de esos condicionamientos y sea entonces posible reconocer la naturaleza de la liberación. Reconocer la condición humana, la contaminación inherente a todo el proceso cognitivo e la naturaleza de la liberación, es todo lo que la filosofía budista pretende en cuanto filosofía. Es su límite. En este punto se inicia la práctica budista propiamente dicha, que intenta la depuración de todo el condicionamiento inconsciente, de forma que la operación mental pueda venir a manifestar la completa ausencia de juegos ciegos y de condicionamientos en cuanto tal.
Las Tres Contaminaciones Inherentes a la Noción de "Objeto"
11Vamos a utilizar aquí la expresión "contaminación" en el sentido de "perturbación involuntaria y automática del proceso de comprensión por el surgimiento de ideas e imágenes mentales provenientes de experiencias anteriores y que atribuyen sentidos cognitivos previamente condicionados a las experiencias sensoriales y abstractas de la mente humana".
Aunque un libro sea un libro, para una polilla es un manjar
10Es justamente este vasto campo de estudio y trabajo el que ofrece la mejor oportunidad de contacto entre el pensamiento religioso budista y la filosofía y psicología de todos los colores, matices y orígenes. Es también ahí un punto de florecimiento de la filosofía budista, aunque la filosofía budista no pueda ser considerada una forma de búsqueda de la verdad de la esencia última de las cosas, sino tan sólo una forma relativa, condicionada y pasajera de sistematizar conocimientos del mundo y del proceso de cognición, de modo que, en la existencia de las actuales formas de operación mental condicionada, sea posible el reconocimiento de esos condicionamientos y sea entonces posible reconocer la naturaleza de la liberación. Reconocer la condición humana, la contaminación inherente a todo el proceso cognitivo e la naturaleza de la liberación, es todo lo que la filosofía budista pretende en cuanto filosofía. Es su límite. En este punto se inicia la práctica budista propiamente dicha, que intenta la depuración de todo el condicionamiento inconsciente, de forma que la operación mental pueda venir a manifestar la completa ausencia de juegos ciegos y de condicionamientos en cuanto tal.
Las Tres Contaminaciones Inherentes a la Noción de "Objeto"
11Vamos a utilizar aquí la expresión "contaminación" en el sentido de "perturbación involuntaria y automática del proceso de comprensión por el surgimiento de ideas e imágenes mentales provenientes de experiencias anteriores y que atribuyen sentidos cognitivos previamente condicionados a las experiencias sensoriales y abstractas de la mente humana".
La primera contaminación
12Aseguremos un libro en nuestra mano. Un libro es inequívocamente un libro. Podemos palparlo, abrir sus hojas, examinar el texto. Verificamos fácilmente que existe una posición correcta para que él pueda ser leído. Podemos identificar en que lengua fue escrito. Podemos sentir claramente la completa concretitud del libro. Es inequívoco. ¿Qué más sería un libro que no propiamente un libro?
13Esta es la primera contaminación mental de la visión, lo que surge en la relación con los objetos "concretos ", la que da una realidad única e inequívoca a los objetos "concretos" conque lidiamos.
¿Por qué sería eso una contaminación mental? ¿En qué sentido hay algún equívoco en esta comprensión tan evidente y clara?
14Hay un célebre diálogo entre dos grandes hombres, dos grandes pensadores, Albert Einstein y Rabindranath Tagore, que ilustra bien esta cuestión. Este diálogo ocurrió en Berlín, cuando Einstein, ya un Premio Nobel de Física, recibió en su casa al poeta y filósofo Tagore, Premio Nobel de Literatura. Conversaban los dos sobre la cuestión de la realidad del mundo concreto que vemos, y Tagore utilizó el ejemplo de un libro para mostrar que, aunque el libro sea efectivamente un libro, para una polilla, es, de modo igualmente concreto, un manjar.
15¿Estaría equivocada la polilla? ¿Habría algún error de evaluación o de percepción en el comportamiento de la polilla? ¿Sería entonces una situación de una insensibilidad brutal de la polilla frente a la sutileza de la mente humana que es capaz de apreciar los libros y extraer de ellos deleite, conocimiento y emociones?
