Si retomamos ahora las pautas de apego observadas en los niños de un año,los estudios eventuales muestran que cada pauta de apego, una vez desorrollada, tiende a permanecer invariable. Otro es que cada pauta tiende a perpetuarse a sí misma. Así, un niño ansioso ambivalente es propenso a las quejas y al aferramiento; mientras que un ansioso elusivo mantiene las distancias y es propenso a tiranizar a otros niños En estos dos últimos casos es probable que la conducta del niño provoque una respuesta desfavorable por parte del padre, con lo que se desarrolla un círculo vicioso.
John Bowlby
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Persistencia de las pautas
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