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Paz y Ciencia

martes, 18 de noviembre de 2008

La Relación Terapeuta-Paciente con TLP


La experiencia psicoterápica de una persona con TLP pasa por distintas etapas, estas dependen del tipo de relación que se haya establecido con el terapeuta. Cada terapeuta ofrecerá un campo reflexivo y un pecho diferente. Ese "pecho", por emplear jerga kleiniana, puede resultar invasivo, persecutorio o puede ser un pecho bueno, esto es, proporcionar calor, alimento, contención, comprensión.
Para que sea de uno u otro modo tenemos que centrarnos en lo que el terapeuta controla a priori, hablamos de la contratrasferencia y del tipo de vínculo terapéutico que se haya creado. El tipo de vínculo va indisolublemente unido a cómo ve a esa persona que sufre, y que puede que haya sido diagnosticada dentro o fuera del espacio de su despacho. Estos componentes fantasmáticos deben ser registrados. Por ello es importante el tener una experiencia en el análisis personal y el reciclaje teórico para poder comprobar que estas personas no son "maquiavélicos manipuladores", es un recurso defensivo para controlar su angustia, por ejemplo.
Estas personas no siguen tratamientos estándar, habría que pensar en lo incorrecto de los planteamientos antiguos. Por ejemplo, hablabamos antes de Melanie Klein, quien fue una precursora del análisis de patologías esquizoides y lo que entonces apenas existía, estamos hablando de los años 30-40 cuando la patología borderline era conocida como esquizofrenia ambulatoria, pseudoesquizofrenia, etc. Los kleinianos lo situaron entre la posición esquizo-paranoide y la depresiva. Esto supone que existen síntomas psicóticos y neuróticos. Pero lo importante en este trabajo es exponer conceptos como envidia, agresión y ataque al pecho. Si el pecho se lo proporciona (simbólicamente) el terapeuta, sea de orientación cognitivista, psicoanalista o terapeuta familiar (por citar unos pocos) la relación con ese objeto-analista depende también de cómo se presente el analista en escena. Esto es no hay un ataque, envidia, agresión, culpa, etc...PRIMARIO. La relación DEPENDE de lo que pone encima de la mesa el psicoterapeuta. Si lo ve como loco, si lo trata con indiferencia apasionada, si no lo entiende, o lo que es peor: se siente atacado por él, el análisis, terapia no será eficaz. Por esto es importante encontrar un terapeuta con el que se conecte en un buen rapport. Por esto aconsejo a que los terapeutas que trabajan con este tipo de pacientes, muy frecuentes en la clínica, consideren un poco más de flexibilidad y apertura a la hora de tratar estos casos. Por otro lado, tomados con humildad nos ayudan enormemente como nosotros a ellos, pero de otra manera. Desde el punto de vista de profesional a seguir creciendo y aprendiendo de la experiencia, dejándonos modelar por el verdadero paciente, el que no está en los libros. Me gusta leer mucho y en este espacio lo reflejo, pero en el ejercicio de la psicoterapia el atender a los libros es un grave error. Aprendemos del consultante y dejemosle que se construye un sostén de ayuda. Nadie nos quiere hacer daño, ni poner en compromisos, ni molestar. Somos nosotros, personas falibles y conflictuadas quienes hacemos a estas personas peores de lo que son en realidad. Si somos un poco abiertas y desenfadadas podemos sorprendernos de la inmensa capacidad de amar y de sentir de estos pacientes. Ése es el camino de la salud, crear, reparar y reconstruir con los ladrillos del amor y el cemento del vínculo un armazón sólido.
Un abrazo. Rodrigo Córdoba Sanz.

1 comentario:

Paola dijo...

Gracias por todas tus publicaciones pero por esta en especial porque abre las puertas del corazon del terapeuta. Gracias por el gran amor que hay dentro de ti.