16Evidentemente no. Una polilla se comporta de una manera absolutamente correcta cuando se alimenta de un libro, y de la misma forma nosotros, cuando vemos y utilizamos un libro, también no estamos cometiendo ningún error. Las interpretaciones no se contraponen, se complementan. Un libro es alimento de polilla y alimento mental para los hombres que consiguen leerlo.
La visión convencional atribuye realidad concreta única a lo que surge en la mente por los sentidos
17En este punto podemos entender mejor lo que significa esta primera forma de contaminación mental, la que ocurre cuando interpretamos de forma automática y condicionada los estímulos sensoriales que nos alcanzan. Esta primera forma de contaminación es admitir que los objetos concretos que nos surgen ante los sentidos y de ahí a la mente, sean un tipo de realidad concreta preexistente con la cual entonces nos estamos relacionando.
Este primer nivel tiene también dos subdivisiones:
18En primer lugar podemos admitir que la visión que tenemos se refiere a un mundo que existe en forma concreta e inequívoca, y por lo tanto todas las otras visiones son incorrectas.
19La segunda posibilidad es admitir que estamos lidiando con la manera correcta de ver las cosas, pero existen otras posibilidades más limitadas e imperfectas, y otros seres y personas pueden, por operar de una forma limitada e imperfecta, llegar a otras conclusiones y asimismo usar, con éxito, estas interpretaciones en sus propósitos limitados. Estas conclusiones y formas de interpretar hasta pueden revelarse útiles e interesantes, pero son de una calidad inferior pues la realidad es preexistente y tiene solamente una cara.
20Resumiendo, entonces, la primera forma de contaminación mental que surge en el proceso de la visión convencional es atribuir una realidad concreta única a lo que nos surge ante la mente a partir de los estímulos sensoriales. Este proceso es automático e inconsciente, y las conclusiones son enteramente convincentes, no permitiéndonos cualquier distanciamiento o "defensa" mental posible, pues se presentan de forma enteramente clara, sin ninguna sombra y sin que sea necesario ningún esfuerzo.
La segunda contaminación
21Los alumnos entran a la sala y ven en la pizarra un dibujo hecho por el profesor, un cubo. Observan todos un cubo dibujado, sus doce aristas y ocho vértices, y lo ven como un cubo. Esta es la segunda forma de contaminación de la visión: aquella que atribuye una realidad inmediata, automática y concreta a los objetos abstractos.
22¿Quién no concordaría que se trata efectivamente de un cubo? ¿Quién no concordaría con su realidad, con la existencia de sus seis lados, doce aristas y ocho vértices? Cualquier persona que viese un número diferente de lados, aristas y vértices estaría ciertamente equivocada.
La imagen de un cubo penetra nuestra mente sin dejar señales, parece enteramente natural, absolutamente correcta, estamos completamente indefensos frente a eso.
23El cubo, no en tanto, como evidenciado por L. Wittgestein en el "Tractatus", permite que se evidencie con claridad aún mayor este proceso de contaminación. Cuándo observamos vértices diferentes (experimente observar un vértice "a" del cubo, y después observe un vértice "b"), vemos (!) clara y nítidamente cubos diferentes! ¿Cómo es eso posible si el cubo diseñado no fue alterado, y es el mismo que siempre fue? ¿Cómo es posible que una misma realidad concreta (el dibujo) sea capaz de ofrecer diferentes visiones al mismo observador, bastando apenas con este cambio de lugar del punto focal de su visión de una posición para otra en el mismo dibujo?
24Si la imagen del cubo que surge en nuestra mente es perfectamente normal y natural, ¿por qué, del mismo modo natural y normal, surge una otra imagen con la misma apariencia de realidad para el mismo objeto? La concretitud con que estos objetos aparecen es la segunda forma de contaminación de la visión: aquella que atribuye una realidad inmediata, automática y concreta a los objetos abstractos.
25En este punto podemos entender el significado de "contaminación" en la experiencia con objetos abstractos, o sea, podemos comprender el sentido de la expresión "perturbación involuntaria y automática del proceso de comprensión por el surgimiento de ideas e imágenes mentales en experiencias cognitivas con objetos abstractos".
