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Paz y Ciencia

viernes, 14 de diciembre de 2007

Sobre los Trastornos de Personalidad

Hoy, dando clases a unas deliciosas psicólogas, selectas y audaces, hemos recalado en la palabra de Theodore Millon, estudioso de la psicología y afamado personólogo (se lo digo con cariño). Este señor, junto con Otto Kernberg y Marsha Linehan, en EEUU, y Dolores Mosquera con Jorge Castelló en Valencia han realzado el concepto de Trastorno de Personalidad, que por otro lado expresa algo que ha existido toda la vida aunque no tanto en sus expresiones actuales. En Zaragoza, el Dr. Vicente Rubio Larrosa es un pionero e intenso investigador del trastorno de personalidad más glorioso, con permiso del narcisista, el Trastorno Límite de Personalidad, a mi entender el exquisito paciente, también abigarrado, polimorfo y fascinante, complicada empresa.
Millon, creador también de varios cuestionarios autoadministrados propone una analogía cautivadora. El eje I: el de los trastornos clínicos como un trastorno depresivo mayor o una fobia específica lo compara con la fiebre o la tos; el eje II: el de los Trastornos de Personalidad sería como una alteración del sistema inmunológico que le hace más vulnerable a los trastornos clínicos; en el eje IV, el de los estresores psicosociales, estarían factores estresantes como el trabajo, el matrimonio, factores económicos, correspondería al frío, agentes patógenos externos, etc.
En la actualidad los trastornos de personalidad se están empezando a diagnosticar con justicia y sobre todo para la justicia, consulten el texto "Psiquiatría para no psiquiatras" de A. Urdaniz.
Digo con justicia a pesar de mi renuencia a etiquetar a los consultantes. Con justicia porque de esa manera se constata lo siguiente: El trastorno de personalidad no es una enfermedad, es un patrón de comportamiento estable y de cognición, una forma de relación con los otros y consigo mismo, una forma complicada de control de los impulsos, una manera de expresarse, vivir y sentir que da problemas en las esferas social, laboral, familiar o académica. Es una forma de ser que provoca sufrimiento a uno mismo y/o a los otros. Los datos de prevalencia heterogéneos me confunden pero estaría en torno al 10%, muchísimo más en muestras clínicas (50%).
Me parece interesante esta torsión teórica y clínica, a pesar de ser a través del diagnóstico y por tanto rotulando a un ser humano. Digo que me gusta porque de esta manera se empieza a prestar más atención a la persona que porta los síntomas que a los síntomas que porta la persona. Creo que es un logro de esos luchadores de la APA. Institución de dudoso calado ético si me lo permiten los laboratorios.
En fin, para ir terminando decir que un trastorno de personalidad no es siempre una patología grave, que están con nosotros, unos son presidentes de países, otros son nuestros jefes, otros son nuestros amigos, etc, etc.

Si quieren saber más continuará en próximas entregas, mientras tanto les remito a algunos amigos:
www.trastornosdelapersonalidad.es
http://usuarios.discapnet.es/border/tlprubio.htm
www.soyborderline.com
www.esquizo.com

1 comentario:

jorgecas dijo...

Por la cuenta que me trae, Rodrigo, muchas gracias por ponerme en el mismo "saco" que Millon, Kernberg, Linehan o D.Mosquera, desde luego es todo un honor.

Muy interesante tu blog...

Un abrazo de

Jorge C.