La tercera contaminación
26Hasta el momento examinamos las dos primeras contaminaciones que ocurren en el proceso cognitivo: las que surgen en el contacto con objetos "concretos" y las que surgen en el contacto con objetos "abstractos". Vamos a ver ahora la tercera contaminación, la más sutil, la más delicada de todas, la más insinuante, la contaminación que está siempre presente en el proceso cognitivo y en el lenguaje cotidiano. Tocamos en un objeto con la mente a través de las teorías y no tenemos defensa frente a eso. Esta es la tercera forma de contaminación mental, la más sutil de ellas.
Un objeto despojado de características es lo que llamamos un objeto inexistente
27En la tradición Zen, existe un "koan", que es una pregunta que no tiene respuesta lógica posible, y sirve para quebrar la rigidez de la comprensión del discípulo; la respuesta no importa, lo relevante es trabajarse con la pregunta misma. En este punto es interesante recordar el Koan de las manos que se baten. Un maestro golpea una mano estirada contra la otra, bate las palmas, y pregunta al monje-discípulo: ¿cuál es el sonido que proviene solamente de una de las manos? No hay respuesta posible. ¿Cómo comprender esta pregunta es lo que ella puede trazar como comprensión? Este koan ejemplifica la noción de objeto y sus limitaciones. La noción de objeto presupone una separación entre sujeto y objeto y la idea de que las propiedades pertenecen únicamente a uno y no al otro.
28Examinemos los objetos que nos rodean y examinemos la forma por la cual ellos nos surgen como objetos con realidad permanente y separada. Cuándo vemos un objeto, abstracto o concreto, ¿cómo tomamos conciencia de su existencia? ¿Cómo surge su existencia ante nuestros ojos?
29Su existencia se da a partir de sus características. Un objeto despojado de características es justamente lo que llamamos un objeto "inexistente. Esta acepción aquí atribuida al término "inexistente" no se aplica solamente a los objetos concretos, sino también a los objetos abstractos, y las características no precisan ser objetivables y universalmente aceptadas, sino meramente existentes, lo mismo vale también para una persona.
30En cualquiera de esos casos, se considera que características existen: concretas, abstractas o aún hasta delirantes. Siendo así, está presente esta tercera forma de contaminación del proceso cognitivo.
31Cuando se habla de "características", se asume implícitamente que el objeto bajo análisis es el poseedor de esas "características"; este punto es muy importante y por eso vamos a examinarlas en mayor detalle.
Batimos una mano contra la otra. ¿Siendo las manos iguales, a cual de ellas pertenece el sonido?
¿Qué es lo que significan las "características" de un objeto?
32Para intentar responder a esta pregunta, vamos a examinar un pequeño ejemplo donde atribuimoscaracterísticas a objetos concretos: vamos a examinar varios objetos en cuanto a su sonido.
33Vamos a batir con una mano estirada sobre una mesa que esté próxima, después sobre un libro, después en una pared, y en una cadera, etc. Uno después de otro, los objetos producen sonidos que los caracterizan. Podemos repetir este proceso algunas veces, si es necesario, hasta que, aún con los ojos cerrados, al escuchar el sonido podamos identificar perfectamente el objeto que lo produce. Los mismos niños pueden hacer eso con facilidad, hasta los mismos perros y gatos pueden ser entrenados así, enseñándoles se les deja aptos, al punto de no errar las identificaciones.
34Cuando interpretamos eso, reconocemos los varios sonidos como, de forma inequívoca, efectivamente pertenecientes a los varios objetos; y esa interpretación es automática, fácil, natural, no deja dudas.
35Vamos ahora a repetir. Batimos en la mesa, en el libro, en la pared, en la cadera, etc., cada objeto muestra nuevamente su sonido, y así vamos cambiando de objeto y obteniendo las varias respuestas, hasta que batimos una mano estirada contra la otra. En este momento surge entonces la pregunta, siendo las manos iguales: ¿a cual de ellas pertenece el sonido?
36Esta pregunta es reveladora. Es una pregunta que no puede ser respondida. En verdad, es una invitación a un examen más detallado de los presupuestos que atribuyen sentido y tangibilidad a las características de los objetos.
37¿Siendo las manos iguales, a cual de ellas pertenece el sonido cuando batimos palmas? Cuando batíamos sobre la mesa, el sonido era de la mesa, lo mismo con la pared, con la cadera, con el libro, cada uno revelando su sonido. Cuando batimos una mano contra la otra, percibimos que en cada caso el sonido fue siempre producido tanto por la mano como por el objeto tocado. Es imposible separar. Pero nuestra interpretación fue siempre la de que el sonido pertenecía al objeto tocado, era una característica suya.
La Teoría Cuántica es hoy un tema central de estudios para los físicos y filósofos
38Esta es la forma más sutil de contaminación mental del proceso cognitivo, la que, implícitamente, atribuye realidad separada a los objetos y al observador. Todas las características que pueden ser encontradas en objetos, nominadas, clasificadas, etc., todas son el resultado de este tipo de simplificación, la que admite que el objeto puede, por último, revelar características propias, y en ningún momento considera que cualquier característica es solamente una especie de interpretación automática del fenómeno ocurrido en un proceso de relación.
39Esta forma de contaminación mental está presente siempre en nuestro raciocinio y en nuestras verbalizaciones. El propio lenguaje está estructurado en función de las características de objetos separados, y todo es descrito así.
40En el área de la física, Niels Bohr, especialmente, fue quien consiguió introducir correcciones a esta forma de pensar y de expresarse, y consiguió no solamente distanciarse de esta forma de "ideología automática" sino que llegó a formular un sistema filosófico que escapaba de estos problemas sin quedarse limitado al inmovilismo. Su éxito fue tan grande que la Teoría Cuántica es hoy un tema central de estudio tanto para físicos como para filósofos, siendo la base para una importante evolución científica y tecnológica ocurrida a mediados de este siglo.
41Su visión filosófica, la "complementariedad", puede ser vista como una forma avanzada de estructurar el conocimiento convencional, sin dejarse limitar por los presupuestos y paradojas que se desprenden de los equívocos de las interpretaciones condicionadas.
42En la forma de estructurar el conocimiento, como fue desarrollado por Bohr, la palabra "objeto" incluye además no sólo lo que convencionalmente es entendido como "objeto" experimental, sino que también el equipamiento experimental del laboratorio usado en las medidas y las teorías que generan las preguntas.
¿Sería inocuo preciosismo filosófico afirmar que los objetos son inseparables del observador?
43Podemos entonces resumir lo que fue hasta aquí examinado, recordando que los puntos principales expuestos hasta ahora fueron la existencia de condicionamientos automáticos en nuestra operación mental. Estos condicionamientos son responsables por el surgimiento, en nuestra mente, de ideas, interpretaciones y lo mismo visiones claras, que se revelan útiles en muchos sentidos, además equivocadas en otros, y pasibles de generar paradojas insuperables dentro de su forma de operación y atribución de significado. Por razones didácticas, ellas fueron presentadas en tres niveles diferentes: los condicionamientos provenientes de la experimentación con los sentidos físicos, los provenientes de la experiencia abstracta, y, finalmente, los automáticamente existentes en razón de la utilización ingenua del proceso cognitivo y lenguaje condicionados, tomados en sentido absoluto.
44El examen de este último punto se completa con el examen de las "tres formas condicionadas de tocar en un objeto en el proceso de determinación de sus características". Evidentemente, esta expresión, sólo tiene sentido condicionado, y ella misma será, a continuación, cuidadosamente examinada en cuanto a su consistencia y amplitud.
Las cuatro formas de relación con un objeto
45El objetivo de esta parte es examinar los límites de validez del concepto de "objeto" en las propias experiencias en que estos objetos se afirman como tal, o sea, en los procesos de relación. Es también objetivo de esta parte explicitar el hecho de que los objetos pueden ser "perturbados" y "tocados" de forma más amplia de lo que estas palabras aparentemente significan.
46Cuando aquí se habla de objeto, estamos usando esta palabra en el sentido de "objeto concreto" como convencionalmente este objeto es pensado, o sea, existente por sí mismo y situado en el espacio y en el tiempo.
La primera forma condicionada de relación con un objeto es tocarlo, sentirlo por el tacto en forma palpable y concreta.
47Cuando tocamos un objeto de esa forma, sentimos su presencia de un modo objetivo e inequívoco. El objeto tiene toda la concretitud y realidad que puede tener. Podemos aún olerlo, golpearlo en contra de otros objetos, golpearlo de modo de extraer sonido de él, así como experimentarlo en cuanto al sentido gustativo. Examinándolo de esta forma completa, llegamos a una visión abarcativa de ese objeto. ¿Qué límites pueden existir para su realidad? Un objeto es obviamente existente, y aunque no se pueda tomar conocimiento de él, en alguna parte estará. En caso que sea dejado en algún lugar, ahí estará aunque no esté siendo visto, y en cualquier momento se puede llegar a él y volver a verlo. ¿Cuál es entonces el sentido de afirmar que este objeto, así como los objetos en general, es dependiente del observador, que es inseparable del observador, que constituye un "todo" con el observador? ¿No será esto un inocuo e irritante preciosismo filosófico?
48Con paciencia toma el alfarero una bola de barro. Mezcla un poco más de agua y la amasa. Pone la bola en la mesa rotatoria y la alisa mientras gira. La bola sigue girando, y el alfarero, con la mano, comienza a moldearla. ¿En que momento la bola deja de ser bola y pasa a ser un vaso? ¿Qué es necesario para que eso ocurra?
49Este es un punto importante que precisa ser bien comprendido. ¿Cuál es la esencia de transformación bola-vaso? ¿Cuál es la esencia del surgimiento del vaso? ¿Qué es lo que significa decir que un vaso entonces surgió, que el vaso pasó a existir?
50El vaso está sobre la mano. Podemos palparlo, olerlo, sentir su gusto, escuchar su sonido, podemos captar su forma y dibujarla sobre una hoja de papel. Mostrando este dibujo a otros, estos reconocerán que se trata de un vaso. Cualquier persona reconocerá en el vaso, un vaso.
51¿Pero y la bola? ¿Dónde está? ¿Sería correcto llamar al vaso, bola? ¡No! El buen sentido nos diría que obviamente la bola ya no existe más, la bola de barro es la base que originó el vaso. En el momento mismo en que el vaso pasó a existir, la bola desapareció.
52Retornemos, por lo tanto, a la cuestión. ¿Existe alguna diferencia estructural, existe algún componente en el vaso que no existiese anteriormente en la bola? Si vamos a examinar bajo el punto de vista de la base material constituyente, la respuesta es no. ¿Dónde está entonces la diferencia?
Sin una proyección mental no existe la discriminación de objetos
53¿Consigue Ud. comprender que el vaso es en todo semejante al cubo diseñado en la pizarra de la sala de clases? ¿Y este cubo como es que surgió? ¿Está en la pizarra de la pared? ¿Si está en la pizarra, cómo puede tener tres dimensiones si la pizarra sólo tiene dos? ¿Si no está en la pizarra, cómo, al borrar la pizarra, desaparece también el cubo?
54¿Estaría la esencia del vaso en el barro? ¿Si está en el barro, por qué la propia bola no mostraba ya el vaso? ¿Si no está en el barro, por qué no surge ningún vaso en ausencia del barro?
55Todas estas indagaciones y ejemplos son para que se pueda vivenciar la comprensión de que la mente participa del acto de creación de los objetos vistos. Sin la proyección mental no existe una discriminación de los objetos.
56¿Cuál es la diferencia entre el cubo dibujado en la pizarra y un cubo construido en alambre? Ciertamente existen diferencias objetivas, pero desde el punto de vista de la discriminación ambos ocupan una misma clasificación, ambos utilizan la misma forma mental preexistente, el mismo "arquetipo", el cubo. No existiendo el cubo de alambre ni el cubo de la pizarra, no existiría cubo a ser discriminado y así no existirían cubos, pero existiendo estos cubos y no existiendo una proyección mental, no existiría ningún cubo del mismo modo.
57Comprendiéndose esto, se puede comprender el sentido de la afirmación de que, desapareciendo la humanidad, el universo entero desaparece, o la afirmación aún más extraordinaria de que el universo surge y desaparece a cada instante, a cada pensamiento, o todavía más la afirmación de que hasta el mismo pasado y el futuro pasan por cambios incesantes (una vez que es en el presente que toman forma, a través de la mente de los que piensan).
58¿Cuál es la diferencia entre una piedra y una flor? Sin duda, podríamos encontrar muchas, pero, contemplando desde el contexto más sutil, podríamos decir que son también lo mismo, pues la esencia de ambas es la misma, ambas son discriminaciones, proyecciones mentales.
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